El asfalto con grafeno que promete acabar con los baches y revolucionar las carreteras del futuro

Ingenieros británicos presentan Gipave, una innovadora mezcla que resiste más y promete transformar el mantenimiento de caminos, según resultados de una prueba piloto en las afueras de Londres

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Cada año, el deterioro de
Cada año, el deterioro de las rutas y la aparición de baches suponen un gasto millonario para los gobiernos y los automovilistas, agravando el problema de la seguridad vial y el mantenimiento urbano (Freepik)

La llegada de Gipave, un asfalto reforzado con grafeno, despierta expectativas sobre el futuro de las carreteras tras los resultados de una prueba realizada en el Reino Unido.

Según Popular Science, este material innovador demostró superar al asfalto tradicional en resistencia y durabilidad. Esto podría reflejarse en la reducción significativa de baches y una baja en los altos costos de mantenimiento que afrontan gobiernos y conductores.

El deterioro de la red vial y la proliferación de baches figuran entre los principales retos para las administraciones públicas. Solo en 2021, el gasto en reparación de carreteras y autopistas ascendió a USD 206.000 millones, equivalente a casi el 6% de los fondos disponibles, según cifras citadas por Popular Science.

A pesar de las inversiones, los baches siguen representando gastos adicionales para los automovilistas. En Estados Unidos, se destinan anualmente cerca de USD 26.500 millones en reparaciones de vehículos a causa de los daños producidos por el mal estado de las vías.

Gipave se plantea como una posible solución. Este asfalto incorpora grafeno, un material derivado del grafito de gran resistencia y excelente conductividad.

El grafeno, compuesto por una sola capa de átomos de carbono en estructura hexagonal, es un millón de veces más delgado que un cabello humano y tiene una resistencia 200 veces superior a la del acero.

Estas características lo convirtieron en un insumo valioso para baterías eléctricas y semiconductores, y en la actualidad ingenieros exploran su potencial como aditivo en la construcción de carreteras.

Con una resistencia 200 veces
Con una resistencia 200 veces mayor que el acero y un grosor casi invisible, el grafeno se perfila como un ingrediente clave para prolongar la vida útil de los pavimentos y reducir el consumo de recursos en obras públicas (Imagen Ilustrativa Infobae)

Ensayo en el Reino Unido: aplicación y resultados

La prueba realizada en el condado de Essex, en las afueras de Londres, aplicó más de 165 toneladas de Gipave en un carril de acceso a una autopista, mientras que el carril adyacente fue pavimentado con asfalto tradicional para comparar los desempeños.

Por tres años, ambos tramos soportaron el tránsito de miles de vehículos y fluctuaciones climáticas propias de las estaciones. Al concluir el período de análisis, ingenieros independientes recolectaron muestras de ambos tipos de asfalto para diversos ensayos en laboratorio.

Los resultados, compartidos por Popular Science, indicaron que el asfalto con grafeno logró un desempeño superior en las pruebas de rigidez, superando en un 10% al convencional. Además, tras sumergirlo durante 72 horas en agua, el material reforzado mostró una sensibilidad al agua un 20% menor.

Los especialistas constataron también que, al fracturarse, se rompía el agregado pétreo y no la unión entre componentes, lo que evidenció la función del grafeno en el refuerzo estructural del pavimento.

Estas conclusiones sugieren que Gipave no solo podría aumentar la vida útil de las carreteras, sino contribuir a una mayor seguridad vial y mitigar el impacto ambiental, ya que disminuye la frecuencia de intervenciones y reduce el consumo de materiales.

Popular Science resalta que su mayor resistencia y baja sensibilidad al agua convierten al asfalto con grafeno en una opción atractiva para abordar los retos actuales de la infraestructura vial.

 Essex, Reino Unido, se
Essex, Reino Unido, se llevó a cabo una comparación real entre asfalto convencional y mezclas reforzadas con grafeno, arrojando datos que podrían marcar un antes y un después en la forma de construir carreteras (Imagen Ilustrativa Infobae)

Obstáculos económicos y futuro

La adopción masiva de Gipave enfrenta una limitación clave: el costo. Ingenieros citados por Popular Science estiman que el precio ronda los 30 centavos de dólar por pie cuadrado. Aunque parece bajo, esta cifra se incrementa rápidamente al extenderse a toda una red vial.

Repavimentar un kilómetro y medio de autopista de cuatro carriles implicaría una inversión mínima de USD 124.300 millones solo en Estados Unidos, lo que genera dudas sobre su viabilidad económica a gran escala.

A pesar de este reto, las perspectivas para Gipave resultan alentadoras. El éxito observado en Reino Unido abre posibilidades para su uso en países con problemas recurrentes de deterioro vial.

Popular Science destaca que, si bien reemplazar todo el asfalto tradicional por Gipave puede ser costoso, utilizarlo en la reparación de baches representaría un avance notable en el mantenimiento de la infraestructura vial.