Abuso narcisista: cómo distinguir la manipulación invisible y el dolor de una autoestima quebrada

Detrás de la seducción inicial se esconde un ciclo de abuso psicológico difícil de detectar. Así aparecen las señales y el impacto emocional de estos vínculos destructivos

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¿Qué es el abuso narcisista? - Cinzia Francischiello con Mara Fernández

Una relación con un narcisista comienza como un cuento de hadas y termina por hacerte dudar hasta de ti mismo”, así se describe la experiencia de convivir con personas que presentan trastorno narcisista de la personalidad. Según la psicóloga Mara Fernández (MN 36031) “al principio es imposible verlo”, ya que quienes padecen este trastorno suelen desplegar una galantería narcisista y una fase de enamoramiento que obnubila a la pareja o a la persona vinculada. El narcisista busca sentirse aprobado, idealizado y sumamente aceptado La experta explicó que “se muestran como lo mejor que tienes, pero es solo una fachada”.

La persona que se vincula con un narcisista suele tener muy baja autoestima, poca confianza en sí misma y dificultades en las relaciones interpersonales. El vínculo narcisista, no se limita a las relaciones de pareja: “Puede darse en la familia, en el trabajo, en la escuela, en cualquier ámbito de la vida”. Según Fernández, estas relaciones se caracterizan por una manipulación psicológica abusiva, cuyo objetivo es demostrar poder sobre la otra persona.

 Mara Fernández (Foto: Diego
Mara Fernández (Foto: Diego Barbatto)

Al inicio de la relación es prácticamente imposible percibir que se está siendo víctima de manipulación o abuso, y por lo general cuando el narcisista deja de fingir perfección, la persona suele estar absolutamente bajo la redes del enamoramiento. Fernández precisó que, en esa etapa, tienden a aislar a la persona de sus vínculos más cercanos, manipulan lo que sienten, minimizan y desvalorizan lo que la otra persona dice o siente, tergiversan los hechos y hacen dudar a la víctima de su propia percepción. Frases como “eso no lo he dicho, eso no pasó” son frecuentes, lo que lleva a la persona afectada a cuestionar su propia realidad.

Consultada sobre el momento en que el narcisista abandona la fase de idealización, la psicóloga sostuvo que “suelen no tener conciencia de la realidad ni de la situación, no se sienten responsables de lo que sucede”. Definió el narcisismo como un trastorno de personalidad, “propio de la identidad de la persona”, lo que dificulta cualquier cambio.

Tienen la capacidad de envolver al otro, de hacerle sentir cómodo y obnubilado”, señaló, y agregó que la persona con baja autoestima “cae en la red y siente que el narcisista tiene todo lo que ella no es”. Además, el narcisista proyecta sus propias inseguridades y frustraciones en el otro: “El otro es el que está mal, el que me envidia, el que no puede alcanzar lo que yo tengo”.

Narcisismo
Narcisismo

La especialista enumeró señales para identificar una relación narcisista: “Reconocer la manipulación, no descreer de uno mismo y pedir ayuda”. Advirtió que, durante la fase de idealización, “cuesta ver que el otro tiene un problema o que está ejerciendo abuso psicológico y poder”. La dificultad radica en separar la fase de enamoramiento de la de abuso, lo que genera un círculo vicioso. “En la fase de abuso, la persona idealiza la etapa inicial y cree que puede lograr que el narcisista vuelva a ser como antes”, explicó. “Le cuesta darse cuenta de que el otro está manipulando sus emociones y dañando su autoestima”.

La falta de validación emocional es otro rasgo destacado. El narcisista suele invalidar las emociones del otro, no entiende el respeto, se siente atacado cuando se intenta entablar un diálogo donde se busquen expresar emociones. Fernández confirmó que no tienen empatía, y no pueden ponerse en el lugar del otro. El protagonista debe ser él o ella, y el otro solo un espectador que aplaude y adula. Aunque parecen personas de gran fortaleza y autoestima, en realidad son frágiles y buscan reconocimiento constante en el otro. Según la especialista, “tienen una gran herida de la infancia, una herida traumática, y buscan la aprobación y el amor que no recibieron”.

Cinzia Francischiello y Mara Fernández
Cinzia Francischiello y Mara Fernández (Foto: Diego Barbatto)

Sobre el origen del narcisismo, Fernández explicó que empieza a construirse desde los primeros años de vida. Existe un narcisismo sano, que permite tener autoconfianza y autoestima saludable, pero si hay heridas, traumas, abusos o “bullying”, esas heridas se profundizan y la persona busca mostrarse diferente a lo que siente. Sin terapia, acompañamiento y apoyo, el narcisismo se forja de manera patológica y se transforma en un trastorno.

La posibilidad de cambio en una persona narcisista es limitada. “Es muy difícil”, afirmó Fernández, porque “no registra lo que le pasa al otro, no tiene empatía y no reconoce que tiene un problema”. Solo buscan ayuda psicoterapéutica si su vida y sus relaciones se vuelven incómodas para ellos mismos. En esos casos, “quizás con un trabajo profundo de psicoterapia, ahondando en la infancia y tratando de curar esas heridas, pueden revertir algo, pero no del todo”.

Mara Fernández (Foto: Diego Barbatto)
Mara Fernández (Foto: Diego Barbatto)

En cuanto a los consejos para quienes conviven con un narcisista, la psicóloga recomendó tomar distancia, tanto en relaciones de pareja como familiares. Reconoció que “cuando se trata de padres o hermanos narcisistas es muy difícil, sobre todo en la infancia”, pero insistió en la importancia de buscar ayuda profesional para fortalecer la autoestima y la identidad, registrar las propias emociones y validarlas. La especialista aconsejó no sentir vergüenza de expresar lo que se siente, abrirse y hablar con otros, porque el aislamiento dificulta reconocer que lo que sucede no es culpa de la víctima, sino del vínculo.