De ritual pagano a costumbre global, la historia de las velas de cumpleaños

Desde antiguas ceremonias griegas y rituales protectores en Alemania hasta convertirse en un símbolo festivo internacional, la práctica de encender y soplar velas de cumpleaños revela una sorprendente transformación cultural a lo largo de los siglos

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Desde una sencilla tradición doméstica
Desde una sencilla tradición doméstica hasta un ritual cargado de simbolismo, el acto de soplar velas en los cumpleaños revela un fascinante viaje de significados y transformaciones a lo largo de la historia humana (Imagen Ilustrativa Infobae)

En todo el mundo, el acto de apagar las velas sobre la torta de cumpleaños es un símbolo universal de alegría y buenos deseos. Sin embargo, esta costumbre encierra un trasfondo milenario, en el que confluyen antiguas creencias espirituales, transformaciones culturales y la huella de múltiples civilizaciones.

De acuerdo con National Geographic, la tradición de soplar velas en los cumpleaños, asociada hoy a la celebración y los deseos personales, tiene raíces mucho más complejas de lo que suele pensarse.

Grecia antigua: ofrendas a Artemisa y el fuego como símbolo divino

El origen de las velas de cumpleaños suele remontarse a la antigua Grecia. Pese a la ausencia de registros históricos directos sobre la colocación de velas en tortas para honrar a los dioses, la historiadora de la cultura popular Marie Nicola indica que la costumbre estaría vinculada a los rituales dedicados a Artemisa, diosa de la luna. Excavaciones en el Artemision de Éfeso revelaron la existencia de tortas redondas, utilizadas como ofrendas votivas.

Algunas interpretaciones actuales sugieren que los fieles encendían llamas sobre estas tortas para imitar la luz de la luna y elevar sus oraciones al cielo. “La idea del fuego como presencia divina es increíblemente antigua y transcultural. Los sistemas de creencias indoeuropeos usaban el fuego tanto en altares domésticos como en ceremonias públicas”, explicó Nicola a National Geographic. Así, el fuego cumplía un doble propósito: simbolizaba a la divinidad y permitía conectar lo terrenal con lo espiritual.

En la Grecia clásica, los
En la Grecia clásica, los homenajes a los dioses solían acompañarse de rituales luminosos, donde la luz y la forma circular evocaban las fuerzas celestiales y honraban la inmortalidad divina (Imagen Ilustrativa Infobae)

De Grecia a Roma y al cristianismo: cambios y resignificaciones

Con la expansión de las costumbres griegas, los romanos adoptaron la práctica de ofrendas con tortas y velas, integrándolas en rituales de templos y celebraciones privadas, incluyendo los cumpleaños de la élite. La difusión del Imperio Romano favoreció la expansión de estas tradiciones en regiones como Galia, Germania y Britania, junto al simbolismo de las velas en ritos de nacimiento.

El cristianismo, en sus orígenes, rechazó la celebración de cumpleaños por considerar que exaltaba a la persona. Las velas se mantuvieron en la liturgia cristiana para honrar santos y marcar tiempos sagrados, pero las tortas no integraban estas ceremonias.

Hacia finales de la Edad Media, las tortas reaparecieron en celebraciones festivas de la élite y fuera de contextos religiosos. Según Nicola, en el siglo XVII las regiones protestantes comenzaron a desviar la atención de las festividades de santos hacia cumpleaños y aniversarios de eventos personales.

Las prácticas religiosas y sociales
Las prácticas religiosas y sociales experimentaron notables metamorfosis conforme se difundieron entre distintas civilizaciones, dando lugar a reinterpretaciones que fusionaron lo sagrado con lo cotidiano (Imagen Ilustrativa Infobae)

Consolidación en Alemania: protección espiritual y primeras referencias documentadas

La tradición moderna de poner velas sobre tortas de cumpleaños se asocia al Kinderfest, un festival alemán dedicado a la infancia. Margit Grieb, profesora de Estudios Alemanes en la Universidad del Sur de Florida, señaló a National Geographic que los niños eran vistos como especialmente vulnerables en sus cumpleaños a los espíritus malignos, y las velas actuaban como protección espiritual.

The Oxford Companion to American Food and Drink explica que las velas se mantenían encendidas hasta la tarde, y se creía que el humo facilitaba que los deseos arribaran al cielo. Una de las primeras referencias escritas a esta costumbre proviene del escritor alemán Johann Wolfgang von Goethe, quien describió en su autobiografía la celebración de su 52º cumpleaños con una imponente torta adornada con aproximadamente 50 velas. Para Nicola, esto evidencia que el ritual estaba plenamente consolidado en Alemania a mediados del siglo XVIII.

Mientras los católicos encendían velas en honor a los santos, las comunidades protestantes resignificaron el gesto. “En muchas tradiciones, incluida la mística cristiana primitiva, el aliento se vinculaba al alma. Soplar una vela en silencio al formular un deseo recuerda la oración votiva, ahora en el ámbito doméstico y secular”, agregó Nicola en declaraciones recogidas por National Geographic.

En tierras germanas, la costumbre
En tierras germanas, la costumbre cobró fuerza con la celebración del Kinderfest, incorporando un matiz protector al creerse que ciertos gestos simbólicos podían amparar a los más pequeños frente a peligros invisibles (Imagen Ilustrativa Infobae)

Variaciones europeas: la costumbre en Suiza y otros países

La tradición de las velas de cumpleaños también se documentó en Suiza, según registros de 1881 publicados por The Folk-lore Journal. Entre la clase media suiza, la torta se decoraba con velas, una por cada año, y el homenajeado debía apagarlas antes de comer. A diferencia de la costumbre alemana, en Suiza no se esperaba que las velas ardieran por completo, sino que se apagaban anticipadamente.

Nicola resaltó en National Geographic que este artículo es la referencia más antigua sobre el ritual completo de las velas de cumpleaños, lo que respalda un posible origen alemán. Sin embargo, la historiadora advierte que la práctica existía con anterioridad, solo que no había quedado registrada en textos previos.

Difusión en Estados Unidos y consolidación mediática

Durante el siglo XIX, la inmigración alemana llevó la costumbre a Estados Unidos. Nicola subraya que diarios en alemán como Philadelphia Demokrat y Milwaukee Herold publicaban anuncios de Kinderfest, ayudando a difundir la costumbre. En las primeras décadas del siglo, surgieron variantes regionales: en algunos lugares, los invitados apagaban las velas y no el homenajeado.

Para 1909, la práctica estaba plenamente instaurada: el cumpleañero debía apagar todas las velas de un solo intento para que su deseo se cumpliera. Entre 1900 y 1920, el uso de velas se consolidó entre la clase media estadounidense y británica, y en la década de 1920 surgió la oferta de velas especiales para cumpleaños en diferentes almacenes.

La masificación de la tradición fue obra de los medios. En 1931, el cortometraje de Disney The Birthday Party protagonizado por Mickey Mouse, consolidó la imagen de la torta con velas. Las tarjetas de felicitación, canciones y programas de televisión reforzaron esta escena en el imaginario colectivo.

The Birthday Party, a través
The Birthday Party, a través de sus historias y personajes, catalizó la integración de la tradición en la cultura de masas y convirtió el pastel con velas en un emblema globalmente reconocido (IMDb)

Expansión e influencia global tras la Segunda Guerra Mundial

Después de la Segunda Guerra Mundial, la cultura de consumo de Estados Unidos impulsó la tradición de soplar velas a escala internacional. Nicola explicó en National Geographic que el turismo, los medios infantiles y marcas como Hallmark y Betty Crocker fueron cruciales para su rápida expansión.

Su llegada a Japón ocurrió en la década de 1950, y se extendió al resto del planeta junto al entretenimiento y productos estadounidenses.

La producción en masa de velas y accesorios para cumpleaños, así como su constante aparición en películas, series y productos culturales, dieron al gesto su proyección global. Así, lo que fue un ritual protector y espiritual se transformó en un símbolo de celebración personal y colectiva.

La progresiva integración de costumbres
La progresiva integración de costumbres occidentales en diversas sociedades respondió no solo al intercambio económico, sino también a la potencia persuasiva de los medios y la industria cultural (Imagen Ilustrativa Infobae)

Símbolos y significado: del fuego sagrado al deseo individual

El simbolismo de las velas de cumpleaños cambió con el tiempo. Originalmente, representaban la luz interior y el crecimiento personal. En ocasiones, se añadía una vela adicional como “luz de la vida” o una central que simbolizaba un año más por venir.

Actualmente, apagar las velas es un momento íntimo y festivo centrado en el deseo, una acción que, aunque con menos carga espiritual, aún conserva ecos de pasadas creencias. El aliento que extingue la llama —antes símbolo del alma y la plegaria— es hoy un acto lúdico que marca el paso del tiempo y la importancia de los hitos personales.

Una costumbre global y en evolución

La tradición de soplar las velas en los cumpleaños, con origen en rituales de la antigua Grecia y transformaciones en la historia europea, adquirió su forma actual en Alemania y se propagó por el mundo debido al influjo cultural y comercial estadounidense.

Hoy, este gesto es inseparable de las celebraciones de cumpleaños en cualquier cultura y sigue adaptándose a los cambios sociales, manteniendo viva la conexión entre el pasado espiritual y la alegría contemporánea de celebrar la vida. La información publicada por National Geographic muestra cómo un acto tan simple reúne siglos de historia, creencias y transformaciones culturales.