Las micropartículas de plástico invaden los océanos: un estudio global confirma su presencia en la fosa de las Marianas

Se descubrió la presencia de partículas plásticas en las zonas más remotas del mar, evidenciando un fenómeno que amenaza tanto a la fauna marina como al equilibrio ambiental de las aguas profundas

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Microplásticos alteran el ciclo del
Microplásticos alteran el ciclo del carbono en los océanos (Imagen Ilustrativa Infobae)

Un estudio reciente ha revelado que los microplásticos, esos diminutos fragmentos de plástico que se generan a partir de la descomposición de productos más grandes, han alcanzado incluso las profundidades de la fosa de las Marianas. Según informó El País, esta investigación, publicada en la revista Nature, ha utilizado datos de más de 1.200 estudios previos y ha implementado casi 2.000 estaciones de muestreo a diferentes profundidades para evaluar la presencia de microplásticos en los océanos.

Los resultados muestran que estos materiales sintéticos están presentes desde la superficie hasta las zonas más profundas del océano, integrándose en el ciclo del carbono y afectando potencialmente a los ecosistemas marinos.

Clasificación y distribución de los microplásticos en el océano

El estudio, que ha contado con la colaboración de investigadores de cuatro continentes, ha clasificado los microplásticos en dos categorías: pequeños, de 1 a 100 micrómetros, y grandes, de 100 a 5.000 micrómetros.

Por su parte, Shiye Zhao, investigador de la Agencia Japonesa de Ciencia y Tecnología del Mar y la Tierra, explicó que los microplásticos más pequeños tienden a distribuirse de manera más uniforme en la columna de agua debido a su lento hundimiento, lo que aumenta la probabilidad de exposición biológica. En contraste, los fragmentos más grandes se acumulan principalmente en la superficie y en los fondos marinos.

De acuerdo con El País, la investigación ha identificado una gran variabilidad en la concentración de microplásticos según la ubicación. En las plataformas continentales, se ha registrado una mediana de 500 partículas por metro cúbico, una cifra significativamente mayor que en alta mar, donde se encuentran 16 partículas por metro cúbico.

Este fenómeno se atribuye a la proximidad de las fuentes de contaminación y a la alta productividad mineral y biológica en las aguas costeras, que facilita el hundimiento de los microplásticos.

El mito de las islas de plástico y la realidad del océano profundo

En alta mar, los microplásticos se acumulan en los giros oceánicos, grandes corrientes rotatorias como el Giro Subtropical del Pacífico Norte. Aunque estas áreas no forman las llamadas “islas de plástico”, se han encontrado concentraciones de hasta 10.000 partículas por metro cúbico en algunas estaciones de muestreo.

A su vez, Patricia Villarrubia Gómez, experta en contaminación plástica del Centro de Resiliencia de Estocolmo, enfatizó que las metáforas sobre islas de plástico pueden desviar la atención del problema real, que es la necesidad de reducir la producción de plásticos.

Presencia de microplásticos en las profundidades más extremas

Además se ha revelado que están presentes en diferentes profundidades del océano, con concentraciones que varían según las condiciones locales. En el Ártico, se han medido más de 2.500 microplásticos por metro cúbico, mientras que en la fosa de las Marianas, a 6.800 metros de profundidad, se han encontrado hasta 13.500 partículas. Esta distribución irregular se debe a las picnoclinas, capas de agua con mayor densidad que pueden atrapar los microplásticos más grandes.

Investigación revela microplásticos desde la
Investigación revela microplásticos desde la superficie hasta el fondo oceánico (Créditos: Freepik)

El impacto de los microplásticos en el ciclo del carbono

Los investigadores han identificado hasta 56 formulaciones diferentes de polímeros en los microplásticos, siendo el carbono de origen fósil un componente común. Aron Stubbins, de la Universidad Northeastern, destacó que la presencia de plásticos en los océanos podría estar alterando el ciclo del carbono, similar a cómo los plásticos afectan la salud humana al encontrarse en la sangre y el cerebro.

La incorporación de plásticos a la nieve marina, partículas de carbono orgánico que se hunden en el océano, podría ralentizar el flujo de carbono hacia las profundidades, reduciendo la capacidad del océano para capturar dióxido de carbono atmosférico.

Finalmente, el estudio advierte sobre el impacto de los microplásticos en la datación del pasado, ya que el carbono plástico está alterando la ratio de carbono-14, confundiendo este reloj natural hasta en 400 años. Andrés Cózar, de la Universidad de Cádiz, subrayó que la contaminación plástica no se limita a la superficie del océano, sino que se infiltra en las profundidades, donde los microplásticos pueden persistir durante siglos debido a las condiciones de oscuridad y temperatura.