El 11 de junio, Vali Graham, un joven australiano de 21 años, se lanzó desde una cascada de 42,5 metros en Minnehaha Falls, Nueva Gales del Sur. Pretendía batir el récord mundial de “death dive” (dødsing), pero el salto, comparable a caer desde un edificio de 13 pisos, culminó en un dramático rescate y una recuperación marcada por lesiones graves. La hazaña, registrada en video y viralizada en redes sociales, desató además un debate sobre los riesgos del deporte extremo y la fascinación por sobrepasar los límites físicos.
Preparación y ejecución: salto mortal en Minnehaha Falls
Graham, conocido por su afición al dødsing, fue grabado concentrado en la cornisa rocosa, preparándose mentalmente antes de lanzarse al vacío. Durante la caída ejecutó un giro acrobático, característico de este deporte noruego, con el objetivo de mantenerse extendido el mayor tiempo posible antes de adoptar una postura recogida.
Sin embargo, al acercarse al agua, pasó a la posición de “pike”, lo que provocó un impacto violento y la pérdida de conciencia al instante. El equipo de seguridad intervino de inmediato, rescatándolo del agua.
El golpe dejó a Graham con fractura de cráneo, vértebra T11 y esternón, conmoción cerebral y ruptura de un tímpano. Según el Daily Mail, permaneció inconsciente brevemente, pero se recuperó y logró nadar, con ayuda, hasta la orilla. “Dios nos da el don del sufrimiento... después de recuperar la conciencia salí del agua y caminé 1,2 km hasta el auto donde mis amigos me llevaron al hospital”, contó a sus seguidores. Una vez internado, fue operado de la espalda y el esternón, y permaneció varios días bajo observación, según Perth Now.
Días después del accidente, Graham usó las redes sociales para tranquilizar a sus seguidores: “He tenido cirugía en la espalda y el esternón y estaba caminando dos días después de la operación... listo para reconstruir mi cuerpo mejor que nunca”.
El apoyo fue increíble y, pese a la exigente rehabilitación, mantiene el optimismo: “Estoy listo para reconstruir mi cuerpo y volver más fuerte, queda mucho camino por recorrer pero estoy emocionado por el viaje”.
El “death dive”: origen y reglas del desafío noruego
El impacto del caso puso el foco sobre el dødsing, deporte originado en Noruega que consiste en saltar desde plataformas elevadas y adoptar una posición recogida antes de entrar al agua. Daily Mail destacó que el récord mundial actual lo ostenta el suizo Lucien Charlon, con 41,7 metros.
Graham, con 42,5 metros, buscaba superar esa marca, lo que explica la gran atención generada entre aficionados a los deportes extremos.
Reacciones en redes sociales: admiración y debate
El intento de Graham provocó numerosos comentarios en redes sociales. Muchos elogiaron su coraje: “Más allá de la comprensión cómo hace eso”, señaló un usuario, mientras otro comentó: “Merece el récord mundial”. Sin embargo, también surgieron críticas sobre la responsabilidad y el costo social de estas acciones: “Mis impuestos tienen que pagar por tus decisiones”, expresó un usuario.
Estas reacciones reflejan el debate permanente sobre los límites personales y sociales en deportes de alto riesgo y el papel de las redes en la difusión de estos actos.
A pesar de las secuelas y la controversia, Vali Graham reiteró sus intenciones de recuperarse para volver a desafiar los límites. En sus palabras, recogidas por el Daily Mail, dijo estar “listo para reconstruir mi cuerpo mejor que nunca y volver más fuerte”. La experiencia en Minnehaha Falls es un recordatorio de hasta dónde puede llegar la pasión por el riesgo, y de la delgada línea que separa la hazaña de la tragedia en el mundo del dødsing.
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