¿Por qué algunas personas siempre llegan tarde? Las razones detrás de la impuntualidad

Algunas personalidades o cronotipos tienen una predisposición a este comportamiento. Desde la biología hasta la percepción del tiempo, qué factores influyen en esta conducta

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La impuntualidad crónica afecta la
La impuntualidad crónica afecta la confianza y la calidad de las relaciones personales y laborales, advierten expertos (Imagen Ilustrativa Infobae)

La impuntualidad crónica no responde únicamente al descuido o la falta de respeto, sino que tiene raíces profundas en la psicología, la biología y la cultura, según un análisis de expertos recogido por National Geographic.

Investigaciones señalan la existencia de distintos perfiles de personas propensas a llegar tarde, cada uno condicionado por factores que incluyen la personalidad y el funcionamiento del reloj biológico. Entender estos mecanismos favorece una aproximación más empática y eficaz, rompiendo con la idea de que la puntualidad depende solo de la fuerza de voluntad.

El impacto social de la impuntualidad excede la incomodidad puntual. Pauline Wallin, psicóloga de Pensilvania, señala: “Cuando aceptas estar en un lugar a una hora determinada, en esencia entras en un contrato”.

El espíritu libre muestra baja
El espíritu libre muestra baja conciencia y desorganización, dificultando la gestión del tiempo y la puntualidad (Freepik)

El incumplimiento reiterado de este acuerdo puede deteriorar la confianza y afectar la calidad de las relaciones personales y laborales. La puntualidad actúa como un factor cohesivo que sostiene la coordinación en entornos tan variados como el trabajo, el transporte o el sistema sanitario, según detalla National Geographic.

Un estudio sugiere que la puntualidad tiene más que ver con cómo una persona valora las consecuencias del retraso, su motivación y su percepción del tiempo que con rasgos de personalidad básicos como impulsividad o escrupulosidad

Los cinco perfiles identificados detrás de la impuntualidad crónica

1. El optimista

Este perfil se caracteriza por la “falacia de la planificación”, un sesgo descrito por Daniel Kahneman y Amos Tversky. Consiste en subestimar sistemáticamente el tiempo necesario para finalizar tareas, incluso cuando ya se han realizado con anterioridad.

El perfil optimista subestima el
El perfil optimista subestima el tiempo necesario para las tareas, lo que incrementa los retrasos y errores de cálculo (Imagen Ilustrativa Infobae)

Allen Bluedorn, profesor emérito de la Universidad de Missouri, explica que “cuanto más se manifiesta la falacia de la planificación, más probable es que se subestimen los tiempos de salida y, por tanto, se llegue tarde”.

Las personas optimistas suelen confiar en que todo saldrá como esperan y dejan poco margen para imprevistos, lo que incrementa los retrasos y errores de cálculo. Para mitigar este efecto, la consultora Rashelle Isip sugiere duplicar la estimación inicial del tiempo de trayecto, generando un margen ante inconvenientes.

2. El espíritu libre

Quienes encajan en este perfil exhiben una baja conciencia, uno de los cinco grandes rasgos de personalidad. Geraldine Joaquim, psicoterapeuta clínica en Inglaterra, explica que una alta conciencia se vincula a responsabilidad, organización y atención a los detalles, cualidades asociadas a la puntualidad.

El espíritu libre muestra baja
El espíritu libre muestra baja conciencia y desorganización, dificultando la gestión del tiempo y la puntualidad (Imagen Ilustrativa Infobae)

Por el contrario, las personas con baja conciencia presentan desorganización y dificultad para gestionar el tiempo y las tareas.

Dawna Ballard, profesora de la Universidad de Texas en Austin, señala que “si tienes baja conciencia, te cuesta manejar el tiempo y las tareas”. Para favorecer la mejoría, Isip propone sumar señales visuales, como relojes analógicos o el uso de un reloj de pulsera. Joaquim añade que comprender el impacto de la impuntualidad sobre los demás es esencial para modificar este hábito.

3. El malabarista o polifuncional

Este perfil agrupa a quienes prefieren realizar varias tareas de forma simultánea. La polifuncionalidad, útil en contextos creativos o sociales, puede dificultar el cumplimiento de horarios. Jeff Conte, investigador de la Universidad Estatal de San Diego, detalla que aquellos con esta tendencia priorizan las relaciones e interacciones espontáneas sobre los compromisos estrictos.

El malabarista prioriza la multitarea
El malabarista prioriza la multitarea y las relaciones sociales, lo que puede dificultar el cumplimiento de horarios estrictos (Imagen Ilustrativa Infobae)

Ballard destaca que, en culturas polifuncionales como las latinoamericanas, se considera inapropiado interrumpir una conversación importante solo por llegar puntual a una cita.

En contextos donde la puntualidad es altamente valorada, esta actitud puede interpretarse como irresponsabilidad. Para evitar conflictos, Conte recomienda programar alarmas para la hora de salida, facilitando la transición entre actividades.

4. El búho nocturno

El cronotipo individual define este perfil. El “búho nocturno” tiene una tendencia biológica a dormir y despertar más tarde. La sociedad suele favorecer horarios matutinos, lo que produce un desajuste circadiano en estas personas. Ballard advierte: “Si eres un búho nocturno, la mayor parte del mundo no está adaptada a tu ritmo”.

El cronotipo de búho nocturno
El cronotipo de búho nocturno provoca desajustes circadianos y frecuentes retrasos en una sociedad que favorece horarios matutinos (Imagen Ilustrativa Infobae)

Joaquim indica que una liberación tardía de melatonina hace que las mañanas sean especialmente costosas y los retrasos, frecuentes. Esto también puede obstaculizar el cumplimiento de plazos y la concentración durante el día.

Isip aconseja preparar todo lo necesario la noche anterior, mientras Joaquim sugiere colocar varias alarmas y levantarse con tiempo suficiente para que el cerebro se active paulatinamente. Según Ballard, lo más indicado, siempre que sea posible, es elegir trabajos o rutinas compatibles con el ritmo personal.

5. El distraído

En este caso, la impuntualidad deriva de factores biológicos o de la neurodiversidad, como el trastorno por déficit de atención e hiperactividad (TDAH), el autismo o la dislexia. Estas condiciones implican dificultades para percibir el paso del tiempo, conocido como “ceguera temporal”.

Ballard explica que esta particularidad “dificulta calcular el paso del tiempo y puede llevar a perder la noción durante las transiciones o a quedar absorbido en una tarea hasta que el tiempo desaparece”. En particular, quienes tienen TDAH suelen subestimar los intervalos y encuentran obstáculos para planificar y ejecutar tareas con tiempos estipulados.

Estrategias personalizadas, como alarmas, preparación
Estrategias personalizadas, como alarmas, preparación anticipada y sistemas visuales, ayudan a mejorar la puntualidad según el perfil individual (Imagen Ilustrativa Infobae)

Investigaciones recientes también indican que, incluso en personas sin neurodivergencias, el estrés crónico y la presión temporal percibida pueden deteriorar las funciones ejecutivas y distorsionar la percepción del tiempo, intensificando estos patrones de retraso.

En estos casos, Ballard recomienda contar con apoyo externo para supervisar los cambios de actividad, y Isip sugiere el uso de listas digitales y la inclusión del tiempo de desplazamiento como una cita ineludible en la agenda.

Estrategias para mejorar la puntualidad

Aunque las causas sean diversas, la ciencia señala que existen estrategias específicas que pueden aplicarse a cada perfil. Conte destaca que ajustes estructurales como establecer alarmas tempranas y aumentar los márgenes entre compromisos resultan efectivos.

Isip sugiere buscar sistemas adaptados a las fortalezas individuales (como temporizadores visuales y preparación anticipada de materiales), y recomienda desglosar cada paso necesario para llegar puntual, asignando un tiempo realista a cada uno para planificar mejor.

National Geographic resalta que la responsabilidad de una convivencia horaria armoniosa no recae exclusivamente en quienes llegan tarde; las personas puntuales también pueden aportar mostrando flexibilidad y comprensión ante diferentes maneras de experimentar el tiempo. Asumir que la facilidad o la dificultad para ser puntual depende de numerosos factores ayuda a forjar relaciones más comprensivas y una convivencia social más fluida.