
Entre los apasionados por el asado, circulan técnicas transmitidas de generación en generación. Una de las más comentadas es frotar un diente de ajo en la parrilla antes de colocar la carne. Este sencillo paso puede marcar una diferencia significativa.
Frotar un diente de ajo sobre la rejilla caliente no solo cumple una función aromática. Cuando entra en contacto con el calor, sus compuestos naturales reaccionan y forman una película sobre el hierro o el acero inoxidable, que actúa como barrera, reduce la posibilidad de que la carne se adhiera a la superficie y facilita la cocción.
El ajo aporta también un aroma discreto y un matiz de sabor que intensifica el perfil gustativo de la carne. Quienes buscan mantener el sabor clásico del asado encuentran en este recurso la forma de realzar los sabores sin sobrecargar el plato.
Además, el ajo posee propiedades higiénicas. Sus compuestos sulfurados ayudan a limpiar la rejilla, eliminando restos de grasa y bacterias de cocciones previas. Esto significa una ventaja adicional cuando se reutiliza la parrilla y se desea una superficie limpia.

Diversos estudios destacan que la alicina y otros compuestos presentes en el ajo tienen acción antimicrobiana frente a bacterias comunes en los alimentos. Por ejemplo, una investigación de Food Control (Elsevier, 2023) demostró que el ajo fresco y su aceite logran reducir el crecimiento de patógenos en carne molida durante el almacenamiento.
En definitiva, usar ajo antes de asar no solo potencia el sabor, sino que también contribuye a una mejor higiene en la superficie de cocción.
Cómo aplicar el truco del ajo en la parrilla
- Cortar un diente de ajo al medio para exponer sus jugos.
- Con la parrilla bien caliente, frotar el lado cortado sobre todas las rejillas, sin dejar espacios sin cubrir.
- Esperar unos segundos antes de colocar la carne, facilitando que la película se adhiera al metal.
- Utilizar únicamente un diente de ajo. Un exceso puede sobrecargar el aroma y restar protagonismo a la carne.
- Si se cocinan varias tandas, repetir la técnica entre tanda y tanda para mantener el efecto.

Tips para hacer un buen asado
- No excederse con el ajo: un solo diente es suficiente.
- Preferir parrillas de hierro o acero inoxidable; estos materiales permiten que el ajo forme mejor la capa protectora.
- Aplicar el ajo únicamente con la parrilla caliente, para activar sus compuestos.
- Repetir el procedimiento en diferentes tandas, asegurando una superficie limpia y evitando que la carne se pegue.
- Aprovechar el ajo por su efecto antibacteriano natural.

Además de su uso en la parrilla, el ajo es reconocido por sus beneficios para la salud. La alicina es su principal compuesto activo, con propiedades antimicrobianas y antivirales. Colabora en la prevención de infecciones y fortalece el sistema inmunológico. También puede favorecer la salud cardiovascular, reducir la presión arterial y el colesterol LDL, y mejorar la circulación.
La versatilidad del ajo lo hizo parte esencial de muchas cocinas del mundo. Incorporarlo al asado argentino es una forma simple de sumar sabor, higiene y bienestar a uno de los rituales más apreciados de la gastronomía nacional.
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