Música y recuerdos: cómo la selección de canciones cambia con la edad

Un estudio internacional reveló que, con el paso de los años, la tendencia a descubrir artistas nuevos disminuye, mientras aumentan los vínculos emocionales con temas vinculados con experiencias pasadas

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La música de la juventud
La música de la juventud se convierte en la 'banda sonora de la vida' y mantiene su relevancia en la adultez y la vejez (Imagen Ilustrativa Infobae)

La música acompaña cada etapa de la vida y, con frecuencia, se convierte en un reflejo de las experiencias y recuerdos más significativos. Sin embargo, un estudio reciente revela que la relación con nuestras canciones favoritas cambia con el tiempo.

Según los investigadores, cuanto mayores nos hacemos, menos canciones sumamos a esa lista personal, mientras la nostalgia y la memoria adquieren un peso predominante en nuestras elecciones musicales.

Una mirada longitudinal a los hábitos musicales

La investigación, liderada por la Universidad de Gotemburgo junto con la Universidad de Jönköping y la Universidad de Primorska, marca un punto de inflexión en la forma de entender la relación entre música, memoria y envejecimiento.

Publicado por la Association for Computing Machinery, el estudio analiza datos de más de 40.000 usuarios de Last.fm a lo largo de 15 años. A través de esta colaboración internacional, se tomó una muestra representativa de personas de distintos países y edades, quienes compartieron sus hábitos musicales, en su mayoría registrados en plataformas musicales. Los investigadores analizaron más de 542 millones de reproducciones de más de un millón de canciones, lo que representa uno de los seguimientos de consumo musical más extensos realizados hasta la fecha.

Un estudio revela que la
Un estudio revela que la lista de canciones favoritas se reduce con la edad, pero cada tema adquiere mayor valor personal (Imagen Ilustrativa Infobae)

Para la Association for Computing Machinery, el valor del estudio reside en su enfoque longitudinal: a diferencia de investigaciones anteriores, limitadas a periodos breves, este análisis permitió observar cómo los patrones y preferencias se modifican paulatinamente conforme avanza la vida.

La juventud: exploración y repertorios colectivos

Según los hallazgos, la juventud es la etapa de la exploración musical por excelencia. En la adolescencia y los primeros años de la adultez, la mayoría de los oyentes despliega una curiosidad incansable, moviéndose entre géneros y artistas, siguiendo las tendencias de la cultura popular y sumando novedades a sus playlists.

En palabras de Alan Said, profesor en la Universidad de Gotemburgo y coautor de la investigación, “Cuando eres joven, quieres experimentar todo. No vas a un festival de música solo para escuchar a una banda en particular, pero cuando te conviertes en adulto, normalmente ya has encontrado un estilo de música con el que te identificas. Las listas de éxitos pierden importancia”.

Durante esta etapa, la música actúa como un lenguaje común, forjando comunidades, amistades y recuerdos compartidos. Las canciones favoritas suelen tener un carácter generacional, y no es raro que múltiples adolescentes o jóvenes adultos coincidan en los géneros, artistas o temas que los definen.

Llegada a la adultez: de lo colectivo a lo personal

La exploración musical es más
La exploración musical es más intensa en la juventud, mientras que en la adultez predomina la búsqueda de canciones ligadas a recuerdos (Imagen Ilustrativa Infobae)

Con el paso de los años, según la investigación, la exploración musical disminuye y el repertorio comienza a cerrarse sobre sí mismo. Al dejar atrás la juventud, muchos oyentes descubren que ya no sienten el mismo impulso por descubrir las últimas tendencias. En su lugar, buscan canciones que reflejen vivencias pasadas y que tengan un vínculo con sus recuerdos.

La transición es gradual, pero clara. Lo que antes era búsqueda ahora es selección cuidadosa. El estudio destaca que, al llegar a la adultez, los gustos se vuelven más personales y que la música elegida es cada vez menos influida por modas o listas de éxitos. En esta etapa, la nostalgia empieza a ocupar un lugar central: las canciones favoritas de la juventud se conservan y se escuchan con regularidad, mientras que la incorporación de música nueva disminuye.

La nostalgia: la música como “banda sonora de la vida”

Uno de los hallazgos más interesantes del estudio es el papel protagónico que juega la nostalgia en la preferencia musical de las personas de mediana edad y mayores. La música que acompañó los momentos clave de la juventud se transforma en una “banda sonora de la vida”. Los investigadores observaron que muchas personas regresan de forma recurrente a aquellas canciones que despertaron emociones o marcaron etapas importantes tiempo atrás.

Entre los adultos mayores, incluso más allá de los 65 años, aparece un patrón dual: si bien existe un cierto interés por descubrir novedades, predomina la tendencia a reencontrarse con las melodías que ya conocen y que forman parte de su historia personal. Al mismo tiempo, los gustos se individualizan. Se vuelve difícil para los mayores encontrar canciones favoritas compartidas con sus pares, algo frecuente en la adolescencia, cuando los repertorios eran más colectivos.

Recomendaciones musicales y desafíos para los sistemas actuales

La nostalgia y la memoria
La nostalgia y la memoria influyen en la selección musical de adultos y mayores, según un análisis de 40.000 usuarios de Last.fm (Imagen Ilustrativa Infobae)

Este proceso de cambio representa, según el estudio, un desafío fundamental para los sistemas de recomendación de las plataformas.

Las necesidades de los usuarios varían significativamente según la edad. Para los jóvenes, el estudio sugiere que conviene ofrecer una mezcla de éxitos actuales con música de otras épocas aún desconocida. Para quienes atraviesan la mediana edad, el equilibrio entre lo nuevo y lo familiar es crucial. En el caso de los mayores, las recomendaciones personalizadas deben tener en cuenta esos recuerdos nostálgicos y la mayor individualidad de gustos. Es decir, el algoritmo debería reflejar no solo lo que escuchan actualmente, sino también el recorrido afectivo que esa persona mantiene con la música.

La Universidad de Gotemburgo señala que este tipo de análisis abre nuevas vías para la investigación y mejora de los algoritmos de recomendación. Hasta el presente, la mayoría de los sistemas no contemplaba la evolución de los gustos musicales a lo largo de la vida.

Una lista que se reduce, pero se enriquece

La conclusión del estudio sostiene que la personalización musical se intensifica con el paso del tiempo, mientras que la exploración de nuevos géneros y artistas se va reduciendo. La mayoría de las personas mayores de 65 años dejan de buscar activamente novedades musicales, optando en su lugar por disfrutar las canciones que los han acompañado durante décadas.

En definitiva, cuanto mayores nos hacemos, menos canciones favoritas sumamos, pero cada una de ellas adquiere un valor único y personal. Lejos de tratarse de un simple retroceso, este proceso refleja una forma especial de conectar con la memoria, la identidad y la historia propia. La lista de favoritos se acorta, pero cada melodía resuena con más fuerza, como testimonio vivo de una vida a través de la música.