
Admitir una debilidad frente a un entrevistador continúa siendo, para muchos candidatos, uno de los momentos más incómodos de cualquier proceso de selección. Sin embargo, esta pregunta se mantiene como una de las herramientas más utilizadas por reclutadores para medir no solo la sinceridad, sino también la capacidad de autocrítica y la disposición de un postulante a mejorar.
De acuerdo con portales especializados como Indeed, Deel y Harvard Business Review, cada vez más empresas valoran la autenticidad y la claridad con la que una persona expone sus puntos débiles. Pero, como advierten los expertos, existen respuestas que conviene evitar por completo: desde frases hechas hasta negarse a admitir cualquier área de mejora.
Por qué esta pregunta sigue vigente
Aunque algunos candidatos creen que mencionar una debilidad los deja en desventaja, para los reclutadores esta respuesta dice mucho más que un currículum perfecto. Según explicó Lisa Rangel, fundadora de Chameleon Resumes, a Harvard Business Review, esta pregunta revela cuán honesto es el candidato consigo mismo y qué tan bien entiende su propio desempeño.

De esta forma, quienes seleccionan personal no buscan incomodar, sino entender cómo una persona identifica sus límites y qué estrategias aplica para superarlos. Esa mentalidad de mejora —parte de las habilidades blandas cada vez más valoradas en el mundo del trabajo— puede ser clave para diferenciarse cuando la competencia es alta.
El error más común: negar o disfrazar la debilidad
Entre los desaciertos más frecuentes se encuentra intentar transformar una debilidad en una supuesta virtud extrema. Así lo planteó J.T. O’Donnell, fundadora de Work It Daily, en una columna publicada en Forbes: “Decir que eres perfeccionista o que trabajas demasiado duro es uno de los mayores clichés que los reclutadores escuchan a diario”. Para O’Donnell, los responsables de selección suelen detectar este tipo de respuestas de inmediato y leerlas como una forma de evitar la pregunta real.
En la misma línea, un informe de PageGroup Argentina advierte que la forma en que un postulante explica sus puntos débiles puede resultar determinante: el 73% de los reclutadores afirma que esta parte de la entrevista es clave para decidir la continuidad de un candidato en un proceso de selección. Si alguien niega tener áreas de mejora o responde con una frase vacía, suele interpretarse como falta de autocrítica o, peor aún, como arrogancia.
Qué respuestas conviene evitar

Los portales de empleo coinciden en que ciertos ejemplos deben eliminarse del repertorio. Desde Indeed y Deel destacan que los clichés como “soy muy perfeccionista” o “trabajo demasiado” ya no convencen a nadie. Son tan repetidos que pierden valor y no ofrecen información concreta sobre cómo la persona maneja esa supuesta debilidad.
Otro error común es declarar un rasgo de personalidad muy difícil de cambiar, como la impulsividad o la falta de empatía. Este tipo de respuestas puede encender alarmas, ya que se asocia a problemas dentro de los equipos de trabajo o a posibles conflictos en la gestión de proyectos. Por eso, los especialistas aconsejan mantener la respuesta en el plano profesional, sin exponer aspectos personales que no aportan al rol.
Cómo responder de forma honesta y estratégica
Entonces, ¿qué conviene decir? Los expertos coinciden en que lo mejor es identificar una debilidad real pero no decisiva para el puesto, describirla de forma breve y explicar cómo se está trabajando para superarla. Esto demuestra autocrítica, iniciativa y mentalidad de crecimiento.
Por ejemplo, un candidato que reconoce que le cuesta hablar en público puede contar que realizó un curso de oratoria o se sumó a capacitaciones para ganar confianza. Otra opción es admitir dificultades para delegar tareas, siempre que se detalle cómo se está aprendiendo a confiar más en el equipo y a repartir responsabilidades de manera equilibrada.

Un consejo práctico que comparten Indeed y Deel es analizar cuidadosamente la descripción del puesto antes de la entrevista. Así se evita mencionar debilidades que afecten funciones claves del rol. Por ejemplo, si se busca un puesto que exige manejo avanzado de comunicación, no sería acertado admitir inseguridades para expresarse con claridad.
Sinceridad bien planteada
Responder esta pregunta con honestidad no significa mostrarse vulnerable. Por el contrario, reconocer una debilidad y explicar cómo se está trabajando para mejorarla refuerza la imagen de alguien dispuesto a superarse. Según Deel, esta actitud es cada vez más valorada por las empresas que priorizan perfiles auténticos y con capacidad de adaptación.
La próxima vez que surja la pregunta temida en una entrevista, recordar qué es lo que nunca hay que decir y por qué puede marcar la diferencia entre quedar descartado o convertirse en el candidato elegido.
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