Pocas cosas despiertan tanto el apetito como una buena bruschetta servida con pan crujiente, queso untuoso y tomates secos intensamente sabrosos. Esta versión con tomate seco y queso crema es una alternativa elegante y sencilla a la clásica italiana con tomate fresco. Ideal para servir como entrada en una cena con amigos, como aperitivo o incluso para un brunch especial.
La combinación del dulzor concentrado del tomate seco con la suavidad del queso crema, más el toque de ajo y hierbas frescas, es una sinfonía de sabores que no requiere de habilidades culinarias avanzadas ni de mucho tiempo.
La bruschetta es originaria de Italia, concretamente de la región del Lacio, y tiene sus raíces en las costumbres de los campesinos que aprovechaban el pan duro tostándolo y frotándolo con ajo y aceite. Con el tiempo, evolucionó en mil variantes. En esta versión moderna, los tomates secos al sol, típicos del sur de Italia, aportan intensidad, y el queso crema suaviza y equilibra los sabores. Se puede acompañar con una copa de vino blanco seco o una limonada con hierbas. Es ideal para los meses cálidos, aunque resulta bienvenida en cualquier época del año.
Receta de bruschettas con tomate seco y queso crema
La preparación de estas bruschettas comienza con una base de pan tipo baguette o pan rústico, cortado en rebanadas y ligeramente tostado. Luego se unta generosamente con queso crema, que puede ser natural o saborizado con hierbas finas. Sobre esta base cremosa se colocan los tomates secos previamente hidratados en aceite de oliva o agua caliente, lo que intensifica su sabor y textura carnosa.
Podes personalizar estas bruschettas con hojas frescas de albahaca, rúcula, orégano o incluso un toque de pimienta negra recién molida. Son una excelente opción vegetariana, nutritiva y muy estética, perfectas para preparar en menos de 20 minutos.
Tiempo de preparación
Esta receta es rápida y no requiere cocción compleja:
- Hidratación de los tomates secos: 10 minutos (si es necesario)
- Preparación del pan y tostado: 5 minutos
- Montaje de las bruschettas: 5 minutos
Tiempo total estimado: 20 minutos
Ingredientes
- 1 baguette o pan rústico (puede ser integral o de masa madre)
- 150 g de queso crema (natural o saborizado con hierbas)
- 100 g de tomates secos (hidratados previamente en agua caliente o aceite de oliva)
- 1 diente de ajo (opcional, para frotar el pan)
- 1 cucharada de aceite de oliva virgen extra
- Hojas frescas de albahaca o rúcula al gusto
- Sal y pimienta negra al gusto
Cómo hacer bruschettas con tomate seco y queso crema, paso a paso
- Cortar la baguette en rebanadas de aproximadamente 1,5 cm de grosor.
- Tostar las rebanadas en una sartén, planchar o tostadora hasta que estén crujientes y doradas por fuera.
- Si se desea un sabor más intenso, frotar ligeramente cada rebanada con el diente de ajo cortado por la mitad.
- Untar cada rebanada de pan con una capa generosa de queso crema.
- Colocar los tomates secos ya hidratados sobre el queso crema. Cortarlos en tiras si son muy grandes.
- Añadir una hoja de albahaca o rúcula sobre cada bruschetta.
- Rociar un hilo de aceite de oliva por encima y sazonar con una pizca de sal y pimienta negra al gusto.
- Servir de inmediato, idealmente a temperatura ambiente.
¿Cuántas porciones rinde esta receta?
Con los ingredientes indicados, esta receta rinde aproximadamente 12 bruschettas, lo que equivale a unas 4 a 6 porciones, dependiendo del tamaño de las rebanadas y del apetito de los comensales.
¿Cuál es el valor nutricional de cada porción de esta receta?
Cada porción (2 bruschettas aproximadamente) contiene:
- Calorías: 180
- Grasas: 10 g
- Grasas saturadas: 4 g
- Carbohidratos: 16 g
- Azúcares: 2 g
- Proteínas: 4 g
Cabe señalar que estas son estimaciones, y los valores nutricionales precisos dependen de los ingredientes específicos utilizados en la preparación y las cantidades de cada porción.
¿Cuánto tiempo se puede conservar esta preparación?
Estas bruschettas deben consumirse preferentemente recién preparadas. Sin embargo, si necesitas conservarlas, puedes guardarlas en la heladera hasta 24 horas, cubiertas con film plástico o en un recipiente hermético. Es recomendable guardar el pan tostado por separado para evitar que se humedezca.
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