
La expansión de la inteligencia artificial (IA) en todas las áreas productivas y de servicios está modificando de raíz el mercado laboral global. Si bien durante años las noticias sobre IA se centraron en la amenaza de la automatización y la posible desaparición masiva de trabajos, hoy las evidencias muestran una realidad mucho más compleja, donde los riesgos coexisten con oportunidades inéditas para profesionales, empresas y sociedades.
Según datos recientes de The Economist y el Foro Económico Mundial (WEF, por sus siglas en inglés), la inteligencia artificial no solo reemplaza tareas repetitivas o automatizables, sino que también genera demanda de nuevas habilidades, redefine perfiles profesionales y crea puestos de trabajo que ni siquiera existían hace pocos años.
El informe “Jobs of Tomorrow: Technology and the Future of the World’s Largest Workforces” del WEF, junto al Future of Jobs Report 2025, proyecta que para esta década se crearán hasta 170 millones de nuevos empleos a nivel global como resultado de la transformación tecnológica, mientras que 92 millones de puestos serán desplazados por la automatización y los cambios en el mercado laboral. Además, el informe señala que 1.090 millones de empleos continuarán evolucionando dentro de un mercado laboral en transición.
Nuevas ocupaciones: auge de empleos antes impensados
El avance de la IA está dando lugar a puestos inéditos y a la profesionalización de tareas que antes eran periféricas. Un caso paradigmático, presentado en tono de broma por The Economist, es la oferta laboral para “ingeniero de interruptores de seguridad” de OpenAI: un puesto ficticio que consistiría en estar listo para apagar los servidores en caso de emergencia o mal funcionamiento.

Aunque humorístico, este ejemplo pone sobre la mesa la importancia de roles humanos encargados de supervisar, tomar decisiones críticas y garantizar el comportamiento seguro de sistemas cada vez más autónomos.
Más allá de lo anecdótico, el crecimiento real se observa en empleos como el anotador de datos, que ha evolucionado de ser un trabajo manual y transitorio a una profesión experta.
Ahora, profesionales en áreas como finanzas, derecho y medicina se suman al entrenamiento y curación de datos para modelos de IA. Plataformas como Mercor —valorada en USD 10.000 millones— intermedian este tipo de talento, y según su CEO, Brendan Foody, sus especialistas pueden cobrar en promedio USD 90 por hora.
Otro puesto en auge es el de ingeniero de despliegue avanzado (EDA). Estas personas, que combinan habilidades de desarrollador, consultor y vendedor, son las encargadas de personalizar e integrar herramientas de IA en cada organización. Empresas pioneras, como Palantir, muestran que la demanda de EDAs se ha multiplicado, y aceleradoras de startups como YCombinator registraron un salto de 4 ofertas de empleo a 63 en un año para este perfil.

La proliferación de agentes y servicios automatizados también ha impulsado nuevas funciones en la interacción humana. Así surge, por ejemplo, la figura del “chico o chica en el cielo” en empresas como Waymo (robotaxis), especialistas remotos que asisten a los usuarios en situaciones inesperadas, demoras o fallas, y que requieren tanto conocimientos técnicos como habilidades sociales para la gestión de conflictos o el trato humano.
Como subraya Himanshu Palsule, director ejecutivo de Cornerstone OnDemand, “tu personalidad es donde está tu valor”, ya que la capacidad de escribir código puede ser reemplazada por un algoritmo, pero la resolución empática de problemas y el trato interpersonal siguen siendo insustituibles.
En paralelo, crecen profesiones orientadas al control y la seguridad de la IA. El especialista en riesgo y gobernanza de IA lidera la demanda entre los empleos tecnológicos más codiciados, superando incluso a los programadores tradicionales.
Estos profesionales se encargan de evitar filtraciones de datos, mitigar sesgos, garantizar la robustez de los sistemas y prevenir colapsos operativos. En la alta dirección, el director de IA se consolida como cargo clave, coordinando la integración de múltiples modelos y gestionando la relación con proveedores y usuarios.

Sectores transformados y nuevas necesidades de capacitación
El impacto de la IA no se limita a los empleos tecnológicos. El WEF identifica seis grandes sectores donde la transformación es más profunda:
- En agricultura, drones y sistemas de análisis de datos han cambiado por completo el monitoreo de cultivos y la gestión de recursos, generando nuevas oportunidades para operadores de drones y técnicos en agritech.
- La manufactura se reinventa con robots y sistemas de IA para control de calidad y logística, lo que desplaza tareas manuales e impulsa el desarrollo de perfiles más especializados.
- La construcción avanza con modelado digital, maquinaria semiautomatizada y robótica aplicada, como en la reciente presa Kawakami en Japón, construida mayormente con robots dirigidos a distancia.
- En comercio y logística, aplicaciones inteligentes optimizan compras, entregas y rutas, creando demanda de personal capacitado en el manejo de sistemas digitales, análisis de datos y mantenimiento técnico.
- La gestión empresarial ve cómo agentes de IA automatizan procesos administrativos y de recursos humanos, potenciando la productividad.
- En salud, la IA y la robótica automatizan tareas de documentación y permiten que el personal se enfoque en la atención directa al paciente. Se crean así puestos como responsable de interoperabilidad, analista de datos médicos y operador de equipamiento inteligente.

El desafío para los empleos de entrada y la democratización de oportunidades
Uno de los principales riesgos que señalan Bloomberg y el WEF es la desaparición o transformación de los empleos de nivel inicial, fundamentales para la formación y el ascenso social de jóvenes profesionales. Analistas de mercado y representantes de ventas ven peligrar hasta el 50% de sus tareas, mientras que en funciones gerenciales el riesgo es del 9% al 21%.
Se estima que hasta 50 millones de empleos en Estados Unidos podrían verse afectados en los próximos años. Al mismo tiempo, la IA y las nuevas plataformas de capacitación abren caminos para la democratización del acceso al trabajo calificado.
Mientras los empleos rutinarios se reducen, surgen nuevas vías de aprendizaje, pasantías y formación continua orientadas a adquirir competencias técnicas desde cero, lo que permite a más trabajadores calificados alcanzar posiciones para las que antes necesitaban años de experiencia o educación convencional.
Charter, citado por el WEF, subraya que eliminar prácticas clásicas como la hora facturable en bufetes legales y priorizar el aprendizaje personalizado permitirá integrar a nuevos talentos y reducir barreras históricas.
Capacitación, habilidades humanas y desigualdades

Frente a estos cambios vertiginosos, la importancia de la capacitación constante y la adquisición de habilidades tanto técnicas como humanas es cada vez mayor. El WEF alerta que la equidad en la distribución de los beneficios de la IA dependerá de la inversión en educación, políticas públicas y acceso tecnológico en países y regiones menos favorecidas.
La formación profesional debe orientarse a áreas como programación, análisis de datos, operación de sistemas inteligentes y, especialmente, gestión de situaciones humanas, creatividad, solución de problemas complejos y comunicación.
El riesgo de aumentar la desigualdad persiste: tanto porque la automatización tiende a beneficiar a quienes ya cuentan con formación previa, como porque las brechas en infraestructura tecnológica dificultan el acceso a los empleos emergentes en ciertos segmentos o países. Por ello, tanto empresas como gobiernos y organizaciones internacionales promueven la necesidad de inversión coordinada y reglas claras para la integración responsable de la IA en el mercado laboral.
Las evidencias advierten que la inteligencia artificial no significa un “apocalipsis laboral”, sino que es una fuerza transformadora que ya está impulsando la creación de nuevas profesiones, cambiando estructuras de aprendizaje, y redefiniendo la demanda y el valor de las habilidades humanas.
Si bien implica desafíos reales para algunos segmentos, los datos y ejemplos actuales muestran que la IA amplía el campo laboral para quienes se adaptan, apuestan a la capacitación y desarrollan talentos únicos e insustituibles por máquinas. En un mercado en pleno cambio, el principal activo individual será, cada vez más, la capacidad de adaptación, aprendizaje y empatía.
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