Hasta un 40% de los adolescentes sufre mala calidad de sueño por el uso de dispositivos electrónicos, según un estudio

ISGlobal advierte que la exposición continua a pantallas antes de dormir puede causar disminución de la atención

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La cantidad de dispositivos en
La cantidad de dispositivos en el dormitorio se asocia a una peor higiene del sueño. (Imagen ilustrativa Infobae)

El sueño ocupa un rol importante en la salud y el bienestar, especialmente durante la infancia y la adolescencia, etapas en las que la buena calidad del descanso es esencial para el desarrollo físico y mental. Sin embargo, entre un 20% y un 40% de los adolescentes sufren de una mala calidad del sueño, según un estudio coordinado por ISGlobal, centro impulsado por la Fundación Bancaria “la Caixa”.

El centro, que ha vinculado esta estadística con el uso creciente de dispositivos electrónicos para ocio y comunicación, investiga principalmente el impacto de estas tecnologías en la rutina diaria y en los patrones de sueño de la población joven.

Relación entre nuevas tecnologías y problemas de sueño

La calidad y la cantidad del sueño en los adolescentes dependen tanto de factores biológicos, como los cambios hormonales de la pubertad, como de aspectos ambientales y de estilo de vida. Entre estos últimos, destaca la integración masiva de dispositivos tecnológicos como televisores, móviles, tablets, ordenadores y consolas de juegos, que han transformado los hábitos nocturnos en el hogar.

El sueño ocupa un rol
El sueño ocupa un rol importante en la salud y el bienestar. (Imagen Ilustrativa Infobae)

El uso de estos aparatos no solo desplaza la hora de acostarse, reduciendo así las horas efectivas de sueño, sino que también estimula el cerebro y prolonga el estado de vigilia por la sobreexposición a la luz azul que emiten las pantallas. Esta luz interfiere en la producción de melatonina y puede alterar el ciclo natural sueño-vigilia, dificultando el proceso de conciliar el sueño. Así lo dio a conocer ISGlobal.

El centro de investigación también advierte que la exposición continua a pantallas antes de dormir puede causar disminución de la atención, alteraciones en el estado de ánimo y aumentar el riesgo de accidente, obesidad y enfermedades crónicas como la diabetes o afecciones cardiovasculares.

Además, la cantidad de dispositivos en el dormitorio se asocia a una peor higiene del sueño, especialmente cuando los niños y adolescentes tienen acceso a internet o redes sociales hasta altas horas de la noche.

La exposición continua a pantallas
La exposición continua a pantallas antes de dormir puede causar alteraciones en el estado de ánimo. (Imagen Ilustrativa Infobae)

Recomendaciones para mejorar la calidad del sueño en la era digital

Considerando los riesgos observados, ISGlobal recomienda establecer límites en el uso de la tecnología antes de dormir, como evitar el uso de televisión, móviles, tablets, ordenadores y videojuegos unas horas previas a acostarse. Es beneficioso reducir el número de dispositivos electrónicos presentes en el dormitorio y emplear protectores de pantalla que disminuyan la exposición a la luz azul.

El estudio también sugiere que, dado el aumento temprano de la posesión de teléfonos entre los niños en España —el 25% a los 10 años y el 94% a los 15—, es fundamental promover intervenciones educativas que fomenten un uso responsable de las tecnologías desde edades tempranas, con el fin de prevenir problemas futuros relacionados con la mala calidad del sueño.

Si bien la tecnología facilita muchas actividades cotidianas y fomenta nuevas formas de interacción, su uso debe ser gestionado cuidadosamente, especialmente en niños y adolescentes, para garantizar su bienestar y desarrollo saludable.

Crear un ambiente propicio también
Crear un ambiente propicio también influye en la calidad del sueño. (Imagen Ilustrativa Infobae)

Buenos hábitos para dormir mejor y mejorar la calidad del descanso

Adoptar buenos hábitos para dormir resulta fundamental para la salud física y mental. Mantener horarios regulares ayuda a que el cuerpo regule su ciclo natural de sueño, facilitando el descanso nocturno y la energía durante el día.

Crear un ambiente propicio también influye en la calidad del sueño. Una habitación oscura, silenciosa y con temperatura adecuada favorece la relajación. Limitar el uso de pantallas electrónicas antes de acostarse y evitar el consumo de cafeína al final del día son prácticas recomendadas por especialistas.

Incorporar rutinas relajantes, como leer o tomar una ducha tibia, prepara al cuerpo para el descanso. Al establecer estos hábitos, las personas experimentan mejoras en su bienestar y rendimiento a lo largo del día.