Códigos de un solo uso: la alternativa a las contraseñas que también están siendo hackeados

El phishing y la ingeniería social ponen en jaque la protección de cuentas que usan este método de ingreso

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Los ciberdelincuentes explotan la simplicidad
Los ciberdelincuentes explotan la simplicidad de los códigos temporales para realizar estafas sofisticadas. (Imagen Ilustrativa Infobae)

Durante años, las contraseñas dominaron la protección de cuentas digitales, pero su fragilidad evidenció la necesidad de buscar métodos alternativos. El creciente uso de códigos de un solo uso, parecía una respuesta eficaz, sencilla y moderna. Pero la realidad apunta hacia otro lado.

Este método consiste en introducir un correo electrónico o número de teléfono, recibir un código temporal y acceder a la cuenta sin recordar claves complejas. Muchas grandes firmas tecnológicas, entre ellas Microsoft, han adoptado este mecanismo como la solución definitiva al engorro de las contraseñas.

No obstante, los ciberdelincuentes han hallado en este sistema una oportunidad para nuevas y efectivas estafas digitales, generando un panorama repleto de riesgos para el usuario común.

Cómo operan los ataques a códigos de un solo uso

El atractivo principal de los códigos de un solo uso reside en su aparente simplicidad y, sobre todo, en la aspiración de eliminar el riesgo de que las claves tradicionales sean reutilizadas y filtradas. Sin embargo, ese mismo diseño sencillo facilita la labor de los atacantes que usan técnicas de phishing cada vez más sofisticadas.

El phishing y la ingeniería
El phishing y la ingeniería social ponen en jaque la protección de cuentas con códigos de un solo uso. (Imagen ilustrativa Infobae)

El funcionamiento de la estafa inicia habitualmente con el envío de un correo electrónico o mensaje SMS fraudulento, que capta la atención de la víctima a través de ofertas exclusivas, alertas de seguridad o supuestas novedades sobre una cuenta popular, como las de Mojang y Minecraft.

El mensaje suele contener un enlace a una página web falsificada, idéntica a la legítima. El usuario, convencido de estar en el sitio oficial, introduce su correo electrónico o número de teléfono.

Aquí entra en juego la ingeniería social: mientras el usuario ingresa sus datos en el formulario del sitio falso, el atacante replica esa información en tiempo real en la verdadera página. Como resultado, el sistema real envía un código legítimo a la bandeja de entrada o número del usuario.

Al solicitar el falso portal el código recibido, la víctima, habituada a este mecanismo por años de uso seguro, lo introduce sin sospechar. En ese instante, el delincuente obtiene el código y lo aprovecha para acceder al servicio legítimo, modificar las credenciales y tomar control total de la cuenta.

La confianza del usuario y
La confianza del usuario y la falta de intervención de gestores de contraseñas agravan la vulnerabilidad. (Imagen Ilustrativa Infobae)

Cuáles son los riesgos y limitaciones de los sistemas actuales

La principal debilidad de los códigos de un solo uso radica en depender casi exclusivamente de la confianza que el usuario deposita en la comunicación y la página donde ingresa sus datos.

Mientras que los gestores de contraseñas modernos ofrecen capas de protección ante intentos de suplantación, los códigos de un solo uso quedan a merced de la capacidad del usuario para detectar una trampa.

Los filtros antispam fallan porque el código llega de una plataforma real, y un gestor de contraseñas, al no existir clave estática, no interviene.

Además, el crecimiento del uso de dispositivos móviles y el peso de los inicios de sesión rápidos acercan a los usuarios a interfaces y mensajes fraudulentos, a menudo en situaciones de prisa, cuando resulta más sencillo caer en la trampa.

No existe un método de
No existe un método de autenticación 100% seguro frente a la evolución de la ciberdelincuencia. (Imagen Ilustrativa Infobae)

No existe un método 100% invulnerable. Las filtraciones de contraseñas ocurridas en el pasado, el robo de credenciales directamente desde navegadores tan utilizados como Chrome, y los nuevos fraudes con códigos de acceso muestran que la carrera entre ciberseguridad y ciberdelincuencia continúa.

Recomendaciones para protegerse de este tipo de ataques

Frente a la vulnerabilidad demostrada de los códigos de un solo uso, los expertos insisten en reforzar la “desconfianza activa” como barrera principal. Eso implica:

  • Verificar siempre la URL antes de ingresar cualquier dato personal, buscando incongruencias o diferencias mínimas respecto a la dirección oficial del servicio.
  • Ignorar mensajes inesperados, sobre todo aquellos que soliciten acciones urgentes o entregas de códigos.
  • Nunca compartir códigos de verificación ni con supuestos servicios de soporte ni con terceros, aunque el mensaje parezca completamente real.
  • Utilizar gestores de contraseñas confiables que ayudan a detectar sitios sospechosos y evitan autocompletar datos en páginas no verificadas.
  • Prestar especial atención a cambios repentinos en la información de contacto asociada a servicios y activar mecanismos de recuperación de cuenta cuando sea posible.