Cuáles son los riesgos de dormir con el ventilador encendido

El flujo de aire constante reseca mucosas, piel y ojos, aumentando la vulnerabilidad a infecciones

Guardar
Dormir con ventilador encendido incrementa
Dormir con ventilador encendido incrementa el riesgo de alergias, infecciones y molestias musculares. (Imagen Ilustrativa Infobae)
Las altas temperaturas nocturnas provocan que dormir bien se vuelva un desafío importante y una de las soluciones suele ser la instalación de ventiladores en el techo, en la mesa o en el suelo, una decisión puede traer riesgos para la salud y el bienestar.

Aunque directamente es un camino ideal para mantener una habitación fresca continuamente, para ciertas personas con enfermedades como asma o rinitis es un problema potencial.

Cuáles son los riesgos para la salud al dormir con el ventilador encendido

La utilización continua del ventilador durante el descanso nocturno genera diversas consecuencias negativas que afectan tanto a personas sanas como, sobre todo, a aquellas con condiciones respiratorias previas.

Una de las advertencias clave de los expertos apunta al movimiento constante de aire, ya que este no solo refresca el ambiente, sino que también desplaza polvo, polen, ácaros y otros alérgenos presentes en la habitación.

Expertos advierten sobre los efectos
Expertos advierten sobre los efectos negativos del ventilador en personas con asma o rinitis.(Imagen Ilustrativa Infobae)

Las personas propensas a alergias o con cuadros de asma resultan especialmente vulnerables, al aumentar la exposición a partículas que pueden desencadenar reacciones adversas.

Renato Casanova, neurólogo del Hospital Dos de Mayo, en Perú, señala la influencia directa en las vías respiratorias. “Las personas con asma, sobre todo los niños, no deben estar tanto tiempo expuestos al frío de los ventiladores, porque esto reseca la mucosa de las vías respiratorias y las predispone a infecciones”, asegura.

Además, los pacientes alérgicos pueden experimentar rinitis vasomotora, con mayor congestión nasal, incremento de mucosidad y riesgo de infecciones y resfriados.

El aire lanzado directamente a la cara durante el sueño también reseca la piel y las mucosas nasales, lo que ocasiona molestias persistentes. La sequedad propicia a su vez una reacción defensiva del organismo, como la sobreproducción de mucosidad, congestión, dolores de cabeza e irritación de garganta, sobre todo si se duerme con la boca abierta.

El flujo de aire constante
El flujo de aire constante reseca mucosas, piel y ojos, aumentando la vulnerabilidad a infecciones. (Imagen Ilustrativa Infobae)

Por otra parte, se incrementa la susceptibilidad a infecciones respiratorias, pues las mucosas resecas ofrecen menos barreras naturales contra los gérmenes.

No menos relevante resulta la posible tensión muscular: el flujo constante y frío del ventilador puede mantener los músculos del cuello, hombros o espalda en una posición rígida durante largas horas.

Esta situación eleva el riesgo de contracturas, dolores musculares y rigidez, dificultando el descanso adecuado. La irritación ocular y la sequedad de ojos también pueden aparecer si el aire alcanza el rostro de manera directa durante el sueño.

El ruido constante emitido por algunos modelos de ventiladores representa otro problema. Si bien hay quienes encuentran en el zumbido un sonido relajante similar al ruido blanco, para muchas personas el exceso de decibelios interrumpe el sueño profundo y perjudica la calidad del descanso.

La limpieza y el uso
La limpieza y el uso de purificadores de aire ayudan a reducir los riesgos de los ventiladores en el dormitorio. (Imagen Ilustrativa Infobae)

Según la legislación europea, el límite recomendable para electrodomésticos durante la noche es de 55 decibelios, cifra que algunos ventiladores económicos pueden superar, agravando el insomnio o favoreciendo los microdespertares.

Además, estudios de plataformas reconocidas como MedlinePlus asocian la falta de descanso adecuado con aumento de presión arterial y riesgos cardiovasculares.

Cómo usar el ventilar en el dormitorio de forma segura

A pesar de las advertencias, es posible mitigar los efectos negativos del ventilador si se toman ciertas precauciones. La limpieza frecuente de las aspas y la habitación en general resulta fundamental para reducir la acumulación de polvo y otros alérgenos.

Utilizar purificadores de aire para eliminar partículas en suspensión, lo que beneficia especialmente a personas con antecedentes alérgicos.

Programar el ventilador y mantener
Programar el ventilador y mantener una rutina de hidratación protege la salud durante las noches calurosas. (Imagen Ilustrativa Infobae)

La posición del ventilador y la dirección del flujo de aire también resultan determinantes. Se aconseja colocar el aparato a al menos un metro del cuerpo y evitar la exposición directa al rostro o al cuello. Utilizar el modo giratorio ayuda a distribuir el aire de forma homogénea, minimizando el riesgo de corrientes continuas en una zona específica y favoreciendo el confort general.

La velocidad debe mantenerse en un nivel bajo o moderado. Según recomendaciones profesionales, la temperatura ambiente para dormir tendría que oscilar entre 23 y 27 grados centígrados. Por debajo de este rango el aire tiende a resecarse demasiado, y por encima, el calor puede irritar aún más las vías respiratorias.

El uso de modos programables para limitar el funcionamiento del ventilador a intervalos concretos representa una estrategia eficaz para evitar la exposición continua durante las horas de menor temperatura nocturna. Esta función permite programar el apagado automático y así aprovechar solo el periodo más caluroso de la noche.

Además, es clave tener una rutina de hidratación: realizar un lavado nasal antes de acostarse, aplicar cremas hidratantes en la piel y beber agua al despertar, refuerzan la barrera natural de defensa contra la sequedad bucal, nasal y cutánea. En caso de dolencias previas o cuadros alérgicos, la consulta médica permite ajustar tratamientos y obtener recomendaciones personalizadas.

Por último, elegir modelos silenciosos y que no superen los decibelios tolerados por la normativa europea favorecerá el descanso y reducirá la alteración del ciclo del sueño.