Por qué el 9 de julio la Tierra vivió uno de sus días más cortos de la historia y cómo afectó a los servicios GPS

El fenómeno responde a una tendencia observada en los últimos años, en la que la aceleración de la rotación terrestre genera días más cortos

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Los satélites de GPS dependen
Los satélites de GPS dependen en parte de la medición exacta de la velocidad de rotación de la Tierra. (Unsplash)

El 9 de julio de 2025 figura entre los días más breves desde que existen registros precisos de la rotación de la Tierra. Investigadores han comprobado, mediante relojes atómicos de alta precisión, que el planeta completó su giro 1,3 milisegundos más rápido que el promedio.

El fenómeno responde a una tendencia observada en los últimos años, en la que la aceleración de la rotación terrestre genera jornadas sensiblemente más cortas. El día dura 86.400 segundos o 24 horas, por lo que estos cambios son muy sutiles. Sin embargo, puede afectar el funcionamiento de los satélites o el Sistema de Posicionamiento Global (GPS).

El astrofísico Graham Jones, citado por la BBC, señala que desde el año 2020 el planeta ha reducido la duración de algunos días por fracciones de milisegundo. Episodios de acortamiento similares han surgido en fechas como el 5 de julio de 2024 (-1,66 ms), el 9 de julio de 2021 (-1,47 ms), el 30 de junio de 2022 (-1,59 ms) y el 16 de junio de 2023 (-1,31 ms) según los relojes atómicos.

Diferencias tan pequeñas como un milisegundo —equivalente a 0,001 segundos— se vuelven relevantes para estas mediciones; por ejemplo, un parpadeo dura 100 milisegundos, mientras que el aleteo de una abeja se calcula en unos cinco milisegundos.

Científicos miden la duración del
Científicos miden la duración del día con relojes atómicos. (Fuente)

Durante fechas específicas, la Luna se encuentra más alejada del ecuador y ejerce menor influencia gravitacional sobre la Tierra, situación que facilita ligeras variaciones que adelantan el cierre de la rotación diaria. Las proyecciones para 2025 identifican, además del 9 de julio, los días 22 de julio y 5 de agosto como oportunidades en que esta tendencia continuará, con posibles recortes de entre -1,30 y -1,51 milisegundos.

Una tendencia que desconcierta a los científicos

Aunque el fenómeno está confirmado, la ciencia aún no ofrece una explicación definitiva. Graham Jones destaca que factores como los movimientos complejos del núcleo, las corrientes oceánicas y variaciones atmosféricas podrían influir en la velocidad de giro del planeta. Sin embargo, la historia precisa de estos cambios resulta difícil de reconstruir porque los relojes atómicos, capaces de realizar mediciones tan exactas, solo se han utilizado desde la década de 1950.

El investigador Leonid Zotov, de la Universidad Estatal de Moscú, concluye que “la mayoría de los científicos cree que esto tiene algo que ver con el interior del planeta. Los modelos oceanográficos y atmosféricos no son suficientes para explicar esta aceleración masiva”. Sus análisis prevén que la aceleración reciente dará paso eventualmente a una etapa de desaceleración del giro terrestre.

Representación de los satélites de
Representación de los satélites de GPS.

La profesora Hannah Fry, de la Universidad de Cambridge, relata cómo la humanidad siempre ha definido el tiempo en función de la rotación de la Tierra, aunque el planeta no mantiene un ritmo constante. Al analizar los anillos de corales antiguos, los expertos han determinado que hace unos 430 millones de años un año podía comprender 420 días, lo que refleja un ritmo de rotación mucho más veloz. En la actualidad, la combinación de ciencia avanzada y tecnología de medición permite detectar los cambios mínimos que afectan la duración de las jornadas y el trazado del tiempo en la vida cotidiana.

¿Cómo afecta a los servicios de GPS?

Los satélites envían señales a los dispositivos en la Tierra. Dependiendo del tiempo que demoran la recepción, se puede determinar la ubicación de esos objetos, tales como celulares o equipos GPS.

Sin embargo, en el lapso en que se envían las señales, la Tierra continúa girando, por lo que los sistemas también tienen en cuenta la rotación del planeta para calcular la posición exacta de los objetos.

Por tanto, cuando la Tierra se acelera o se ralentiza, deja al sistema de posicionamiento propenso a errores. Es por ello que estos cambios en la duración del día obligan a los operadores de GPS a realizar una serie de ajustes en los satélites.