Despidos masivos y nuevas habilidades, el dilema de la IA en el trabajo

El auge de herramientas inteligentes genera incertidumbre y ansiedad entre empleados, mientras empresas tecnológicas reorganizan sus plantillas y expertos recomiendan invertir en formación para afrontar la automatización y el cambio de paradigma laboral

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El impacto de la IA en el empleo se refleja en cifras recientes. Según una encuesta de Gallup de junio, el 42 % de los empleados estadounidenses utiliza IA algunas veces al año, mientras que el 19 % la emplea varias veces por semana.

“La peor consecuencia sería dedicar 10 horas a conversar con un chatbot inteligente en vez de navegar por Instagram o Reddit. La mejor, adquirir habilidades que te permitan desempeñar un trabajo completamente nuevo, uno que ni siquiera existía antes de la era de la inteligencia artificial”. Así resume Adam Clark Estes, editor de Vox el dilema que enfrentan millones de trabajadores ante la irrupción de la inteligencia artificial generativa en el mundo laboral. La noticia principal: la integración de estas herramientas en el trabajo de oficina avanza con rapidez, generando tanto oportunidades como una ansiedad masiva por el futuro del empleo.

El auge de la inteligencia
El auge de la inteligencia artificial genera despidos masivos y exige nuevas habilidades en el mundo laboral (Imagen Ilustrativa Infobae)

El impacto de la IA en el empleo se refleja en cifras recientes. Según una encuesta de Gallup de junio, el 42 % de los empleados estadounidenses utiliza IA algunas veces al año, mientras que el 19 % la emplea varias veces por semana. El uso es especialmente alto entre trabajadores de oficina: el 27 % de los empleados de cuello blanco la utiliza regularmente, frente a solo el 9 % en manufactura y trabajos de primera línea. A pesar de esta adopción creciente, una encuesta de Pew en febrero reveló que más de la mitad de los empleados en Estados Unidos teme por su futuro laboral debido a la IA.

Las empresas tecnológicas han respondido a esta incertidumbre con despidos masivos. Microsoft eliminó más de 6.000 puestos en mayo y junio y planea despedir a 9.000 empleados adicionales este mes, en un esfuerzo por reducir mandos intermedios y reorganizarse en torno a la IA. El director ejecutivo de Amazon, Andy Jassy, comunicó a sus empleados que la compañía implementará más IA generativa y agentes inteligentes, lo que implicará una reducción de plantilla en los próximos años. Por su parte, Dario Amodei, CEO de Anthropic, advirtió que la IA podría eliminar la mitad de los empleos de entrada en oficinas en ese mismo periodo, una predicción tan sombría que Axios acuñó el término “baño de sangre de cuello blanco” para describir el fenómeno.

Expertos recomiendan invertir en formación
Expertos recomiendan invertir en formación para afrontar el cambio de paradigma laboral que trae la inteligencia artificial (imagen ilustrativa Infobae)

La paradoja es evidente: aunque la IA actual, como ChatGPT o los agentes inteligentes, requiere supervisión y colaboración humana para funcionar correctamente, las empresas ya planifican escenarios de automatización total. Por ahora, la IA amplía las capacidades de los trabajadores de oficina, pero la tendencia apunta a una posible sustitución. La autora de Vox relata cómo, tras la insistencia del profesor de Wharton Ethan Mollick, comenzó a utilizar modelos avanzados de ChatGPT y Claude para tareas rutinarias, convirtiéndolos en asistentes de investigación indispensables que mejoran tanto la velocidad como la calidad de su trabajo.

Mollick recomienda la “regla de las 10 horas”: dedicar ese tiempo a experimentar con IA en el trabajo para descubrir su potencial. Según él, “las versiones gratuitas son demostraciones, no herramientas”, por lo que sugiere invertir USD 20 mensuales para acceder a los modelos más avanzados. Además, aconseja probar diferentes modelos y funciones, como el uso de la cámara del teléfono para compartir información visual con la IA.

El investigador de Brookings Metro, Mark Muro, subraya la importancia de adquirir habilidades flexibles y familiarizarse con la tecnología, ya que “será omnipresente”. Un informe de Brookings de febrero, coescrito por Muro, señala que la IA sobresale en tareas cognitivas y no rutinarias propias de profesionales bien remunerados, como ingenieros de software, arquitectos, abogados y periodistas. Sin embargo, esto no implica que la IA pueda reemplazar completamente estos empleos, sino que los complementa. En palabras de la autora, la IA agiliza la investigación y estimula nuevas ideas, pero aún falla en tareas como entrevistar fuentes o redactar textos completamente precisos.

La automatización impulsada por IA
La automatización impulsada por IA provoca ansiedad entre empleados y obliga a empresas a reorganizar sus plantillas (Imagen Ilustrativa Infobae)

El panorama es distinto para trabajos administrativos y de apoyo operativo. Un informe de Brookings del año pasado concluyó que el 100 % de las tareas de contables y oficinistas son susceptibles de automatización, y que los agentes de viajes, preparadores de impuestos y asistentes administrativos enfrentan un riesgo casi total de ser reemplazados. Si la IA realmente hiciera redundantes a estos trabajadores, se perderían millones de empleos.

Mollick advierte que el mayor riesgo lo enfrentan quienes desempeñan tareas muy específicas y repetitivas: “Si mi trabajo y mi tarea son casi idénticos y se repiten, ahí está el mayor peligro”. La incertidumbre sobre el futuro es generalizada. No se sabe si las empresas aprovecharán la transición para mejorar productos y condiciones laborales o si la utilizarán como pretexto para despedir empleados, desperdiciando una oportunidad única de transformar el trabajo y la productividad.

Mollick recomienda la “regla de
Mollick recomienda la “regla de las 10 horas”: dedicar ese tiempo a experimentar con IA en el trabajo para descubrir su potencial (Imagen Ilustrativa Infobae)

El autor de Vox reconoce que, aunque dominar la IA no garantiza conservar el empleo si la empresa opta por despidos masivos para aparentar eficiencia ante los accionistas, adquirir estas competencias nunca está de más. La transición hacia la revolución de la IA recuerda a la llegada de las computadoras personales en los años 80, cuando un porcentaje similar de trabajadores de oficina comenzó a usarlos regularmente. Sin embargo, la diferencia clave es que la IA afecta sobre todo a tareas cognitivas y no rutinarias, en contraste con tecnologías digitales previas que impactaron principalmente a trabajadores de primera línea.

El profesor Mollick recuerda que, históricamente, cada innovación tecnológica terminó generando más empleos, aunque el proceso fue doloroso: “Vivir la Revolución Industrial fue duro. Hubo anarquistas en las calles y desplazamientos masivos”. Nadie puede predecir si la transición a la era de la IA será igual de traumática, pero está claro que el trabajo diario cambiará en los próximos meses y años. Si la IA es el motor de una nueva Revolución Industrial, aprender a utilizarla puede ser la mejor apuesta para adaptarse.