Suplantaciones de perfiles en redes sociales: así debes actuar para evitar ser presa de ciberdelincuentes

Actualmente la identidad se construye a través de pantallas, publicaciones y fotos de perfil; las redes sociales han dejado de ser solo canales de comunicación. Hoy son extensiones de la vida cotidiana, del trabajo y de las relaciones personales. Pero también se han convertido en un terreno fértil para los ciberdelincuentes que buscan explotar esa identidad para suplantarla, manipularla o usarla con fines maliciosos.

De acuerdo con el informe de la firma de ciberseguridad McAfee, la suplantación de perfiles en redes sociales se encuentra entre los delitos digitales más reportados en los últimos dos años. La facilidad con la que se puede copiar una imagen de perfil, construir una biografía falsa o incluso tomar el control de una cuenta legítima ha hecho que este tipo de fraude se multiplique.

La suplantación de identidad en redes sociales ocurre cuando alguien crea un perfil falso o secuestra una cuenta real para hacerse pasar por otra persona.

Los objetivos pueden variar desde obtener datos personales, realizar estafas, hasta dañar la reputación de la víctima. En muchos casos, los delincuentes se hacen pasar por figuras conocidas, pero en el informe McAfee advirtió que los perfiles falsos también apuntan a usuarios comunes, muchas veces utilizando sus contactos reales para generar confianza.

Los ciberdelincuentes emplean diferentes estrategias. Algunas de las más comunes incluyen el uso de perfiles falsos, donde copian fotos y datos públicos para replicar una identidad; el hacking de cuentas, logrado mediante tácticas de phishing o malware; y la suplantación de marcas, que intenta engañar a usuarios haciéndose pasar por empresas o servicios legítimos.

Las motivaciones detrás de la suplantación son múltiples. En algunos casos, el objetivo es robar información personal para cometer fraudes financieros. En otros, se trata de dañar la imagen pública de una persona o empresa.

También se han reportado casos en los que se usan perfiles falsos para engañar a amigos o familiares y pedir dinero a través de mensajes directos.

Este fenómeno no se limita a una red específica. Facebook, Instagram, X, TikTok y LinkedIn son plataformas donde los casos se repiten con frecuencia. El uso de nombres genéricos, imágenes atractivas o mensajes que buscan generar empatía son tácticas comunes entre los estafadores.

El daño más visible es la afectación a la reputación. Sin embargo, las consecuencias pueden ir más allá. Las víctimas de suplantación pueden ver comprometidos sus datos bancarios, relaciones personales o incluso su seguridad física si la información difundida por el impostor se usa para extorsión o acoso.

Además, una vez que se ha producido una suplantación, el proceso de recuperación de la cuenta o desactivación del perfil falso puede ser lento y frustrante, especialmente si no se cuenta con pruebas suficientes o si la plataforma no responde con celeridad.

No existe una solución infalible, pero sí una serie de recomendaciones que reducen el riesgo de ser víctima:

• Utilizar contraseñas robustas y cambiarlas periódicamente.
• Activar la autenticación en dos pasos en todas las redes sociales.
• Limitar la visibilidad de la información personal, como número de teléfono, dirección de correo o ubicación.
• Revisar las solicitudes de amistad y no aceptar perfiles desconocidos sin verificar su autenticidad.
• Supervisar regularmente tu nombre en buscadores y redes para detectar posibles cuentas que se hagan pasar por ti.

Mantenerse actualizado sobre las nuevas tácticas que usan los estafadores también es clave. Diversas organizaciones, como McAfee, publican informes periódicos sobre fraudes emergentes y ofrecen herramientas para detectar actividad sospechosa.

Si detectas que alguien ha creado un perfil con tu nombre, imagen o datos personales, es fundamental actuar con rapidez. Las principales plataformas cuentan con formularios específicos para reportar suplantación de identidad. Es importante guardar evidencia como capturas de pantalla, mensajes enviados por el impostor y enlaces al perfil falso.

Además, se recomienda avisar a tus contactos, alertarlos sobre el perfil falso y pedirles que no compartan información sensible. En casos más graves, puede ser necesario presentar una denuncia formal ante las autoridades competentes.

La identidad digital no debe tomarse a la ligera. En una época donde la presencia en línea tiene implicaciones personales, laborales y financieras, protegerla es una responsabilidad obligatoria.

La suplantación de perfiles no es un problema menor ni exclusivo de figuras públicas. Cualquiera puede ser blanco. Lo importante es estar informado, preparado y actuar con rapidez si se detecta una amenaza.