Esta es la enfermedad que se puede sufrir por usar el celular en el baño, según un estudio

Llevar el celular al baño se ha convertido en una práctica común, incluso casi automática, que permite distraerse, pero también abre las puertas a diferentes problemas, entre ellos una enfermedad intestinal: hemorroides.

Así lo revela un estudio reciente presentado durante la Semana de Enfermedades Digestivas 2025, organizada por la Asociación Gastroenterológica Americana, en donde se explica cómo esta costumbre aumenta el riesgo, además de los problemas ya conocidos de bacterias.

La investigación, de carácter transversal, analizó a 125 adultos que se sometieron a colonoscopias de cribado como parte de un chequeo médico. Los participantes completaron una encuesta que recogía información sobre su uso del dispositivo móvil en el baño, así como otros factores vinculados con la salud intestinal, como el consumo de fibra, el nivel de actividad física, el tiempo de evacuación o el esfuerzo requerido al defecar.

Los resultados fueron contundentes. El 66% de los encuestados admitió usar el celular mientras estaba sentado en el retrete. De ellos, un 93% lo hacía al menos una o dos veces por semana, y más de la mitad (55,4%) reconoció utilizarlo en la mayoría de las ocasiones.

Entre las actividades más comunes se destacaron la lectura de noticias (54,3%), el uso de redes sociales (44,4%) y la consulta o envío de mensajes (30,5%).

Tras analizar los hallazgos endoscópicos y ajustar variables como edad, género, índice de masa corporal, ejercicio e ingesta de fibra, los investigadores concluyeron que quienes usaban el celular mientras hacían sus necesidades tenían un 46% más de riesgo de presentar hemorroides que aquellos que no lo hacían.

El tiempo prolongado que las personas pasan en el baño cuando llevan consigo el teléfono es el principal motivo. Un 37,3% de los usuarios móviles reportó pasar más de seis minutos por visita, y un 35% reconoció que el uso del dispositivo era la causa directa de esa extensión.

Si se considera que esta práctica puede repetirse varias veces al día, la acumulación de tiempo sentado puede ser considerable a lo largo de los años.

Este punto resulta especialmente relevante, ya que pasar demasiado tiempo en el retrete está directamente asociado con el desarrollo de hemorroides. Al mantener la postura por períodos prolongados, se ejerce una presión sostenida sobre las venas del recto y el ano, lo que puede favorecer su inflamación.

Las hemorroides, también conocidas como almorranas, son dilataciones venosas situadas en el canal anal o en la parte inferior del recto. Funcionan de forma similar a las várices que se presentan en las piernas, pero en este caso se localizan en una zona particularmente sensible.

Pueden presentarse de forma interna o externa y, en ambos casos, ocasionar molestias como picazón, dolor, sangrado y sensación de evacuación incompleta.

Según el mismo estudio, un 43% de los participantes presentaba patología hemorroidal, detectada por visualización directa durante las colonoscopias o mediante los informes endoscópicos.

Los expertos coinciden en que modificar ciertos hábitos podría reducir significativamente la aparición de esta afección. Una de las estrategias más directas es evitar llevar el celular al baño, lo que reduciría el tiempo sentado y permitiría un uso más eficiente y fisiológico del inodoro.

Además, se recomienda:

• Aumentar la ingesta de fibra a través de frutas, verduras, cereales integrales y legumbres.
• Beber abundante agua para facilitar el tránsito intestinal.
• Realizar actividad física regularmente para estimular el sistema digestivo.
• Evitar el esfuerzo excesivo al defecar y no postergar el momento cuando se siente la necesidad.

Al ser una dolencia incómoda, pero común, las hemorroides merecen atención, especialmente cuando hábitos cotidianos como el uso del celular pueden estar incrementando su prevalencia de forma silenciosa.