Depresión blanca, cuando la navidad produce tristeza y melancolía: qué la detona

Un estado emocional negativo y transitorio se presenta en algunas personas durante las festividades, influido por varios factores

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El blues de Navidad se
El blues de Navidad se manifiesta con síntomas como insomnio, malhumor, pérdida de apetito y desmotivación en las celebraciones decembrinas. (Imagen Ilustrativa Infobae)

Mientras la temporada decembrina, la llegada de la Navidad y el cierre de año despiertan entusiasmo en muchos hogares, hay quienes experimentan una realidad muy distinta. Para algunas personas, estos días son sinónimo de tristeza, ansiedad o desgano, sensaciones que forman parte de lo que se ha denominado “depresión blanca” o “blues de Navidad”.

¿Qué es la depresión blanca?

El duelo por la ausencia
El duelo por la ausencia de seres queridos y los problemas financieros son causas frecuentes de depresión blanca en fin de año. (Imagen Ilustrativa Infobae)

De acuerdo con UNAM Global, la “depresión blanca” es un estado emocional negativo y transitorio que suele manifestarse durante las celebraciones decembrinas.

No se considera un trastorno mental como tal, pero sí puede afectar a quienes la padecen. Según la profesora Patricia Bermúdez Lozano, de la Facultad de Psicología de la UNAM, los síntomas van desde insomnio, malhumor y tristeza, hasta pérdida de apetito y ansiedad.

Esta condición se relaciona con varios factores. Elementos psicológicos, familiares, sociales y económicos influyen directamente en el ánimo de las personas durante la Navidad. Por ejemplo, quienes enfrentan dificultades económicas pueden experimentar desmotivación, mientras que quienes viven duelos o arrastran problemas personales no resueltos pueden sentirse especialmente vulnerables en estos días.

Entre las causas identificadas están:

  • Problemas financieros o laborales.
  • Duelo por la muerte o ausencia de un ser querido.
  • Balance negativo al cerrar el año, como no haber cumplido metas.
  • Desgaste físico y emocional por el estrés de la temporada.

Además, existe una predisposición genética en quienes tienen familiares que han presentado cuadros de depresión severa. Esto puede aumentar la vulnerabilidad ante el “blues de Navidad”.

Recomendaciones para quienes viven el “blues de Navidad”

Especialistas de la UNAM recomiendan
Especialistas de la UNAM recomiendan centrarse en aspectos positivos, practicar el perdón y mantener redes de apoyo para superar la depresión blanca. - (Imagen Ilustrativa Infobae)

Superar la “depresión blanca” exige un enfoque integral que contemple tanto las emociones como el comportamiento diario. La especialista de la UNAM señala distintas estrategias para aliviar este estado temporal:

  • Centrarse en los aspectos positivos de las personas y de la festividad, evitando una visión negativa global.
  • Practicar el perdón, tanto hacia los demás como hacia uno mismo, a través de una reflexión honesta sobre el pasado.
  • Realizar actividades placenteras, como pasar tiempo con amigos, salir a caminar o disfrutar de una ducha relajante.
  • Conversar abiertamente sobre los sentimientos con personas de confianza y mantener redes de apoyo social.
  • Participar en actividades altruistas y ayudar a quienes lo necesitan, lo que contribuye a mejorar el estado de ánimo.
  • Buscar atención profesional si la tristeza, el desánimo o el malhumor se intensifican y dificultan llevar adelante la vida cotidiana.

El papel del invierno y el trastorno afectivo estacional

El invierno y la menor
El invierno y la menor exposición a la luz solar pueden agravar la depresión blanca y favorecer el trastorno afectivo estacional en Navidad. (Imagen Ilustrativa Infobae)

La llegada del invierno en el hemisferio norte coincide con las festividades navideñas y puede tener un efecto negativo en el entusiasmo y la motivación. El frío, los días cortos y la menor exposición a la luz natural pueden acentuar este tipo de depresión temporal.

Bermúdez Lozano advierte sobre el llamado trastorno afectivo estacional. Esta condición, reconocida por el Instituto Nacional de Salud Mental, se caracteriza por síntomas recurrentes propios de la depresión durante los meses de menor luz solar, con una duración de cuatro a cinco meses al año.

La clave está en la relación entre la baja luminosidad y ciertos neurotransmisores del cerebro:

  1. Menor producción de serotonina, sustancia que influye en el bienestar y la motivación.
  2. Alteraciones en la melatonina, que afectan el sueño y el ánimo.
  3. Disminución de vitamina D, por la falta de exposición solar.

Estos cambios pueden propiciar agotamiento, falta de entusiasmo y dificultades para realizar actividades cotidianas o aprender cosas nuevas.