
La altura nunca fue solo una cuestión de genética al azar: un nuevo estudio muestra que un gen clave, parcialmente silenciado en las mujeres, podría estar detrás de esta diferencia persistente. Este mecanismo genético podría ayudar a explicar por qué los hombres suelen ser más altos que las mujeres.
Durante décadas, la diferencia de altura entre hombres y mujeres ha sido uno de los ejemplos más visibles de las diferencias entre géneros.
Tradicionalmente, se atribuyó este fenómeno a la influencia de las hormonas sexuales, pero un estudio publicado recientemente en la revista Proceedings of the National Academy of Sciences (PNAS) aporta una perspectiva radicalmente nueva, la dosis de cromosomas sexuales, en particular el cromosoma Y y la expresión del gen SHOX, desempeña un papel fundamental e independiente de las hormonas en la determinación de la estatura.

Según informó PNAS, este hallazgo se basa en el análisis genético de casi un millón de adultos y redefine la comprensión de las bases biológicas que explican por qué, en promedio, los hombres son más altos que las mujeres.
El estudio, liderado por un equipo de investigadores de Estados Unidos, analizó datos de 928.605 adultos provenientes de tres grandes biobancos genéticos: MyCode y All of Us (ambos de Estados Unidos) y el Biobanco del Reino Unido.
Entre los participantes, 1.225 presentaban aneuploidías de los cromosomas sexuales, es decir, una cantidad anormal de cromosomas X o Y. Esta amplia muestra permitió a los científicos comparar la estatura de personas con diferentes combinaciones cromosómicas y modelar el impacto de cada componente genético en la altura, más allá de la influencia hormonal.
Un estudio a gran escala con biobancos internacionales

La investigación se distingue por el tamaño y la diversidad de su muestra, ya que los datos incluyeron adultos de distintas ascendencias genéticas, con edades promedio que oscilaron entre los 48 y 58 años, según el grupo poblacional.
De los más de 928.000 participantes, 1.225 presentaban aneuploidías de los cromosomas sexuales, siendo que la identificación de los complementos cromosómicos se realizó mediante análisis genéticos detallados, y la estatura se obtuvo de registros clínicos previos a 2021 o 2022, según el biobanco.
Esta estrategia permitió a los investigadores evitar sesgos asociados a cohortes clínicas, donde suelen predominar los casos más graves o atípicos. Además, la inclusión de personas con aneuploidías proporcionó un modelo natural para estudiar cómo la ganancia o pérdida de cromosomas X o Y afecta la altura.

De acuerdo con el reporte de PNAS, la diferencia promedio de estatura entre hombres (46,XY) y mujeres (46,XX) se mantuvo constante en torno a los 13,7 centímetros en los distintos grupos de ascendencia, lo que confirma la robustez del fenómeno a nivel global.
Cuáles son las claves en la determinación de la estatura
El análisis se centró en los cromosomas sexuales X e Y, que, aunque no son homólogos, comparten una pequeña región llamada PAR1 (región pseudoautosómica 1), en la cual se encuentra el gen SHOX, conocido por su influencia directa en el crecimiento y la estatura.
Tanto hombres como mujeres suelen tener dos copias activas de los genes de PAR1, pero la expresión de SHOX es más compleja de lo que se pensaba.

En las mujeres, uno de los cromosomas X permanece inactivo en la mayor parte de sus genes, aunque PAR1 escapa parcialmente a este silenciamiento. Sin embargo, los investigadores observaron que la expresión de SHOX y otros genes de PAR1 es menor en el cromosoma X inactivo (Xi) que en el activo, lo que implica que las mujeres tienen niveles más bajos que los hombres, quienes expresan el gen tanto en el X como en el Y.
Según detalló PNAS, este silenciamiento parcial del cromosoma X inactivo significa que la dosis efectiva de SHOX es mayor en los hombres, lo que contribuye a su mayor estatura promedio.
Además, las aneuploidías de los cromosomas sexuales, como la presencia de un cromosoma Y adicional (47,XYY) o un cromosoma X adicional (47,XXX o 47,XXY), ofrecen una oportunidad única para observar cómo la variación en la dosis cromosómica afecta la altura.

El gen SHOX está relacionado con el crecimiento de los huesos, y por lo tanto, con la estatura. Aunque las mujeres tienen dos cromosomas X, uno de ellos está casi siempre inactivo, como si funcionara en segundo plano. Dentro de ese cromosoma hay una pequeña región, llamada PAR1, que logra mantenerse parcialmente activa, pero no del todo.
Los investigadores descubrieron que este gen, ubicado en esa zona, se expresa con menos intensidad en el cromosoma X inactivo. En consecuencia, las mujeres producen menos cantidad de este gen que los hombres, quienes lo expresan desde el cromosoma X y también desde el Y. Esa diferencia ayuda a explicar por qué, en promedio, los hombres son más altos que las mujeres.
Un cromosoma Y adicional eleva más la estatura que un X adicional
Uno de los hallazgos más destacados del estudio es que la presencia de un cromosoma Y adicional produce un aumento de estatura mayor que el que se observa con un cromosoma X adicional, y este efecto es independiente de las hormonas sexuales masculinas.
Los investigadores utilizaron modelos estadísticos multivariantes para aislar el impacto de la dosis cromosómica de otros factores, como las hormonas o las características clínicas asociadas a síndromes genéticos.
El análisis reveló que un cromosoma Y extra aporta 3,1 centímetros más a la estatura que un cromosoma X inactivo adicional, tras ajustar por las diferencias hormonales. Esta diferencia, representa el 22,6% de la brecha de altura promedio entre hombres y mujeres.

Por otro lado, analizaron el impacto de variantes patógenas del gen SHOX, responsables de condiciones como la discondrosteosis de Léri-Weill (un trastorno genético que causa baja estatura desproporcionada, con extremidades cortas y deformidad en los antebrazos).
Los resultados mostraron que estas variantes reducen la estatura de forma más significativa en los hombres que en las mujeres: una mutación patógena en SHOX se asoció con una reducción de 18,6 centímetros en los hombres y de 8,9 centímetros en las mujeres.
Implicaciones para la comprensión de otras diferencias sexuales en salud
Más allá de la estatura, los hallazgos de este estudio tienen implicaciones para el entendimiento de otras diferencias sexuales en la salud humana. Según los autores, comprender las bases genéticas del dimorfismo sexual es esencial para desentrañar los mecanismos biológicos que subyacen a las disparidades entre hombres y mujeres en la incidencia de enfermedades autoinmunes, neuropsiquiátricas y otras condiciones médicas.

La información, publicada por PNAS, destaca que las diferencias en la dosis de cromosomas sexuales pueden influir en la susceptibilidad a diversas enfermedades, y que el estudio de las aneuploidías ofrece un modelo valioso para investigar estos efectos.
Los investigadores sugieren que futuras investigaciones sobre la expresión génica en diferentes tejidos y en personas con combinaciones cromosómicas atípicas podrían arrojar luz sobre la relación entre la genética sexual y otros rasgos clínicos.
El estudio plantea la posibilidad de que otros genes de la región PAR1, PAR2 o genes homólogos X-Y que escapan a la inactivación puedan contribuir a las diferencias de estatura, aunque este aspecto requiere investigaciones adicionales.
La diversidad de la muestra, permitió confirmar que el efecto del cromosoma Y sobre la altura es consistente en la mayoría de los grupos poblacionales.
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