
El número de personas con diabetes a nivel mundial se disparó de 108 millones en 1980 a 422 millones en 2014, según los últimos datos brindados por la Organización Mundial de la Salud (OMS). En las Américas, en tanto, la Organización Panamericana de la Salud (OPS) estima que 62 millones de personas padecen diabetes tipo 2, un número que podría alcanzar los 109 millones para 2040.
Ahora, un equipo de investigadores de la Universidad de Cambridge reveló una conexión entre el consumo de carne y el riesgo de desarrollar diabetes tipo 2. El estudio, que analizó datos de casi dos millones de personas, demostró que tanto la carne roja procesada y sin procesar están asociadas con un incremento significativo del riesgo de esta enfermedad.
La diabetes es una enfermedad crónica que ocurre cuando el páncreas no produce suficiente insulina o cuando el cuerpo no utiliza eficazmente esta sustancia que genera, la cual es una hormona esencial para regular los niveles de glucosa en la sangre. Cuando no se controla, provoca hiperglucemia, es decir, niveles elevados de glucosa en la sangre, situación que, con el tiempo, puede causar daños graves en diversos órganos y sistemas del cuerpo, especialmente en los nervios y vasos sanguíneos.

Los síntomas de la diabetes incluyen sed excesiva, micción frecuente, fatiga extrema, visión borrosa y pérdida de peso inexplicable. Si no se trata adecuadamente, incluso puede llevar a complicaciones graves como ceguera, insuficiencia renal, infarto de miocardio, accidente cerebrovascular y amputaciones de extremidades inferiores.
Lo cierto es que, mediante la puesta en práctica del proyecto global InterConnect, los científicos de Cambridge examinaron 31 cohortes de estudio en 20 países distintos, que totalizaron 1,97 millones de participantes, y consideraron factores como la edad, género, comportamientos de salud y el índice de masa corporal.
El análisis mostró que un consumo diario de 50 gramos de carne procesada aumenta el riesgo de diabetes tipo 2 en un 15% en el plazo de 10 años. Asimismo, ingerir 100 gramos de carne roja sin procesar al día se relaciona con un incremento del riesgo del 10%.
Otro hallazgo relevante del estudio es la asociación entre el consumo diario de 100 gramos de aves de corral y un 8% más de riesgo de desarrollar diabetes tipo 2. Sin embargo, la relación entre las aves de corral y la diabetes se debilitó al considerar diferentes escenarios, lo que no ocurrió con la carne procesada y roja sin procesar, cuya asociación con la diabetes tipo 2 permaneció consistente.
Los resultados fueron publicados en The Lancet Diabetes & Endocrinology.

“Nuestra investigación proporciona la evidencia más completa hasta la fecha de una asociación entre el consumo de carne procesada y carne roja sin procesar y un mayor riesgo futuro de diabetes tipo 2.
Respalda las recomendaciones de limitar el consumo de carne procesada y carne roja sin procesar para reducir los casos de diabetes tipo 2 en la población”, afirmó la profesora Nita Forouhi, de la Unidad de Epidemiología del Consejo de Investigación Médica (MRC) de la Universidad de Cambridge, mediante un comunicado de prensa. Al tiempo que sugirió limitar el consumo de ciertos tipos de carne.
En tanto, al referirse a que la investigación también sugiere alguna relación entre esta patología y el consumo de algunas aves, Forouhi advirtió que “si bien nuestros hallazgos aportan evidencia más completa sobre la asociación entre el consumo de aves de corral y la diabetes tipo 2 de lo que estaba disponible anteriormente, el vínculo sigue siendo incierto y necesita ser investigado más a fondo”.
Por su parte, el doctor Chunxiao Li, coautor y también miembro de la Unidad de Epidemiología del MRC, destacó la metodología empleada: “Los metanálisis anteriores implicaban la agrupación de resultados ya publicados de estudios sobre la relación entre el consumo de carne y la diabetes tipo 2, pero nuestro análisis examinó datos de participantes individuales en cada estudio. Esto significó que pudimos armonizar los datos clave recopilados en los estudios, como la información sobre el consumo de carne y el desarrollo de la diabetes tipo 2″.

Y agregó: “El uso de datos armonizados también significó que pudimos tener en cuenta más fácilmente diferentes factores, como el estilo de vida o los comportamientos de salud, que pueden afectar la asociación entre el consumo de carne y la diabetes”.
De todas maneras, el aumento notable en la producción y consumo de carne a nivel mundial, a menudo sobrepasando las pautas alimentarias recomendadas, se ha convertido en una tendencia en las últimas décadas, aclaran los expertos. Es que, en estudios anteriores, también indicaron esta relación entre el consumo de carne y el riesgo de diabetes tipo 2, aunque sus resultados han variado.
En ese tono, el profesor Nick Wareham, director de la Unidad de Epidemiología del MRC, resaltó la importancia de esta clase de estudios para abordar e identificar los factores de riesgo de obesidad y diabetes tipo 2 en diversas poblaciones a lo largo del mundo, ya que la investigación también contempló estudios adicionales de regiones como Oriente Medio, América Latina y el sur de Asia, además de los tradicionales estudios en Estados Unidos y Europa.
“InterConnect nos permite estudiar los factores de riesgo de obesidad y diabetes tipo 2 en poblaciones de muchos países y continentes diferentes alrededor del mundo, lo que ayuda a incluir poblaciones que están subrepresentadas en los metanálisis tradicionales”, afirmó Wareham y completó: “La mayoría de los estudios de investigación sobre la carne y la diabetes tipo 2 se han realizado en Estados Unidos y Europa, y algunos en el este de Asia. Esta investigación incluyó estudios adicionales de Oriente Medio, América Latina y el sur de Asia, y destacó la necesidad de invertir en investigación en estas regiones y en África”.
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