
El reciente aumento de casos de sarampión en Argentina, especialmente en el Área Metropolitana de Buenos Aires (AMBA), generó preocupación en la población y encendió la alerta epidemiológica nacional.
Las autoridades sanitarias y los especialistas remarcan la importancia de reforzar la prevención, ya que la baja en el índice de vacunación crea un escenario favorable para el rebrote del virus. Y destacaron la necesidad de mantener altos niveles de inmunización para evitar la propagación de esta enfermedad altamente contagiosa.
Qué hacer para tener anticuerpos si ya cursé la enfermedad

Especialistas del Ministerio de Salud y los CDC de los EEUU afirman que, incluso quienes ya tuvieron sarampión, deben recibir la vacuna doble o triple viral.
Esta recomendación se basa en que la vacuna también protege contra paperas y rubéola, y su seguridad está comprobada aunque se administre a una persona que ya es inmune al sarampión por haber cursado la enfermedad. Además, contar con dos dosis según el calendario nacional o demostrar anticuerpos IgG específicos contra el virus mediante un estudio de laboratorio asegura protección eficaz.
Según los organismos sanitarios, sólo las personas nacidas antes de 1965 se consideran inmunes por exposición natural y no necesitan vacunarse nuevamente.
Cómo se contagia el sarampión

De acuerdo con datos del Ministerio de Salud de la Nación, los CDC y organizaciones internacionales, el sarampión se transmite por secreciones respiratorias expulsadas al hablar, toser o estornudar, y también por contacto con superficies contaminadas recientemente. El virus permanece activo hasta dos horas en el ambiente, lo que explica la facilidad con la que se disemina en lugares cerrados y concurridos.
Los expertos destacan que un paciente puede contagiar a entre 12 y 18 personas antes y después de la aparición de los síntomas típicos, como fiebre y erupción cutánea. El riesgo de complicaciones graves es mayor en menores de cinco años, personas inmunocomprometidas y quienes sufren desnutrición, según informes de la Organización Mundial de la Salud y UNICEF.
Qué necesito para darme la vacuna contra el sarampión y dónde la aplican en el AMBA

Conforme a los criterios establecidos por el Ministerio de Salud, la vacuna doble o triple viral no requiere orden médica y está disponible de manera gratuita en hospitales y vacunatorios públicos del AMBA.
El esquema de vacunación vigente marca que niños y niñas deben recibir la primera dosis a los doce meses y la segunda a los cinco años. En tanto los mayores de cinco años, adolescentes y adultos deben registrar dos dosis aplicadas después del primer año de vida, o demostrar inmunidad mediante serología IgG positiva.
En caso de no contar con comprobante o estudio de anticuerpos, la indicación es reiniciar el esquema vacunal.
La aplicación está contraindicada en caso de alergias graves a componentes de la vacuna, inmunosupresión severa, embarazo o en niños menores de seis meses. Ante dudas por reacciones adversas específicas o antecedentes alérgicos, se recomienda el asesoramiento por un especialista o alergista.
Durante campañas extraordinarias, las autoridades aplican refuerzos según el rango etario y antecedentes. Voceros del Ministerio advierten que el principal grupo de riesgo para el contagio son los menores de cinco años no vacunados, y señalan que la consulta inmediata al presentar fiebre y manchas en la piel es esencial para frenar la propagación.
¿Cuál es la diferencia entre sarampión y varicela?

Según la información documentada por los CDC y expertos del Ministerio de Salud, el sarampión y la varicela son enfermedades virales contagiosas, pero se originan por virus distintos y presentan síntomas diferenciados. El sarampión se manifiesta con fiebre alta, tos, conjuntivitis, congestión nasal y, después, manchas rojas que inician en la cara y se diseminan al cuerpo. Puede registrarse además la presencia de manchas de Koplik dentro de la boca como signo clínico específico.
En cambio, la varicela comienza con fiebre leve o moderada y erupciones ampollosas que surgen en brotes, primero en el tronco y luego en otras áreas del cuerpo. Mientras el sarampión puede tener consecuencias severas, la varicela suele transitarse sin complicaciones graves en niños sanos, aunque puede tornarse riesgosa en adultos o inmunodeprimidos. Ambas pueden prevenirse gracias a esquemas vacunales incorporados en el calendario nacional de inmunización.
La protección frente al sarampión depende exclusivamente de la vacunación completa, enfatizan especialistas y organismos sanitarios. Ante la aparición de síntomas o dudas sobre la inmunidad personal, la consulta médica y la vacunación oportuna son determinantes para frenar los brotes y resguardar la salud individual y colectiva.
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