
En la vida cotidiana, ciertos síntomas suelen pasar inadvertidos entre las ocupaciones y el cansancio. Así comenzó la historia de Maeve Fanning, madre de tres hijos en Birmingham, Reino Unido, cuya experiencia demostró cómo un malestar aparentemente menor puede esconder una realidad mucho más compleja.
Lo que inicialmente percibió como una simple pesadez estomacal pronto reveló la presencia de un timoma, un tipo de cáncer poco frecuente y difícil de detectar en sus primeras fases.
Del síntoma sutil al diagnóstico mayor
Durante unas vacaciones familiares en Gales, a sus 38 años, la mujer notó una persistente hinchazón abdominal y dificultades para comer, síntomas que atribuyó a problemas digestivos o quizá a la fatiga del viaje.
En la consulta médica posterior a su regreso, recibió antiácidos y una indicación frecuente: esperar para ver si los síntomas cedían con el tiempo. Pocos días después, Maeve comenzó a sentir una tos leve, que tampoco consideró alarmante. Solo cuando, cerca de Navidad, la falta de aire resultó ineludible, decidió acudir a urgencias, según consignó Daily Mail.

Allí, los exámenes de imagen revelaron una importante acumulación de líquido en los pulmones, situación que llevó inicialmente a sospechar de un cáncer de sangre. Comenzó así una serie de pruebas exhaustivas.
“Cuando detectaron líquido en mis pulmones y dijeron que tendrían que comenzar el tratamiento de inmediato, mi corazón se hundió”, relató Fanning a Daily Mail. Tras días de incertidumbre y numerosas evaluaciones, el diagnóstico definitivo se hizo evidente: timoma en etapa cuatro, ya extendido al revestimiento pulmonar.
La noticia sacudió a Maeve, cuyo pensamiento inmediato fue el bienestar de sus hijos: Oonagh (nueve años), Cormac (cinco años) y Ciaran (dos años). Tuvo que explicarles que pasaría un tiempo fuera de casa para tratar su enfermedad. La resiliencia y el apoyo familiar se convirtieron en el motor para resistir el embate de la enfermedad.
El pronóstico médico fue claro: la única opción era la quimioterapia paliativa, que ofrecía una esperanza de vida máxima de dos años. Maeve inició el tratamiento el 14 de febrero de 2025.

La primera ronda resultó demasiado agresiva para su organismo, por lo que fue necesario ajustar las dosis. A pesar de la debilidad física y los efectos secundarios, Maeve logró completar varias sesiones, aunque la quimioterapia convencional dejó de ser efectiva tras la quinta ronda.
Actualmente, sigue un esquema de quimioterapia de segunda línea cada tres semanas, para mantener el cáncer bajo control y priorizar el tiempo con sus hijos.
Enfermedades autoinmunes: un riesgo poco advertido
Un aspecto relevante en el caso de Fanning es que, un año antes de este diagnóstico, recibió la noticia de que sufría liquen plano oral, una enfermedad autoinmune poco frecuente que afecta la mucosa bucal.
Sin embargo, nunca fue alertada sobre la posible relación entre los trastornos autoinmunes y el riesgo de desarrollar ciertos tipos de cáncer como el timoma.

Después de atravesar el proceso de diagnóstico, ahora busca generar conciencia: “Cualquier persona con un trastorno autoinmune debería someterse a pruebas de detección de cáncer”, afirmó en Daily Mail.
¿Qué es el timoma y por qué pasa desapercibido?
El timoma es un tumor que se origina en la glándula del timo, situada en el centro del tórax, entre los pulmones. De acuerdo con la American Cancer Society, el timo cumple una función vital en el desarrollo del sistema inmunitario, en particular en la maduración de los linfocitos T, células esenciales para combatir infecciones. Las alteraciones del timo pueden derivar tanto en tumores como en patologías autoinmunes.
Según la Cleveland Clinic, el timoma avanza lentamente y generalmente no presenta síntomas evidentes al inicio. Cuando aparecen, suelen ser dolor en el pecho, tos persistente y dificultad para respirar, malestares que fácilmente pueden confundirse con otras afecciones comunes.
Esta inespecificidad retarda el diagnóstico y, frecuentemente, el cáncer se detecta en estadios avanzados, como ocurrió en el caso de Maeve.
Nuevas opciones terapéuticas y la carga económica

También está prevista la incorporación de terapia con protones en el University College London Hospital, una técnica avanzada que resulta útil en tumores cercanos a órganos vitales.
El costo de estos tratamientos supone un reto adicional para la familia Fanning. Por medio de una campaña recaudaron lo necesario para cubrir los gastos mensuales del tratamiento.
Los constantes viajes a Londres para recibir atención especializada son parte de su nueva rutina. El respaldo solidario fue clave para resistir y afrontar los desafíos económicos.
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