Autorizan en Argentina la vacuna contra el virus sincicial respiratorio para adultos con enfermedades crónicas

Ya se aplica en el país a embarazadas y mayores de 60 años. La ANMAT dio aval para su uso en personas de entre 18 y 59 años que presenten factores de riesgo, como diabetes o afecciones cardíacas

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La inmunización busca reducir hospitalizaciones
La inmunización busca reducir hospitalizaciones y complicaciones graves por VSR en personas con factores de riesgo (Imagen Ilustrativa Infobae)

Contar con una herramienta científica como una vacuna para prevenir los cuadros graves causados por el Virus Sincicial Respiratorio (VSR) representa un avance clave en salud. La inmunización permite reducir el riesgo de hospitalizaciones y cuadros severos, especialmente en personas vulnerables.

Aunque el VSR suele asociarse a bebés y adultos mayores, también puede causar cuadros graves en menores de 60 años con afecciones de base. La aprobación de la vacuna para este grupo busca disminuir las internaciones y complicaciones respiratorias.

Una amenaza respiratoria más amplia de lo que se creía

El Virus Sincicial Respiratorio (VSR) es uno de los principales responsables de infecciones respiratorias en bebés y adultos mayores. Sin embargo, estudios recientes muestran que también representa un riesgo para adultos menores de 60 años con enfermedades crónicas, como asma, diabetes, afecciones cardíacas o estados de inmunosupresión.

Hasta ahora, la estrategia de vacunación contemplaba a embarazadas y a mayores de 60 años. Pero recientemente la Administración Nacional de Medicamentos, Alimentos y Tecnología Médica (ANMAT) aprobó el uso de esta vacuna para personas de 18 a 59 años con factores de riesgo, que amplía la cobertura preventiva ante un virus que, en este grupo, había sido subestimado.

Estudios en América Latina muestran
Estudios en América Latina muestran altas tasas de hospitalización por VSR en adultos con enfermedades de base (Imagen Ilustrativa Infobae)

La percepción del VSR como un virus exclusivo de la infancia o de personas mayores ha limitado históricamente su vigilancia en adultos. Sin embargo, la evidencia acumulada en los últimos años muestra que la falta de inmunidad duradera tras una infección natural genera reinfecciones frecuentes en la vida adulta, y que los cuadros pueden agravarse en personas con salud comprometida.

“En un contexto donde las infecciones respiratorias agudas están en aumento, visibilizar el impacto del VSR en adultos jóvenes con enfermedades de base es clave para mejorar el diagnóstico, la prevención y el manejo clínico”, indicó , explicó la doctora Miriam Rozenek (MN. 75.773), médica infectóloga y geriatra, integrante de la Comisión de Vacunas de la Sociedad Argentina de Infectología (SADI) y directora del Consejo de Infecto-Geriatría de la Sociedad Argentina de Gerontología y Geriatría (SAGG).

Hospitalizaciones y cuadros graves en personas con comorbilidades

Un estudio realizado en México registró una tasa de hospitalización del 53,3% en adultos infectados por VSR dentro del grupo etario de 18 a 59 años, con niveles de ingreso a cuidados intensivos, uso de ventilación mecánica y mortalidad comparables a los observados en infecciones como influenza o COVID-19.

En otros países de América Latina, la hospitalización por neumonía asociada a VSR en adultos llegó al 91,7% y osciló entre el 40,9% y el 69,9% en quienes presentaban síntomas gripales. Estos datos refuerzan la necesidad de incluir a personas con comorbilidades en las políticas de prevención.

En Argentina, el Sistema Nacional de Vigilancia de la Salud reportó un aumento sostenido en las detecciones de VSR desde la semana epidemiológica 12 de 2025, alcanzando 295 casos notificados en las semanas 18 y 19, lo que indica una tendencia en ascenso.

Los síntomas del VSR

El VSR se manifiesta con
El VSR se manifiesta con síntomas como fiebre, tos y dificultad para respirar, y es especialmente grave en adultos mayores con comorbilidades ( (Imagen ilustrativa Infobae)

La infección por Virus Sincicial Respiratorio (VSR) suele manifestarse inicialmente con síntomas en las vías respiratorias superiores, como secreción nasal, congestión, tos y estornudos.

No obstante, en algunos casos la afectación se extiende a las vías respiratorias inferiores, donde puede provocar la obstrucción de los bronquiolos y derivar en complicaciones severas como neumonía, dificultad respiratoria, episodios de apnea e incluso desenlaces fatales.

La transmisión ocurre a través de gotitas que se dispersan en el aire al hablar, toser o estornudar, lo que facilita su propagación entre personas.

Qué personas están en riesgo ante el VSR

La edad avanzada es uno de los factores más conocidos, pero no el único. Entre las condiciones de base que elevan el riesgo de complicaciones por VSR se incluyen:

  • Enfermedades pulmonares crónicas (asma, EPOC)
  • Patologías cardiovasculares (insuficiencia cardíaca, enfermedad coronaria)
  • Estados de inmunosupresión (cáncer, trasplantes, tratamientos inmunosupresores)
  • Diabetes mellitus
  • Enfermedades hepáticas, renales o neuromusculares

“La carga viral del VSR suele ser más baja en adultos que en niños, lo cual dificulta su detección si no se emplean pruebas moleculares como la RT-PCR”, explicó Rozenek.

Según Rozenek, el problema principal es el subdiagnóstico: “En la población adulta, los síntomas del VSR son más inespecíficos, lo que puede confundirse con otras infecciones respiratorias”.

Durante los meses de otoño/invierno,
Durante los meses de otoño/invierno, se produce un aumento en la circulación del VSR que genera un incremento en las consultas pediátricas ambulatorias y de las internaciones (Imagen Ilustrativa Infobae)

Vacunación: un nuevo grupo incorporado

La vacuna contra el VSR del laboratorio Pfizer es una formulación de subunidades proteicas recombinantes que se venía aplicando en embarazadas y personas mayores. La reciente aprobación de ANMAT autoriza su uso en adultos entre 18 y 59 años con enfermedades de base, consolidando un enfoque preventivo más amplio.

“Hasta ahora, la vacunación se centraba casi exclusivamente en los extremos de la vida, pero sabemos que muchas personas jóvenes con comorbilidades también pueden desarrollar formas graves de la enfermedad”, sostuvo Rozenek.

La aprobación se basó en los resultados del estudio MONeT, un ensayo clínico de Fase III que evaluó seguridad, tolerabilidad e inmunogenicidad de la vacuna en adultos con enfermedades crónicas.

Se observó una respuesta inmunológica robusta frente a los subtipos RSV-A y RSV-B, e incluso niveles de anticuerpos más altos en este grupo etario que en adultos mayores de 60 años.

Los efectos adversos registrados fueron leves a moderados, como dolor en el lugar de aplicación, fiebre o fatiga, sin eventos graves asociados a la vacuna.

“La vacunación en adultos vulnerables no sólo protege al paciente individual, sino que también alivia la presión sobre los servicios de salud, ya que estos pacientes suelen requerir más recursos: hospitalización prolongada, estudios diagnósticos y soporte respiratorio”, detalló Rozenek.