Cuáles son los dolores más frecuentes que afectan la salud de los argentinos

Un relevamiento reciente señaló que el 35% de la población sufre más de un malestar vinculado con lo físico o emocional. Por qué el sedentarismo y el estrés agravan la intensidad

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En todas las edades, el
En todas las edades, el estrés y el sedentarismo intensifican los dolores en hombres y mujeres (Imagen Ilustrativa Infobae)

El dolor es uno de los síntomas más habituales de las diversas lesiones y afecciones que una persona puede experimentar a lo largo de su vida. Se trata de una de las principales causas de consulta médica a nivel mundial, y en Argentina no es la excepción.

Se estima que el 35% de los argentinos experimenta más de un tipo de dolor al mismo tiempo. Este dato refleja una alta prevalencia de molestias que no solo afectan el bienestar físico, sino que también impactan en lo emocional. La cifra surge de un relevamiento en 7.336 adultos mayores de 18 años realizado en enero de este año.

Desde una perspectiva fisiológica, el dolor es una respuesta del sistema nervioso ante estímulos negativos, ya sean traumáticos, inflamatorios o de origen neuropático. Esta sensación, aunque necesaria como mecanismo de defensa del cuerpo, puede afectar gravemente la vida cotidiana.

La Asociación Internacional para el Estudio del Dolor (IASP) revisó su definición del dolor y en la actualidad lo caracteriza como una “experiencia sensorial y emocional desagradable asociada con, o similar a, un daño de tejidos real o potencial”.

Esta definición reconoce que dolor es mucho más que una simple respuesta física ante una lesión o daño, ya que involucra también una dimensión emocional que puede variar en cada individuo.

Los dolores más frecuentes

Entre los dolores más frecuentes citados en el relevamiento, que fue realizado por el laboratorio Pfizer, se incluyeron el dolor de cabeza (38%), muscular (24%), de espalda (17%), menstrual (9%) o de muelas (4%). Cada uno tiene origen diferente y causa molestias distintas, aquí los principales:

El dolor de espalda afecta
El dolor de espalda afecta al 80% de las personas alguna vez en su vida (Imagen Ilustrativa Infobae)
  • El dolor de cabeza es uno de los más reportados: el 38% de los encuestados afirmó haberlo experimentado. Puede tener múltiples causas, desde tensiones musculares en la zona cervical hasta condiciones más graves. El tipo más común es la cefalea tensional, que generalmente está relacionada con el estrés y la tensión en los músculos del cuello y los hombros. En ocasiones, también puede ser síntoma de resfriados, gripes o cambios hormonales.
  • El dolor muscular, experimentado por un 24% de las personas, suele estar vinculado a esfuerzos físicos, lesiones o malas posturas. Puede comprometer varios músculos o incluso involucrar ligamentos y tendones. Habitualmente, la sobrecarga física y el estrés agravan este tipo de molestias.
  • El dolor de espalda, el más prevalente en la población mundial, es experimentado por 8 de cada 10 personas en algún momento de su vida. Este dolor puede ser agudo o crónico, y puede ir desde un malestar leve hasta un dolor intenso e incapacitante. Las causas varían, pero el sedentarismo y las malas posturas laborales son algunos de los principales factores que contribuyen a su aparición.
  • El dolor menstrual, conocido como dismenorrea, se caracteriza por cólicos en la parte baja del abdomen, pero también puede ir acompañado de otros síntomas como dolor de espalda, náuseas o dolores de cabeza.
  • El dolor de muelas es otro de los dolores frecuentes, reportado por un 4% de los encuestados. Suele ser provocado por infecciones, caries o irritación en las encías. En algunos casos, también puede estar relacionado con problemas de otras partes del cuerpo, como el oído.

El impacto físico y emocional del dolor

Actividades recreativas, ejercicio y alimentación
Actividades recreativas, ejercicio y alimentación equilibrada son clave para limitar dolencias crónicas y mejorar la calidad de vida (Imagen Ilustrativa Infobae)

Desde el punto de vista médico, el manejo del dolor requiere una evaluación integral, considerando tanto la intensidad y duración del dolor como sus causas subyacentes.

El dolor es físico y su intensidad puede afectar la salud emocional y mental. Según el doctor Enrique Baldessari, Jefe del Departamento de Medicina Interna del Hospital Universitario de la Fundación Favaloro, “cada persona padece el dolor de una manera en particular, su intensidad no siempre refleja la gravedad del problema subyacente y está influida por factores físicos, psicológicos y sociales”.

Este efecto multifacético del dolor puede afectar la calidad de vida de las personas, limitando su capacidad para llevar a cabo actividades cotidianas como trabajar, estudiar o realizar ejercicio. Además, cuando el dolor es recurrente o crónico, puede generar un ciclo de ansiedad, estrés y fatiga emocional que a su vez, puede intensificar el dolor.

El efecto del estrés en el dolor físico

 El dolor es siempre
El dolor es siempre una experiencia personal que está influenciada en diversos grados por factores biológicos, psicológicos y sociales (Imagen Ilustrativa Infobae)

El dolor no solo es el resultado de factores físicos, sino que está fuertemente influenciado por nuestro estado emocional. La liberación de neurotransmisores, sustancias químicas que transmiten señales en el cerebro, tiene un impacto directo en la intensidad del dolor.

Existen neurotransmisores “buenos” que pueden ayudar a bloquear el dolor y “malos” que lo intensifican.

El estrés es uno de los principales factores que contribuye a la aparición y persistencia de varios tipos de dolor. Si una persona se siente deprimida o estresada, puede activar los neurotransmisores negativos, aumentando el malestar. La sobrecarga laboral, las tensiones sociales o los problemas emocionales pueden agravar dolencias musculares y de cabeza. Por ejemplo, la tensión acumulada en el cuello y los hombros por estrés puede generar cefaleas tensionales.

“Muchos dolores tienen una relación directa con el estrés, ya sea laboral como también físico o psicológico, lo que refuerza que el ritmo de vida actual impacta directamente en la salud”, reflexionó Baldessari.

En cambio, actividades que generen bienestar, como hacer ejercicio, reír o disfrutar de una actividad placentera, pueden estimular la liberación de neurotransmisores positivos que ayudan a mitigar el dolor.

Para abordar el impacto inmediato de las dolencias, muchas personas utilizan distintos tipos de analgésicos, y según el relevamiento mencionado, el ibuprofeno es uno de los más habituales. Según el análisis, el 83% de los encuestados optan por este tipo de analgésico para aliviar los dolores.

Hábitos saludables que previenen el dolor

Las tensiones cotidianas, la carga
Las tensiones cotidianas, la carga laboral y estilo de vida aumentan problemas como cefaleas tensionales y molestias musculares (Imagen Ilustrativa Infobae)

Sin embargo, el manejo del dolor no debe limitarse solo al uso de medicamentos, los buenos hábitos juegan un papel clave. En palabras de Baldessari, un estilo de vida saludable es clave “para contrarrestar la recurrencia de muchas de estas dolencias, como realizar actividad física de manera regular, respetar las horas de sueño y mantener una alimentación saludable, con especial énfasis en el consumo de frutas, verduras y pescado”.

Y sumó: “Realizar actividades recreativas y mantener vínculos sociales más allá de la tecnología también contribuyen a mejorar la calidad de vida, y reduce la incidencia de estos padecimientos relacionados, en muchos de los casos, con el estrés.”

Consultar al médico si el dolor se prolonga

Aunque el tratamiento farmacológico y los cambios en el estilo de vida pueden ser efectivos para gestionar el dolor, la consulta médica siempre es clave, especialmente cuando el dolor es recurrente o se vuelve crónico.

El doctor Baldessari enfatizó que “la consulta médica nunca está de más. Si la dolencia persiste o hay dudas respecto al origen o a los síntomas de la afección, es fundamental recibir atención médica con el fin de determinar la gravedad dy establecer las medidas necesarias para arribar a un diagnóstico y abordaje certeros”.

Para aquellos pacientes que sufren de dolor crónico, es importante adoptar un enfoque integral que combine estrategias médicas, psicológicas y rehabilitadoras. Este enfoque personalizado y adaptado a las necesidades de cada persona es fundamental para controlar el dolor y mejorar la calidad de vida, permitiendo a los pacientes llevar una vida plena y activa.

La definición de dolor

Las cefaleas encabezan la lista
Las cefaleas encabezan la lista con un 38% de afectados, según el informe (Imagen Ilustrativa Infobae)

“El dolor es siempre una experiencia personal que está influenciada en diversos grados por factores biológicos, psicológicos y sociales”, enfatiza la IASP. Este enfoque subraya que, a pesar de que el dolor tiene una función adaptativa al alertar al cuerpo de daños, puede ser perjudicial cuando persiste más allá de su propósito inicial.

Existen varios tipos de dolencias, cada uno con características particulares que afectan la forma en que las personas lo experimentan. El dolor agudo es temporal y generalmente responde a una lesión, como un esguince de tobillo. Es la forma de dolor más común, ya que actúa como una alarma para proteger al cuerpo de daños mayores.

En contraste, el dolor crónico o persistente no tiene un propósito claro y puede durar meses o incluso años, como en los casos de artritis o dolor de espalda crónico. Este último tipo, según expertos, con el tiempo puede afectar no solo la capacidad de realizar actividades cotidianas, sino también el bienestar psicológico y social de las personas.

Cinco recomendaciones para reducir el dolor

Concentrarse en la respiración cuando
Concentrarse en la respiración cuando se siente dolor puede ayudar a mitigar las molestias (Imagen Ilustrativa Infobae)

Las recomendaciones están orientadas a mejorar la calidad de vida y aliviar el sufrimiento, ya sea a través de métodos físicos, emocionales o sociales. Como ejemplo, una lista que elaboró la Sociedad Británica del Dolor basadas en investigaciones y experiencias de pacientes:

  • Ejercicios suaves. Realizar actividades cotidianas como caminar, nadar o bailar puede aliviar el dolor al bloquear las señales de dolor hacia el cerebro y estirar músculos y articulaciones rígidas. Es importante aumentar la actividad gradualmente para evitar lesiones.
  • Respiración controlada. Inspirar y expirar lenta y profundamente ayuda a controlar la ansiedad y la tensión muscular, evitando que el dolor se intensifique.
  • Psicoterapia y lazos sociales. Hablar con un psicólogo puede ser útil para manejar las emociones relacionadas con el dolor y evitar que la ansiedad o la depresión empeoren la situación. Mantener la socialización y no perder contacto con amigos y familiares es clave para mitiga el impacto de las molestias
  • Distracción y pasatiempos. Dedicar tiempo a actividades disfrutables, como la fotografía o la pintura, puede desviar la atención del dolor, ayudando a reducir su percepción.
  • Dormir las horas recomendadas. Mantener una rutina de sueño regular es esencial para controlar el dolor crónico. La falta de sueño puede agravar el dolor, por lo que es importante descansar adecuadamente.