
¿Qué pasa después del COVID? ¿Qué chequeos son necesarios hacer luego del alta y por qué? ¿Toda persona que se recuperó del COVID necesita hacer un seguimiento médico? ¿Qué ocurre con los casos asintomáticos? Las preguntas, a casi dos años de declarada la pandemia por COVID-19, parecen no cesar.
Es que mucho sobre la enfermedad que puso al mundo en vilo se fue conociendo con el devenir de la crisis sanitaria.
Así, a medida que se recuperaban los primeros pacientes, se vio que existía algo que los especialistas dieron en llamar síndrome post COVID, COVID prolongado o long COVID. Se trata ni más ni menos de afectaciones en órganos que van más allá del sistema respiratorio y que son propias del cuadro inflamatorio sistémico que provoca el SARS-CoV-2 en el organismo.
Y muchas personas que habían atravesado cuadros leves de la infección viral, se sometieron a estudios posteriores a fin de evaluar todas las potenciales consecuencias del virus en el organismo.
Entonces, si una persona tuvo COVID-19, ¿sí o sí necesita hacer un chequeo posterior? En opinión de la médica infectóloga María Cecilia Niccodemi (MN 105624), “no es necesario que todos los pacientes que tuvieron COVID se hagan estudios posteriores. Depende principalmente de qué tipo de enfermedad tuvieron, y si cursaron un cuadro leve, moderado o severo”.
Y agregó: “Si cursó la enfermedad de manera asintomática, no tiene factores de riesgo y no es deportista de alto rendimiento no es necesario que realice ningún chequeo posterior”.
Consultada por Infobae, la especialista del staff del Centro Médico Doctor Stamboulian y Sanatorio La Trinidad San Isidro, “los pacientes que tuvieron enfermedad leve no requieren ningún tipo de control, si fueron oligosintomáticos y la pasaron en su domicilio en general no se hace ningún chequeo, en cambio a los pacientes que tuvieron enfermedad moderada a severa, dependiendo de la gravedad del cuadro, sí se les pide un chequeo cardiológico y un estudio funcional respiratorio para ver las secuelas en el pulmón luego de la neumonía”.

En la misma línea, el médico infectólogo Roberto Debbag (MN 60253), para quien “en los pacientes asintomáticos no se hace ningún seguimiento posterior, primero, porque la mayoría de las veces no saben que tuvieron la enfermedad y, segundo, si saben es por estudios posteriores de rutina pero no relacionados con el COVID”.
Para la médica Elena Obieta (MN 76451), jefa del servicio de enfermedades transmisibles y emergentes de la Municipalidad de San Isidro y miembro de la Sociedad Argentina de Infectología (Sadi), “si una persona tuvo un cuadro de COVID-19 leve, no es fumadora y no tiene síntomas como dificultad para respirar, no necesita hacer consultar con neumonología ni una placa de tórax. En cambio, si tuvo neumonía bilateral por COVID-19 y síntomas respiratorios persistentes, debería consultar al médico. En el caso de COVID-19 sin estar en terapia intensiva, podría necesitar un análisis de sangre y ver cuál es el nivel de glucemia. En función de los resultados, se podrían indicar análisis más profundos”.
Y añadió: “Sin bien los dos órganos principalmente afectados por el virus son los pulmones y eventualmente la parte cardíaca o cardiovascular, no se puede dejar de lado que puede haber afectaciones neurológicas, cognitivas, dermatológicas, hepáticas y renales, prácticamente cualquier órgano puede estar afectado por el virus y eso es lo que uno tiene que tratar de diferenciar. Luego de hacer el examen clínico e interrogatorio, es que se decide qué tipo de estudios se van a requerir. Estos pueden ir desde un simple análisis de sangre hasta una tomografía de tórax o un ecocardiograma. Lo importante es hacer un seguimiento en el mediano largo plazo porque hay casos, denominados long COVID, donde los síntomas persisten luego de meses e incluso al año de haber padecido la enfermedad”.
“En los casos leves o asintomáticos no hace falta hacer un seguimiento particular”, coincidió con ellos el médico infectólogo Lautaro De Vedia (MN 70640), para quien “independientemente de esto, se puede aprovechar la oportunidad para hacer una consulta y realizarse un chequeo para ver cuál es el estado de salud general pero no por el COVID sino a nivel preventivo; aprovechar la oportunidad para evaluar colesterol, la tiroides, etc”.
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