¿El balance fue positivo o negativo? Con la campaña estival próxima a concluir, La Pampa exhibe un panorama de contrastes. El maíz avanza con demoras y rindes por debajo de lo esperado, el maní alcanza una producción récord y el sorgo supera su promedio histórico.
¿Las causas? Factores climáticos, humedad en los granos y diferencias regionales definieron el ritmo de una temporada que deja resultados dispares en los principales cultivos.

Maíz: humedad alta y superficie redirigida a forraje
Durante julio, la cosecha de maíz progresó lentamente. La humedad en los granos, en muchos casos superior al 15%, superó el límite de 14,5% establecido por la normativa de comercialización y obligó a demorar el ingreso de las cosechadoras.
El rinde provincial ponderado fue de 51 quintales por hectárea, con variaciones marcadas. Chapaleufú y Maracó alcanzaron 69 y 68 qq/ha, respectivamente, mientras que el suroeste registró los valores más bajos.
Técnicos zonales indicaron que numerosos lotes, ante su mala condición, fueron destinados a pastoreo, incrementando la superficie para forraje al 14% del total.
Estrés hídrico, térmico y heladas tempranas afectaron especialmente a los maíces de segunda, limitando su potencial productivo.
Maní: producción récord pese a las limitaciones
En contraste con el maíz, el maní atraviesa un cierre histórico. Aunque el rendimiento provincial quedó levemente por debajo del promedio histórico, la producción total superó ese valor en 33 mil toneladas.
La cosecha, en su etapa final, presentó algunas demoras puntuales por humedad. Según técnicos, las altas temperaturas y la falta de lluvias en momentos críticos limitaron parte del rendimiento potencial.
Aun así, la zona de Intendente Alvear destacó con rindes cercanos a 29 quintales de grano limpio y seco, reforzando su papel clave en la producción provincial.
Sorgo y clima: cierre favorable para la cosecha
El sorgo también cerró con cifras positivas. General Pico registró el rinde máximo, con 45 quintales por hectárea, y la producción provincial superó en casi 9 mil toneladas el promedio histórico.
En el plano climático, julio presentó precipitaciones escasas y menores a lo normal en casi toda el área relevada. Si bien esta falta de lluvias afectó a algunos cultivos en etapas previas, también generó condiciones favorables para la recolección en las zonas donde la humedad de los granos se encontraba dentro de los valores de recibo.
El final de la campaña estival deja así una imagen variada: un maíz condicionado por la humedad y las inclemencias, un maní que alcanza cifras récord y un sorgo que supera sus registros promedio, reflejando la diversidad de resultados que puede ofrecer una misma temporada en el territorio pampeano.
Fuente: Bolsa de Cereales de Córdoba – Informe Agronómico Nº 793
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