
“Estamos en guerra contra un enemigo invisible y desconocido. Por eso todas las prevenciones, las medidas extremas son necesarias”, advierte el doctor Jorge Gilardi, presidente de la Asociación Médicos Municipales de la Ciudad de Buenos Aires, mientras el país enfrenta una crisis sanitaria. Desde esa posición, aconseja a las autoridades porteñas proteger al personal de salud, equipar a los hospitales con el material suficiente para que los profesionales y auxiliares puedan atender sin peligro a los enfermos y alienta la búsqueda de terapistas para reforzar las guardias durante el pico de la circulación del Covid-19. Gilardi revela que se formó una comisión especial de seguimiento para “cuidar a los que nos cuidan”, y alerta sobre los problemas que puede traer el agotamiento físico de los recursos humanos cuando irrumpa el virus.
“Cuando finalice la pandemia, nos vamos a encontrar con una población que ha sufrido un impacto en su salud pública muy grande y que va a tener que recomponerse, cuidarse, y asistir rápidamente a aquellos que se fueron quedando al margen por enfermedades preexistentes y que este tiempo los dejó en una segunda línea. Será un largo debate, pero ahora hay que pelear fuertemente contra este bicho”, dice durante una entrevista con Infobae.
-¿Cómo están hoy por hoy los hospitales públicos de la Ciudad?
-En un estado de preparación continuo. Se pretende incrementar el número de camas, de liberar camas para cuando venga la propagación del virus. Aumentar el número de especialistas de terapia intensiva. Se trabaja para incorporar entre cincuenta y cien médicos terapistas. Hay unos doscientos enfermeros que están volviendo. Se trata de que vuelvan al sistema de salud algunos jubilados, otros que habían pedido licencia, en fin, todos aquellos que puedan estar reforzando esta situación.

-¿Cómo se liberan esas camas?
-Se está trasladando a pacientes crónicos a otros sitios. Un pabellón del Hospital Muñiz se preparó para que todas las camas de internación estén vacías, listas, para cuando comience la circulación del Covid-19.
-¿Cómo se selecciona a los pacientes que deben ser internados y cuáles no?
-Se está haciendo lo que se llama consultorios de febriles, previo triaje (protocolo de selección médica), se ponen módulos en algunos lugares, sobre todo en los hospitales generales de agudos. En ese módulo se lleva a los pacientes, se les informa de su situación y se les dice si quedan internados, o pueden hacer la cuarentena en sus domicilios. A través del triaje se determina cuáles son los casos sospechosos según los síntomas que presenta al momento de la consulta. Hay que aclarar que el paciente debe presentar varios síntomas para ser considerados “sospechosos”, no uno solo, por ejemplo fiebre a partir de los 38 grados, picazón o dolor de garganta, etc, y se les pregunta también sí estuvieron en contacto con alguna persona llegada de los países con circulación viral.
-¿De qué manera el gobierno de la Ciudad contratará a los médicos terapistas?
-Se verá la modalidad en este momento ante la urgencia. Nosotros estamos tratando de que ingresen al sistema: los médicos de terapia se necesitan para hoy y para siempre. Hoy necesitamos una celeridad que la burocracia no tiene. Por lo tanto, inicialmente se les hará alguna forma de vinculación para que comiencen a trabajar y después intentaremos que el gobierno de la Ciudad los incorpore al sistema porque una vez que termine la pandemia el sistema de salud va a seguir muy requerido. No hay que olvidarse que se han reprogramado y pospuesto cirugías y estudios que no son de urgencia, para descongestionar a los efectores de salud.
-Un tema del que no se habla.
-Escucho qué va a pasar con la economía post pandemia, pero ¿qué va a pasar con la salud post pandemia?
-¿Y cuál es la respuesta?
-La respuesta más prudente es “lo vamos hablando más adelante”. Pero evidentemente nos vamos a encontrar con una población que ha sufrido un impacto en su salud pública muy grande y que va a tener que recomponerse, cuidarse, y asistir rápidamente a aquellos que se fueron quedando al margen por enfermedades preexistentes y que este tiempo los dejó en una segunda línea. Será un largo debate, pero ahora hay que pelear fuertemente contra este bicho.
-Imagino que las camas disponibles en los efectores de salud se van a saturar solo con los pacientes que presentan síntomas moderados, y más aún cuando comiencen los resfríos, las anginas, las bronquiolitis…
-Por eso se han tomado camas en hoteles sindicales para que ese paciente se interne y se aísle en esos hoteles, como si fuera en un hospital. Lo va a asistir el personal sanitario, por supuesto.

-¿Y qué está previsto para el veinte por ciento de los pacientes más graves, ya que se dice que el ochenta por ciento tienen síntomas leves o moderados?
-Tendrán una internación hospitalaria y otros hospitalaria y en terapia. Por eso el refuerzo de los médicos terapistas que se están buscando.
-Ante la gravedad de la situación, ¿el sistema de salud está realmente preparado?
-Está preparado siempre y cuando esto vaya siendo moderado. Por eso la importancia de la decisión del presidente de decretar la cuarentena. Por eso la importancia del aislamiento social. Si los contagios son moderados y de manera paulatina, como hasta ahora, uno lo va manejando, ahora si el pico de la epidemia que va a venir es grande, ahí estamos muy complicados porque el sistema de salud no va a dar abasto.
-Hablamos mucho de los hospitales, de las camas, pero y los médicos, enfermeras, auxiliares de la salud…
-El recurso humano es muy importante. Es decir, no puede haber una buena calidad de atención si el recurso humano no está cuidado. Nosotros decimos que hay que cuidar al que cuida.
-¿Y desde el gobierno de la Ciudad cómo debería cuidarlo?
-Primero proveerlo de todas las necesidades que tiene. Desde un camisolín a un barbijo de las distintas categorías, antiparras, gorros. Lugares donde se pueda higienizar después de estar en contacto con los enfermos. El equipo de salud es personal de riesgo, y dentro de ese personal de riesgo hay personas con mayor riesgo. Los mayores de sesenta años, los que tienen enfermedades preexistentes, problema tumoral, los diabéticos crónicos, los hipertensos. Ese personal debe estar en la retaguardia. Tendrán que aislarse, y si pueden colaborar lo harán. Habrá otro personal que estará en la primera línea y que deberá tener todos los cuidados del Estado para que no se infecten y estén en condiciones de asistir a los pacientes.

-Habla con términos de guerra. Falta decir trinchera nada más.
-Es que estamos en guerra contra un enemigo invisible y desconocido. Por eso todas las prevenciones, las medidas extremas. Si ese recurso humano comienza a desgastarse, nosotros decimos “si se quema”, si va entrando en agotamiento, habrá que ir renovándolo y tener una distribución certera de en qué lugar vamos a ir poniendo al médico y al resto del equipo de salud.
-¿Y los hospitales cuentan con los elementos necesarios, desde camisolín a jabón y alcohol?
-El Ministerio de Salud porteño nos dice que compró los insumos suficientes y que hay acopio de ellos. Todos los días, en algunos lugares, estamos teniendo dificultades. Esperemos que se solucione rápidamente. No debe ser una dificultad. Bajo ningún punto de vista deben faltar los kits para que se vista el médico y pueda asistir al paciente. Como médicos estamos dispuestos a cumplir nuestro rol, como corresponde, pero con las garantías de seguridad que el Estado debe dar.
-Por la crisis de la pandemia, ¿hay alguna organización especial para evitar este tipo de falta de insumos en hospitales como ya se denunció?
-Se formó una comisión integrada por tres médicos que representan al gobierno de la Ciudad de Buenos Aires, y tres profesionales puestos por la Asociación de Médicos Municipales. Dos de ellos son jefes de departamento de Higiene y Seguridad Laboral, que tienen los hospitales. Esa comisión de seis personas tiene a su vez un grupo asesor de diez profesionales de todas las áreas, que son los que van a determinar los riesgos preexistentes que tiene el equipo de salud para asistir a los pacientes cuando comience a circular el virus. Esto es muy importante. Ningún integrante de los equipos de salud va a estar expuesto al virus si no corresponde. Es decir, hay que preservar a los equipos de salud, al recurso humano y a los hospitales para el momento en que irrumpa con fuerza el virus. El equipo de salud no debe ser la primera víctima del coronavirus.
-Recuerdo la foto del médico chino con su traje tipo astronauta tirado sobre una cama agotado; fue después que se anunció el final del pico de la pandemia en ese país.
-Ese es el varnau, el agotamiento. Hay que trabajar en eso. El que trabaja en esas condiciones no atiende al cien por ciento. Hay que evitar que los integrantes de los equipos de salud pasen a ser un paciente más.
-¿Por qué, a diferencia de la epidemia del H1N1, donde en la Argentina murieron más de 600 personas, ahora hay una reacción mayor ante el Covid-19?
-Porque este virus tiene una mayor capacidad de difusión. Es decir, el otro virus, el H1N1, era muy grave, pero tenía menos capacidad de difusión. Una vez que entra a circular es muy difícil detenerlo. Si no tomamos estos cuidados de aislamiento no sabemos cuál podría ser el resultado. Y no queremos ser Italia o España.
-Pero el Covid-19 es menos mortal que el H1N1.
-Sí. Pero si el otro infectaba a cien personas en un determinado período, este infecta a mil. Ahí es donde se hace más peligroso y se multiplican las muertes.
-¿Podemos evitar la magnitud de la epidemia como la de Italia, donde la cantidad de muertos se cuenta por miles?
-Debemos aprender y aprovechar lamentablemente de lo que hemos aprendido de esta gente que llego tarde. España, Italia, subestimaron la prevención. Si hacemos todos los deberes, nos cuidamos, nos aislamos y entendemos que cuidarnos a nosotros es cuidar al otro, vamos a estar mejor. No deberíamos llegar a la situación de esos países; para eso hay que entender que esta no es una enfermedad individual sino que es una enfermedad colectiva.
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