Hace dos años Ricardo Gareca dirigió su último partido con la selección peruana: la dolorosa e inesperada eliminación mundialista

Dicen que el tiempo lo cura todo y que de las derrotas se aprenden, pero el hincha peruano no encuentra consuelo en esas frases. El 13 de junio del 2022 quedó y, lo más probable, quedará grabado en las memorias y corazones de los más de 36 millones que alentaron sin cesar a la selección nacional en el duelo de clasificación a la Copa del Mundo.

La ilusión de ir a un nuevo Mundial era tan grande como lo fue el dolor post partido. Perú se enderezó en la recta final de las Eliminatorias Sudamericanas y consiguió el boleto al repechaje, donde tuvo como rival a la selección de Australia. La ‘bicolor’, en el papel, era favorita, pero una vez más el Dios del fútbol nos pegó una bofetada.

El conjunto ‘blanquirrojo’ no tuvo su mejor presentación en el Ahmed bin Ali Stadium. Los motivos quedan al margen a estas alturas. No pudo imponerse y punto. Así empató sin goles en los 90 minutos reglamentarios y tiempo extra, y se vio obligado a ir a la tanda de penales, en la cual se vio sorprendido por un detalle.

A poco del pitazo final del árbitro en el segundo tiempo suplementario, el técnico Graham Arnold realizó su jugada maestra y puso en jaque a los ‘incaicos’. Hizo ingresar al portero Andrew Redmayne en reemplazo de Mathew Ryan para atajar los disparos desde los doce pasos. El resto fue historia.

Redmayne, con un atípico estilo y baile incluido sobre la línea, desconcentró a los peruanos y provocó que dos fallaran. Luis Advíncula y Alex Valera fueron víctimas de los curiosos movimientos, los cuales posteriormente sentaron un precedente al ser prohibidos en el reglamento realizado por FIFA.

Llanto, desconcierto, caras largas, desilusión y más llanto graficaron el dolor de los jugadores de la selección. No fue para menos. Y es que se quedaron a poco de hacer historia clasificando a una Copa del Mundo de forma consecutiva por segunda vez en la historia.

Si quedaba una pequeña luz de esperanza para volver a la máxima cita de FIFA era por el técnico Ricardo Gareca. El ‘Tigre’, que nació en Tapiales, parecía haberse críado en uno de los cientos de barrios del país ‘incaico’. Entendía a la perfección la idiosincrasia del peruano y, a partir de comprenderla, encontró el mensaje preciso para calar hondo en los jugadores.

Su buen manejo de vestuario lo llevó a conseguir lo impensado. Varias medallas y un subcampeonato en la Copa América. Y la tan ansiada clasificación a la Copa del Mundo rompiendo una mala racha de 36 años. Ni qué decir de las decenas de triunfos en ciudades catalogadas como “complicadas”.

No obstante, la Federación decidió apagar ese brillo con su mal manejo en las negociaciones para la renovación del argentino. Agustín Lozano no se apersonó en Buenos Aires y mandó a un integrante de su comitiva. Esto no cayó bien en el ‘Flaco’, quien cortar todo tipo de comunicación y cerrar dicha etapa.

De esta manera, creció la magnitud de la derrota ante Australia. Ya no solo era la dura eliminación del Mundial Qatar 2022, sino también significó el último partido de Gareca con la selección peruana. El último de un proceso exitoso de más de 7 años. Algo jamás visto en el país.

Para agregarle más nostalgia, en pocos días, exactamente ocho, Gareca se reencontrará con Perú. Esta vez, el ‘Tigre’ estará al mando de la selección de Chile y se medirá ante la ‘bicolor’ este viernes 21 de junio en la primera fecha de la Copa América 2024. Tal vez, este compromiso defina la clasificación de ambas escuadras a cuartos del certamen Conmebol.