COP30: Flotilla Yakumama llegó a Belém tras navegar 3,000 km por la Amazonía con un llamado urgente por la justicia climática

Más de 60 activistas e indígenas de cuatro países amazónicos culminaron una travesía fluvial desde el glaciar Cayambe hasta Brasil para exigir que la cumbre climática más importante del mundo escuche la voz de los pueblos del bosque

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Flotilla Amazónica Yakumama llega a
Flotilla Amazónica Yakumama llega a Belém para la COP30. Foto: Daniel Martínez

La Flotilla Amazónica Yakumama llegó a Belém do Pará, Brasil, un día antes del inicio de la COP30, luego de un mes de viaje a través de Ecuador, Perú, Colombia y Brasil. La expedición partió del glaciar Cayambe —donde nacen las aguas que alimentan la cuenca amazónica— y recorrió más de 3,000 kilómetros de ríos y comunidades, llevando un mensaje común: sin justicia climática para los pueblos de la Amazonía, no hay futuro posible.

Más de 60 personas —entre activistas, comunicadores, artistas y defensores del territorio provenientes de América Latina, Asia y Europa— participaron en esta travesía guiada por organizaciones indígenas, entre las que se encuentran organizaciones peruanas. Su fuerza radica en su origen: es una flotilla esencialmente indígena, impulsada por el conocimiento ancestral y la espiritualidad que une a quienes han protegido el bosque por generaciones.

Voces del río

Durante el recorrido, la Yakumama fue recibida con emoción por comunidades ribereñas que vieron reflejadas sus propias luchas en el paso de la flotilla. En cada parada hubo música, ceremonias, proyecciones y espacios de diálogo donde se compartieron saberes y preocupaciones comunes: el avance del extractivismo minero, petrolero, maderero y agroindustrial; la contaminación de los ríos; y la desprotección de los defensores ambientales.

Las autoridades realizan operativos para
Las autoridades realizan operativos para desterrar a la minería ilegal del río Nanay - crédito Mongabay

Cinco representantes peruanos integraron la flotilla: miembros de Muyuna Fest, la FENAMAD (Federación Nativa del Río Madre de Dios y Afluentes) y ORAU (Organización Regional AIDESEP Ucayali), quienes representan territorios severamente amenazados por la deforestación y las actividades ilegales.

“La Flotilla Yakumama es el reflejo de lo que hacemos en Muyuna: unir arte, territorio y comunicación como formas de resistencia. Flotar, escuchar y contar son tres maneras de defender la vida”, expresó Livia Silvano, una de las participantes peruanas.

Durante un mes de travesía,
Durante un mes de travesía, activistas e indígenas navegaron por los grandes ríos de la cuenca amazónica, uniendo territorios y comunidades en defensa del agua y la vida. Foto: Daniel Martínez

El mensaje desde la Amazonía

A lo largo del viaje, las comunidades que acogieron a la flotilla compartieron su preocupación por el cambio climático. Para muchas, la crisis no es una teoría sino una experiencia cotidiana: lluvias impredecibles, suelos degradados, enfermedades nuevas y una pérdida acelerada de biodiversidad.

El joven líder waorani Wia Cahuiya, uno de los tripulantes, relató que su participación nació de un deseo profundo de entender los caminos del despojo: “Quería saber por dónde entraron los que vinieron a explotarnos, ver con mis propios ojos de dónde surgieron estos problemas que subieron por el Amazonas hasta mi territorio”.

Mujeres y hombres de pueblos
Mujeres y hombres de pueblos originarios lideran la expedición Yakumama, guiados por la sabiduría ancestral de quienes han protegido la selva por generaciones. Foto: Daniel Martínez

La madre del agua rumbo a la COP30

El nombre Yakumama, que en quechua significa “madre del agua”, simboliza la fuerza y sabiduría de los ríos que cruzan fronteras. Esta travesía no solo ha sido una acción simbólica, sino también una declaración política y espiritual frente a los gobiernos que continúan promoviendo proyectos que amenazan la Amazonía.

El arribo a Belém marca el fin de una ruta fluvial y el inicio de una presencia colectiva en la COP30, que se prevé será la cumbre climática con mayor participación indígena de la historia. Allí, los integrantes de la Yakumama buscarán que los líderes globales escuchen las voces de los pueblos amazónicos —voces que no hablan de carbono, sino de vida, justicia y memoria—.

Durante el evento, las películas producidas en los talleres de Muyuna Fest serán presentadas como testimonio vivo de las resistencias que laten en el corazón del bosque.

The entrance to the venue
The entrance to the venue hosting the UN Climate Change Conference (COP30), a day after Indigenous protesters stormed it and clashed with security personel while demanding climate action and protection for the Amazon forest, in Belem, Brazil, November 12, 2025. REUTERS/Anderson Coelho

La COP30: una cita decisiva por el clima

La COP30, trigésima edición de la Conferencia de las Partes de la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (UNFCCC), se realizará en Belém do Pará del 10 al 21 de noviembre de 2025.

Este foro mundial reunirá a jefes de Estado, científicos, organizaciones y pueblos indígenas de 198 países con el objetivo de evaluar el avance de los compromisos globales para limitar el calentamiento a 1,5 °C, como establece el Acuerdo de París.

Por primera vez, la cumbre se realiza en plena Amazonía en plena Amazonía, el ecosistema más grande del planeta y uno de los más amenazados. Su realización en Belém simboliza la urgencia de escuchar a quienes han protegido el bosque desde siempre: los pueblos del agua, los hijos e hijas de la Yakumama.

FILE PHOTO: Indigenous activists bathe
FILE PHOTO: Indigenous activists bathe in the Napo river during the Yaku Mama (Water Mother) flotilla, a 3,000-km journey through the Amazon basin to the COP30 climate summit in Belem, Brazil to demand a role in global climate decision-making, in Isla Yarina, Peru, October 18, 2025. REUTERS/Karen Toro/File Photo