Ventajas y desventajas de las personas madrugadoras vs. las noctámbulas

Ambas formas de organizar el sueño tienen ventajas y desventajas, y conocerlas puede ayudar a aprovechar mejor el tiempo y cuidar la salud

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La principal diferencia entre las
La principal diferencia entre las personas madrugadoras y las noctámbulas radica en su cronotipo (Imagen Ilustrativa Infobae)

Dormir bien no solo es una necesidad biológica, sino un pilar fundamental para mantener la salud física y mental. Según el Ministerio de Salud (Minsa) y el Seguro Social de Salud (EsSalud), en el Perú aproximadamente el 40 % de la población presenta algún tipo de trastorno del sueño, como insomnio, apnea o somnolencia diurna. Estos problemas pueden afectar la concentración, el estado de ánimo, el sistema inmunológico e incluso aumentar el riesgo de enfermedades cardiovasculares y metabólicas.

Dormir entre siete y ocho horas diarias es esencial, pero no todas las personas tienen los mismos horarios naturales de descanso. Algunas tienden a levantarse temprano y rendir mejor en las primeras horas del día; son las llamadas personas madrugadoras. Otras, en cambio, se sienten más activas y creativas por la noche; son las noctámbulas. Ambas formas de organizar el sueño tienen ventajas y desventajas, y conocerlas puede ayudar a aprovechar mejor el tiempo y cuidar la salud.

Ventajas de las personas madrugadoras y las noctámbulas

Personas madrugadoras:

  • Mayor productividad durante la mañana: tienden a comenzar el día con energía y claridad mental, lo que favorece la concentración en tareas laborales o académicas.
  • Ritmo más sincronizado con la sociedad: los horarios de trabajo, estudio y servicios suelen coincidir con el ritmo de las personas madrugadoras, lo que facilita la organización.
  • Mejor calidad del sueño: suelen acostarse más temprano y respetar horarios regulares, lo que mejora la calidad del descanso.
  • Mayor exposición a la luz solar: despertarse temprano permite recibir luz natural, fundamental para regular el reloj biológico y mejorar el estado de ánimo.
  • Hábitos más saludables: quienes madrugan suelen practicar más ejercicio y llevar una alimentación más equilibrada.
Las personas noctámbulas tienen menor
Las personas noctámbulas tienen menor exposición a la luz solar: esto afecta la producción de vitamina D y puede contribuir a la aparición de síntomas depresivos (Imagen Ilustrativa Infobae)

Personas noctámbulas:

  • Mayor creatividad y pensamiento divergente: suelen tener una mente más activa en la noche, un momento en que hay menos distracciones.
  • Mayor rendimiento en tareas artísticas o reflexivas: la tranquilidad nocturna estimula la concentración en actividades que requieren introspección.
  • Flexibilidad horaria: pueden adaptarse con más facilidad a trabajos o estudios que demandan turnos nocturnos.
  • Mayor tolerancia a la falta de sueño ocasional: algunas personas noctámbulas desarrollan la capacidad de rendir bien con pocas horas de descanso, al menos de forma temporal.
  • Ambiente más tranquilo: trabajar o estudiar de noche ofrece silencio y menos interrupciones, lo que puede favorecer la productividad en ciertos entornos.

Desventajas de las personas madrugadoras y las noctámbulas

Personas madrugadoras:

  • Dificultad para adaptarse a actividades nocturnas: suelen sentirse cansadas a partir de la tarde o noche, lo que puede limitar su vida social.
  • Despertares muy tempranos en exceso: si el horario se vuelve demasiado rígido, pueden experimentar falta de sueño o despertares antes de tiempo.
  • Menor flexibilidad ante cambios de rutina: modificar su horario de sueño, por ejemplo durante viajes o trabajos con turnos rotativos, puede afectar su descanso.
  • Posible pérdida de horas sociales: mientras el resto del entorno está activo por la noche, las personas madrugadoras suelen estar dormidas.

Personas noctámbulas:

  • Mayor riesgo de trastornos del sueño: al acostarse tarde, es común que no logren dormir las horas necesarias, generando fatiga y desequilibrio del ritmo circadiano.
  • Problemas metabólicos y cardiovasculares: dormir menos de seis horas o hacerlo en horarios irregulares aumenta el riesgo de obesidad, diabetes e hipertensión.
  • Dificultad para rendir en horarios convencionales: los trabajos y estudios suelen iniciar temprano, lo que puede causar somnolencia y bajo rendimiento.
  • Menor exposición a la luz solar: esto afecta la producción de vitamina D y puede contribuir a la aparición de síntomas depresivos o de ánimo bajo.
  • Mayor tendencia a hábitos poco saludables: la vigilia nocturna se asocia con mayor consumo de cafeína, alcohol o comida ultraprocesada.
Las personas madrugadoras suelen tener
Las personas madrugadoras suelen tener un reloj interno que se adelanta al promedio: se duermen temprano y despiertan antes del amanecer (Imagen Ilustrativa Infobae)

Diferencia entre personas madrugadoras y noctámbulas

La principal diferencia entre las personas madrugadoras y las noctámbulas radica en su cronotipo, es decir, la predisposición biológica que determina en qué momento del día se tiene más energía y mejor rendimiento. Las madrugadoras suelen tener un reloj interno que se adelanta al promedio: se duermen temprano y despiertan antes del amanecer. En cambio, las noctámbulas tienen un reloj biológico retrasado: se acuestan tarde y alcanzan su pico de productividad cuando la mayoría ya duerme.

Ningún cronotipo es mejor que otro; lo importante es encontrar un equilibrio que permita respetar las necesidades del cuerpo. Sin embargo, el estilo de vida moderno favorece más a los madrugadores, ya que las obligaciones laborales y educativas suelen comenzar temprano.

Para cuidar la salud del sueño, se recomienda mantener horarios regulares, evitar el uso de pantallas antes de dormir, reducir el consumo de cafeína y crear un ambiente oscuro y silencioso para descansar. Dormir bien no depende solo de cuántas horas se duerman, sino de cuándo y cómo se hace. Tanto las personas madrugadoras como las noctámbulas pueden disfrutar de una buena calidad de vida si logran respetar su ritmo natural y adoptar hábitos que favorezcan el descanso reparador.