Dislipidemia: cómo saber si tienes niveles elevados de colesterol o triglicéridos

Es importante tener en cuenta que incluso las personas delgadas pueden tener dislipidemia si llevan una dieta poco saludable o tienen antecedentes familiares

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La dislipidemia es una alteración
La dislipidemia es una alteración en los niveles de lípidos en la sangre, es decir, cuando el colesterol o los triglicéridos se encuentran por encima de lo normal (Imagen Ilustrativa Infobae)

Cuidar los niveles de colesterol y triglicéridos en la sangre es esencial para mantener una buena salud cardiovascular. De acuerdo con el Ministerio de Salud (Minsa), las enfermedades del corazón son una de las principales causas de muerte en el Perú, y gran parte de los casos están asociados con una mala alimentación, el sedentarismo y la falta de control médico. Asimismo, el Seguro Social de Salud (EsSalud) advierte que uno de cada tres adultos peruanos presenta niveles elevados de colesterol o triglicéridos sin saberlo, lo que aumenta el riesgo de padecer hipertensión, diabetes tipo 2 y accidentes cerebrovasculares.

Sin embargo, existe una enfermedad que agrupa justamente estas alteraciones y que puede pasar desapercibida durante años: la dislipidemia. Detectarla a tiempo es fundamental para evitar complicaciones graves en el futuro.

Dislipidemia: cómo saber si tienes esta enfermedad

La dislipidemia es una alteración en los niveles de lípidos en la sangre, es decir, cuando el colesterol o los triglicéridos se encuentran por encima de lo normal. En medidas de miligramos por decilitro (mg/dL), el colesterol total no debería superar los 200 mg/dL: el colesterol LDL (“malo”) debe mantenerse por debajo de 130 mg/dL y el HDL (“bueno”) por encima de 40 mg/dL. En cuanto a los triglicéridos, los valores saludables deben ser menores a 150 mg/dL.

El problema es que la dislipidemia no suele causar síntomas evidentes. Por eso, muchas personas no saben que la padecen hasta que sufren una complicación cardiovascular, como un infarto o una trombosis. La única forma confiable de detectarla es a través de un análisis de sangre (perfil lipídico) solicitado por un médico. Este examen mide los distintos tipos de grasas y permite saber si los niveles están dentro de los rangos saludables.

Uno de los factores de
Uno de los factores de riesgo de la dislipidemia es el exceso de grasa corporal propio del sobrepeso o la obesidad (Imagen Ilustrativa Infobae)

Algunas señales que podrían sugerir un desbalance lipídico son la acumulación de grasa en la zona abdominal, la presencia de xantomas (pequeños bultos amarillentos en la piel causados por depósitos de grasa), la fatiga frecuente o antecedentes familiares de colesterol alto. Sin embargo, la ausencia de síntomas no significa ausencia de riesgo, por lo que las pruebas de control deben realizarse al menos una vez al año, especialmente a partir de los 30 años.

Factores de riesgo de la dislipidemia

Varios factores pueden elevar los niveles de colesterol y triglicéridos en el organismo. Algunos están relacionados con el estilo de vida, mientras que otros son genéticos. Entre los principales se encuentran:

  • Alimentación inadecuada: consumir con frecuencia alimentos ricos en grasas saturadas (embutidos, frituras, comida rápida) y azúcares refinados aumenta los niveles de colesterol LDL y triglicéridos.
  • Sedentarismo: la falta de actividad física reduce el colesterol “bueno” (HDL) y favorece la acumulación de grasa en sangre.
  • Obesidad y sobrepeso: el exceso de grasa corporal altera el metabolismo lipídico.
  • Consumo de alcohol y tabaco: ambas sustancias afectan la función hepática y contribuyen al aumento de triglicéridos.
  • Factores genéticos: existen formas hereditarias de dislipidemia, como la hipercolesterolemia familiar, donde el cuerpo produce demasiado colesterol desde edades tempranas.
  • Otras enfermedades: la diabetes, el hipotiroidismo y algunas enfermedades renales también pueden provocar alteraciones en los lípidos.

Es importante tener en cuenta que incluso las personas delgadas pueden tener dislipidemia si llevan una dieta poco saludable o tienen antecedentes familiares.

Cómo prevenir la dislipidemia

Otro aspecto importante es evitar
Otro aspecto importante es evitar el tabaco y el consumo excesivo de alcohol, ya que ambos alteran el metabolismo lipídico (Business Insider España)

La buena noticia es que la dislipidemia se puede prevenir y controlar con hábitos saludables. El primer paso es cuidar la alimentación: optar por grasas saludables, como las que se encuentran en el aceite de oliva, la palta, las semillas y los pescados azules (como la caballa o el bonito). También se recomienda aumentar el consumo de frutas, verduras y cereales integrales, que aportan fibra y ayudan a eliminar el exceso de colesterol del cuerpo.

El Minsa recomienda realizar al menos 150 minutos semanales de actividad física moderada, como caminar, trotar o montar bicicleta. El ejercicio no solo mejora la circulación, sino que también eleva el colesterol “bueno” y reduce los triglicéridos.

Otro aspecto importante es evitar el tabaco y el consumo excesivo de alcohol, ya que ambos alteran el metabolismo lipídico. Además, las personas con antecedentes familiares o factores de riesgo deben realizarse controles médicos periódicos y seguir las indicaciones del especialista. En algunos casos, el médico puede recetar medicamentos llamados estatinas, que ayudan a reducir el colesterol LDL y prevenir complicaciones cardiovasculares.

Cuidar los niveles de colesterol y triglicéridos no solo es una medida preventiva, sino una inversión en salud a largo plazo. La dislipidemia es silenciosa, pero sus consecuencias pueden ser graves. Por eso, la clave está en detectar a tiempo, mantener hábitos saludables y acudir a revisiones médicas regulares. Así se puede disfrutar de una vida más plena, activa y con un corazón sano.