El caballo del papa León XIV, un curioso regalo que rememora su llegada a los pueblos más alejados del Perú cabalgando

Según la información publicada por Vatican News, el caballo, un ejemplar blanco llamado Proton, fue entregado personalmente por Andrzej Michalsk

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El momento de felicidad del papa XIV al recibir un caballo pura sangre | ACI Prensa

El papa León XIV recibió un caballo árabe de pura raza como obsequio de un ciudadano polaco, en una ceremonia celebrada en el Vaticano antes de la audiencia general del miércoles. Este gesto homenajea la etapa misionera del pontífice en Perú, cuando visitaba pueblos remotos a caballo, y responde al impacto generado por las imágenes del entonces sacerdote estadounidense recorriendo los caminos rurales de Piura.

Según la información publicada por Vatican News, el caballo, un ejemplar blanco llamado Proton, fue entregado personalmente por Andrzej Michalski, propietario y fundador del criadero Michalski Stud Farm, de Kołobrzeg-Budzistowo, Polonia. Michalski explicó al medio del Vaticano: “Cuando vi las fotos del futuro Papa montando a caballo en Perú, se me ocurrió la idea de regalarle un hermoso caballo árabe —uno digno de él—, y que fuera blanco, porque el blanco combina naturalmente con la sotana papal”.

El animal es hijo de un semental procedente de Estados Unidos y de una yegua adquirida a una princesa de Jordania. Nació en Janów Podlaski y fue criado en Polonia bajo el cuidado de Michalski, quien destacó que “el caballo se mueve con gran elegancia y es excepcionalmente bello”.

Papa León XIV recibió de regalo un caballo pura sangre de una ciudad polaca | EWTN News

Antes de recibir este regalo, León XIV ya había sido sorprendido en el Vaticano con una motocicleta blanca y un coche eléctrico, según consignó Reuters. El criador polaco expresó que eligió este presente como respuesta al llamado del Papa a fortalecer el amor mediante acciones concretas, citando la exhortación apostólica Dilexi te: “Nuestro amor y nuestras convicciones más profundas necesitan cultivarse constantemente, y lo hacemos mediante acciones concretas”.

Durante el encuentro, Michalski pidió al pontífice una bendición especial por el próximo 30º aniversario de su criadero, que también trabaja en la organización de terapias ecuestres e hipoterapia para personas con discapacidad. La alcaldesa de Kołobrzeg, Anna Mieczkowska, quien integró la delegación polaca, subrayó la relevancia de estos programas: “Cuando trabajé con personas con discapacidad, las sesiones de hipoterapia se realizaban en el centro ecuestre de Andrzej Michalski. Esta terapia es una auténtica bendición, sobre todo para niños con discapacidades físicas”, señaló a Vatican News.

Durante su período en el norte peruano, León XIV utilizaba caballos para alcanzar comunidades a las que solo puede accederse por caminos de tierra. El propio papa habría manifestado que esa experiencia pastoral marcó su visión sobre la cercanía de la Iglesia con los pueblos alejados y reforzó su decisión de “llegar a los lugares donde más se necesite a la Iglesia”.

El caballo del papa León
El caballo del papa León XIV, un curioso regalo que rememora su llegada a los pueblos más alejados del Perú cabalgando

El caballo Proton permanecerá en las caballerizas papales, dentro de los jardines vaticanos. La entrega fue recibida con entusiasmo tanto por el Papa como por la delegación polaca, que guiaron juntos al animal por el patio del Vaticano, según narró Michalski a Vatican News. El Vaticano inició los trámites de cuidado y adaptación requeridos para la integración del caballo en sus instalaciones.

Fuerte vínculo con el Perú

El actual papa León XIV, nacido como Robert Prevost, mantiene un vínculo profundo y duradero con Perú desde su llegada al país sudamericano en la década de 1980. Enviado como misionero de la Orden de San Agustín, desempeñó su labor principalmente en los poblados rurales del norte peruano, específicamente en el departamento de Piura. Allí, Prevost se dedicó a tareas pastorales, sociales y educativas, logrando reconocimiento entre las comunidades campesinas por su cercanía y disposición a recorrer largas distancias en condiciones adversas para ofrecer acompañamiento espiritual y apoyo solidario. En varias ocasiones, utilizó caballos para acceder a zonas donde no existía transporte motorizado, reforzando la imagen de un pastor comprometido con la vida cotidiana de sus feligreses.

Prevost fue nombrado obispo de Chiclayo en 2014, cargo desde el que promovió programas de desarrollo y formación religiosa orientados a fortalecer la participación de los laicos y el acompañamiento de poblaciones vulnerables. Su experiencia en Perú marcó su visión pastoral, forjando una actitud de proximidad hacia los más desfavorecidos. Este legado permanece como uno de los pilares de su pontificado, donde convoca a la Iglesia universal a una misión cercana a las periferias, inspirada en la vivencia peruana.