Falta de aire y fatiga persistente: ¿en qué casos puede ser Hipertensión Arterial Pulmonar?

Especialistas advierten que síntomas como dificultad respiratoria y cansancio persistente podrían indicar una enfermedad grave, cuyo diagnóstico tardío complica el tratamiento y pone en riesgo la vida de los pacientes

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La Hipertensión Arterial Pulmonar afecta
La Hipertensión Arterial Pulmonar afecta los vasos sanguíneos pulmonares y suele confundirse con asma o ansiedad en sus primeras etapas.

Experimentar falta de aire y fatiga persistente puede indicar algo más que cansancio o estrés cotidiano. En algunos casos, estos síntomas tienen su origen en enfermedades graves como la Hipertensión Arterial Pulmonar (HAP). Este trastorno, poco común pero de alta gravedad, afecta a los vasos sanguíneos encargados de transportar la sangre del corazón a los pulmones.

A medida que estos vasos se estrechan y endurecen, la presión en la circulación pulmonar aumenta y el corazón recibe una sobrecarga de trabajo. Sin tratamiento adecuado, esto puede debilitar el músculo cardíaco y llevar a situaciones de riesgo vital.

¿Falta de aire y fatiga pueden alertar sobre hipertensión pulmonar?

El Dr. Oscar Aguirre Zurita, cardiólogo del Instituto Nacional Cardiovascular (INCOR), advierte que los síntomas de la HAP, por su progresión gradual, suelen pasar inadvertidos en etapas iniciales, ya que frecuentemente se confunden con problemas como el asma o crisis de ansiedad.

Algunas de las manifestaciones más habituales incluyen falta de aire cuando se camina, sube escaleras o incluso durante el reposo, fatiga constante sin causa aparente, episodios de mareos y desmayos, dolor en el pecho, palpitaciones y, en etapas más avanzadas, hinchazón en los tobillos o el abdomen.

La incidencia de la Hipertensión Arterial Pulmonar es baja: afecta a unas 2 o 3 personas por cada 100.000 habitantes. Aunque la mayoría de casos se presenta en mujeres jóvenes, los registros recientes muestran un aumento de diagnósticos en mayores de 60 años. La HAP puede aparecer sin causa identificable o estar relacionada con enfermedades autoinmunes como el lupus y la esclerodermia, cardiopatías congénitas, infecciones por VIH o algunas enfermedades hepáticas.

Confunden síntomas de hipertensión pulmonar con asma y ansiedad

¿Cómo proceder, ese caso? Frente a síntomas persistentes o que van en aumento, lo recomendable es acudir a consulta médica para descartar o confirmar la presencia de esta enfermedad, según el especialista. El primer acercamiento diagnóstico puede hacerse con un electrocardiograma o una radiografía de tórax.

Si estos estudios muestran signos sospechosos, se recomienda un ecocardiograma doppler para evaluar la función cardiovascular. El diagnóstico definitivo llega con el cateterismo cardíaco derecho, un procedimiento que permite medir directamente la presión en los pulmones y confirmar si se trata de Hipertensión Arterial Pulmonar.

Especialistas de INCOR piden no ignorar la fatiga inexplicable

Finalmente, cabe precisar que la HAP demanda un seguimiento especializado y multidisciplinario. Los pacientes deben ser derivados a centros con experiencia, donde colaboran cardiólogos, neumólogos y reumatólogos. Los avances en el tratamiento han permitido mejorar la sobrevida y la calidad de vida, aunque el pronóstico siempre dependerá de un diagnóstico precoz y un manejo oportuno.

No conviene desestimar la falta de aire al mínimo esfuerzo o el cansancio que no mejora con el reposo. Reconocer los síntomas y buscar atención médica de inmediato puede marcar una diferencia significativa en la evolución de la enfermedad y las posibilidades de tratamiento. El mensaje de los especialistas es claro: no normalizar estos signos, y consultar tempranamente, es la clave para salvar vidas. Recuerde, siempre consulte con su médico.