Cómo aplicar la distancia emocional cuando una persona te trata mal o te ignora

Aunque a veces no sea posible establecer una distancia física, existen estrategias que nos permiten crear una distancia emocional efectiva para protegernos

Guardar
La distancia emocional implica que
La distancia emocional implica que esa persona deje de tener poder sobre nuestro estado de ánimo, decisiones o autoestima (Imagen Ilustrativa Infobae)

En los últimos años, se ha puesto especial atención en la importancia de cuidar nuestra salud emocional y la necesidad de establecer relaciones saludables. Tanto el Ministerio de Salud (Minsa) como el Seguro Social de Salud (EsSalud) han alertado sobre el impacto que tienen los vínculos tóxicos en la salud mental. De hecho, según datos del Minsa, más del 60% de las personas que acuden a los servicios de salud mental presentan síntomas relacionados con relaciones interpersonales dañinas. EsSalud, por su parte, advierte que una mala relación puede desencadenar estrés crónico, ansiedad y baja autoestima, afectando incluso la salud física.

Ante este panorama, aprender a elegir con quién nos relacionamos y, más importante aún, de quién debemos alejarnos, se vuelve una acción esencial de autocuidado. Alejarse emocionalmente de alguien que nos hace daño, sea por maltrato, indiferencia o manipulación, no es un acto de egoísmo, sino de protección. Sin embargo, no siempre sabemos cómo aplicar esa distancia emocional, sobre todo si no podemos cortar completamente el vínculo por razones familiares, laborales o sociales. Aunque a veces no sea posible establecer una distancia física, existen estrategias que nos permiten crear una distancia emocional efectiva para protegernos.

Cómo aplicar la distancia emocional

Reconocer que esa persona nos
Reconocer que esa persona nos está tratando mal o ignorando es el primer paso para activar mecanismos de protección emocional (Imagen Ilustrativa Infobae)

Aplicar distancia emocional significa tomar consciencia de lo que sentimos y poner límites internos que nos permitan no involucrarnos en dinámicas que nos dañan. A continuación, algunas claves:

  • Reconoce el maltrato o la indiferencia como una forma de daño emocional: minimizar lo que sentimos solo prolonga el sufrimiento. Reconocer que esa persona nos está tratando mal o ignorando de manera sistemática es el primer paso para activar mecanismos de protección emocional.
  • Acepta que no puedes cambiar a la otra persona: una de las razones por las que permanecemos emocionalmente involucrados es la esperanza de que el otro cambie. Aceptar que eso probablemente no suceda libera una enorme carga mental y emocional.
  • Pon límites mentales y emocionales: esto significa evitar que las palabras, actitudes o silencios de esa persona te afecten como antes. Visualízalo como una “muralla protectora” que no se construye de un día para otro, pero que se fortalece con práctica.
  • Reduce la exposición emocional, no necesariamente la interacción: si es alguien con quien debes interactuar (compañero de trabajo o familiar), intenta mantener conversaciones neutras, funcionales y sin expectativas afectivas.
  • Enfócate en ti y no en la otra persona: retira la atención que le das constantemente. En lugar de pensar qué hizo o dejó de hacer, enfócate en tu autocuidado, tus emociones y tus propios planes.

Distancia física y distancia emocional

Muchas personas piensan que alejarse físicamente (cambiar de casa, evitar encuentros o dejar de hablar) es suficiente para sanar. Pero la distancia física no siempre garantiza la paz emocional. Si seguimos pendientes de la otra persona, revisando sus redes, hablando constantemente de ella o esperando una reacción, seguimos emocionalmente atados.

Aplicar distancia emocional nos permite
Aplicar distancia emocional nos permite preservar la calma, recuperar la autoestima y proteger nuestra estabilidad mental (Imagen Ilustrativa Infobae)

La distancia emocional implica desvincularnos afectivamente, es decir, que esa persona deje de tener poder sobre nuestro estado de ánimo, decisiones o autoestima. Es posible estar lejos y seguir emocionalmente enganchado, así como estar cerca y haber aprendido a no ser afectado.

La importancia de la distancia emocional

Mantener vínculos tóxicos afecta directamente nuestra salud emocional. El cuerpo responde al maltrato emocional como lo haría frente a una amenaza física: se libera cortisol, se activa el sistema de alerta y se incrementa el riesgo de enfermedades psicosomáticas. Según EsSalud, las consultas por ansiedad aumentan en un 30% en personas que enfrentan relaciones personales conflictivas.

Aplicar distancia emocional nos devuelve el control. Nos permite preservar la calma, recuperar la autoestima y proteger nuestra estabilidad mental. No se trata de volverse frío o indiferente, sino de priorizar el autocuidado emocional sin necesidad de confrontaciones ni rupturas abruptas.