La arquitectura y su impacto emocional: reflexiones sobre la ciudad de Lima

En una ciudad como Lima, donde la homogeneización de los edificios predomina, los habitantes sufren efectos psicológicos y emocionales derivados del entorno urbano, algo que expertos como Miguel Córdova analizan profundamente en su obra sobre las fachadas

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La homogeneización de las fachadas
La homogeneización de las fachadas en Lima afecta emocionalmente a los habitantes, según el experto Miguel Córdova. (El Peruano)

La relación entre la arquitectura urbana y el bienestar emocional de los ciudadanos se ha convertido en un tema de creciente interés, especialmente en ciudades como Lima, donde el crecimiento desordenado y la falta de identidad visual urbana parecen afectar la psique de los habitantes. Miguel Córdova, docente y autor del libro Caminar entre fachadas, reflexiona sobre cómo la disposición de los espacios y la falta de diversidad en la arquitectura inciden profundamente en la vida diaria de los limeños.

La influencia emocional de la arquitectura

Según Córdova, la arquitectura no solo moldea el espacio físico, sino que tiene un impacto directo en la salud emocional de quienes habitan esas ciudades. “La arquitectura influye muchísimo en la vida emocional de las personas, aunque muchos no lo advierten o se les ha inducido a creer que no importa. Sin embargo, no sería tan crucial debatir sobre la calidad de nuestras viviendas o los espacios públicos si realmente fuera irrelevante”, comenta el especialista. En su libro, Córdova invita a cuestionar la ciudad que habitamos, invitando a los ciudadanos a participar en un diálogo sobre el espacio urbano sin la necesidad de ser expertos en arquitectura.

La homogeneización de Lima: efectos psicológicos y sociales

El crecimiento desordenado y la homogeneización arquitectónica de Lima es otro aspecto que genera preocupación. Córdova destaca que la vida urbana pierde su riqueza y profundidad cuando se elimina la diversidad en los diseños arquitectónicos. Para ilustrar su punto, utiliza una analogía con la comida: “Imagina que, de un día para otro, te obligan a comer el mismo plato en el desayuno, almuerzo y cena, sin variaciones. Nuestra existencia se apagaría lentamente, privada de estímulo y sorpresa”. De manera similar, las ciudades con una arquitectura monótona reducen el disfrute de caminar por ellas, afectando el bienestar emocional de los habitantes.

La falta de diversidad arquitectónica
La falta de diversidad arquitectónica en Lima contribuye a la alienación de los ciudadanos en su entorno urbano. (Diaqnoz)

El impacto de esta falta de diversidad es profundo. Córdova señala que, en muchos casos, los limeños no pueden disfrutar de un “caminar placentero” por sus barrios. La ciudad se convierte en un mero espacio de tránsito, no un lugar en el que se pueda disfrutar de la vida urbana. En este sentido, las calles y fachadas pierden su función vital: la de conectar a las personas con su entorno, creando una sensación de alienación.

El rol de las fachadas en la identidad urbana

Las fachadas juegan un papel crucial en la percepción que los habitantes tienen de su ciudad. Según Córdova, las fachadas no solo delimitan el espacio, sino que otorgan carácter y sentido a la ciudad. “Esas superficies verticales no solo definen la escala y la forma del espacio urbano, sino que también trazan la frontera entre lo público y lo privado. Aunque muchas veces pertenecen a lo privado, su percepción es inevitablemente pública”, explica. Esta característica convierte a las fachadas en un componente vital de la experiencia urbana, y su diseño debe ser considerado dentro del debate sobre el espacio público.

Además, Córdova plantea que la identidad de una ciudad se construye en gran parte a través de su arquitectura. Cuando los edificios y las fachadas carecen de un lenguaje propio o una referencia cultural, la ciudad pierde parte de su alma, lo que afecta la forma en que los habitantes se sienten conectados con ella. Esto es especialmente relevante en una ciudad como Lima, donde la falta de identidad visual contribuye al desánimo y desencanto de sus ciudadanos.

La tragedia del Real Plaza Trujillo: reflexión sobre la seguridad y el diseño urbano

El accidente en el Real Plaza Trujillo resalta otro aspecto importante en la relación entre la arquitectura y el bienestar de los ciudadanos: la seguridad. Aunque este evento no es el foco principal de su libro, Córdova no deja de reflexionar sobre las implicancias de un diseño mal planificado o un mantenimiento deficiente en las infraestructuras urbanas. “El diseño arquitectónico tiene una responsabilidad en la seguridad de los espacios urbanos. Si no hay una planificación adecuada, si no se asegura que las infraestructuras sean funcionales y seguras, estos accidentes son inevitables”, afirma el especialista.

La falta de diversidad arquitectónica en Lima contribuye a la alienación de los ciudadanos en su entorno urbano.

Las fachadas urbanas juegan un
Las fachadas urbanas juegan un papel crucial en la percepción emocional de los limeños sobre su ciudad. (arqa.com / archdaily.pe)

Este tipo de tragedias pone de manifiesto la falta de una regulación rigurosa en el diseño y mantenimiento de los espacios urbanos. Córdova enfatiza que si los centros comerciales, como el Real Plaza Trujillo, se han convertido en los nuevos espacios públicos, es esencial que las autoridades y los arquitectos reflexionen sobre las implicancias de esta transformación.

Propuestas para mejorar el bienestar emocional a través de la arquitectura

En su libro, Córdova propone varias cualidades para mejorar la percepción de las fachadas y, con ello, el bienestar emocional de los habitantes de Lima. Estas cualidades incluyen la localización, la visibilidad, la variedad, el sentido de comunidad y la historización. Cada una de ellas juega un papel importante en cómo los limeños interactúan con sus calles y edificaciones.

El especialista aboga por una integración de elementos de identidad local en el diseño urbano, sin caer en la homogeneización de estilos arquitectónicos. “La modernidad no debe reducirse a un estilo estético o un lenguaje arquitectónico importado. La modernización debe ser un proceso que respete la historia y la identidad de la ciudad”, explica Córdova.

El futuro de Lima: un llamado a la reflexión

El futuro de las ciudades, y en particular de Lima, depende de cómo los arquitectos y las autoridades aborden el diseño urbano. Córdova advierte que si se continúa priorizando la funcionalidad a expensas del bienestar emocional de los ciudadanos, el futuro de la ciudad será sombrío. “El costo de matar la vida urbana es altísimo. No solo es económico, sino también social y emocional. Si seguimos ignorando la importancia de crear ciudades emocionalmente saludables, pagaremos un precio muy alto”, concluye el autor.

La reflexión de Miguel Córdova nos invita a pensar en una arquitectura que no solo sea funcional, sino también emocionalmente enriquecedora, capaz de generar comunidades más conectadas y felices. En tiempos donde el crecimiento de las ciudades parece ser inminente, es urgente que los ciudadanos, arquitectos y autoridades trabajen juntos para diseñar espacios que realmente contribuyan a una mejor calidad de vida.