La situación sanitaria que generó la pandemia puso de manifiesto la importancia del trabajo interdisciplinario frente a nuevos contextos. Sin importar la situación en la que estemos, la colaboración de diversos sectores hace que los resultados sean mejores y más relevantes.
En condiciones adversas, el ser humano explora su mejor versión en materia de innovación y productividad, pero de nada sirve si al momento de ejecutar ese proyecto, esa idea disruptiva no cuenta con los recursos y el apoyo necesario para hacerla efectiva.
La situación epidemiológica ha demostrado la brecha digital y sanitaria que existe entre países y entendemos que la innovación es uno de los caminos para ayudar a reducir estas diferencias. Bajo esta premisa, las incubadoras de proyectos cumplen un rol esencial, ya que buscan crear valor junto a los emprendedores y contribuir al desarrollo de la economía del conocimiento en nuestro país junto al progreso de la medicina de hoy y del futuro.
A través de esta búsqueda de emprendimientos que aporten soluciones y den respuesta a problemáticas del sistema sanitario, creo imprescindible que emprendedores del área científica y estudiantes puedan contar con la posibilidad de tener una incubadora de proyectos dispuesta a impulsar y potenciar el desarrollo de sus iniciativas. Contar hoy con instituciones que brinden asesoramiento técnico y administrativo, asistencia constante y los recursos que faciliten un plan de desarrollo factible y escalable contribuye positivamente al desarrollo de la sociedad.
Son muchas las aristas que estas iniciativas facilitan a los desarrolladores en un recorrido tan cambiante como es el ecosistema emprendedor científico, hasta que puedan llegar a ser competitivas globalmente.
A lo largo de los años he podido acompañar múltiples proyectos que buscaron mejorar la calidad de vida humana, con la ciencia como herramienta. Desde la academia, en el sector de la salud, hoy más que nunca nos vemos interpelados como profesionales de la ciencia, la innovación y como ciudadanos. Contribuir al desarrollo de estos proyectos, respaldando a emprendedores de disciplinas claves resultó y resulta imprescindible.
Es clave buscar consolidar un vínculo entre el desarrollo de la ciencia, ideas y el sector productivo, ya que la necesidad de innovación y mejora constante sigue presente en quienes se ven motivados por el sueño de colaborar en el bienestar de las personas. Y es nuestro rol guiarlos en su crecimiento y acompañarlos, convencidos de que el desarrollo de la innovación, el mercado y el conocimiento van de la mano.
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