Adaptarse, innovar y consensuar: liderar en una industria marcada por la estacionalidad

Aldo Fenoglio, CEO de una empresa del rubro alimentos de consumo masivo y gourmet, comparte su mirada sobre la evolución del negocio, la logística de productos sensibles y los retos de operar en distintos mercados

Guardar
Aldo Fenoglio es CEO de
Aldo Fenoglio es CEO de una empresa del rubro alimentos de consumo masivo y gourmet (Foto: Movant Connection)

Al referirse a la dinámica del sector y a la forma en que gestionan los picos de demanda, Aldo comenta que “las temporadas altas no se improvisan”. En esta entrevista repasa por qué la adaptabilidad se volvió parte de la cultura interna, qué exige la logística cuando se trabaja con productos sensibles y cómo el consenso guía su estilo de liderazgo en un entorno competitivo y cambiante.

¿Qué aprendizajes te dejó liderar en una industria donde la estacionalidad y los hábitos de consumo cambian tan rápido?

Lo principal es la adaptabilidad. Vengo de una empresa familiar y viví situaciones de todo tipo: fenómenos naturales, crisis internacionales, pandemias. La única forma de seguir es adaptarse. Para quienes trabajamos en Argentina, ese ejercicio es todavía más cotidiano: los cambios son permanentes y la capacidad de reaccionar es determinante.

¿Cómo se logra trasladar esa adaptabilidad a toda la organización?

Se construye con el tiempo. La adaptabilidad se vuelve parte de una cultura interna. Mucho de lo que antes generaba resistencia, hoy ya está incorporado. Cuando una empresa crece rápido, la resistencia al cambio se va diluyendo porque el día a día te obliga a actualizarte. Es una forma de trabajar, no una consigna aislada.

Además de esto, hay que innovar. Mirar tendencias, prestar atención a las transformaciones globales, entender cómo cambian los consumos. La innovación no siempre es lanzar algo nuevo: a veces es revisar procesos, métodos o servicios. En un mercado dinámico, quedarse quieto es retroceder.

¿Cómo describirías el proceso de exportar y competir en el exterior?

Lo primero es superar el miedo. Exportar parece inalcanzable hasta que das el primer paso. Requiere esfuerzo y salir de la zona de confort, pero no es imposible. En mi caso, se avanzó porque el producto tenía potencial afuera y no se quería depender exclusivamente del mercado local. Dar ese salto te ordena y te obliga a profesionalizar cada etapa.

El crecimiento está del otro lado del miedo. Enfrentarlo es lo que te hace avanzar. Puede salir mal la primera vez, pero siempre hay una segunda oportunidad. Lo importante es animarse a dar ese primer paso.

Al exportar productos congelados. ¿Cómo impacta eso en la logística?

Muchísimo. Trabajar con temperatura controlada exige coordinación precisa. Cada demora tiene un costo: un barco detenido, un camión parado, una descarga fuera de horario. Con congelados se suma el costo energético, porque cada hora extra demanda energía y eso se acumula. Por eso es importante elegir bien con quién trabajar y hacer pruebas antes de escalar.

¿Cómo se gestiona la fruta, teniendo en cuenta que es un insumo específico y sensible?

La fruta tiene su propia dinámica logística. Se produce solo en ciertas zonas y transportarla congelada tiene costos altos. Para ser más eficientes se puede producir la fruta: se adquiere un campo y se empieza a plantar. Eso mejora la disponibilidad, reduce costos y da más control sobre la calidad.

¿Qué herramientas se usan para garantizar la trazabilidad y el control?

Se utilizan sistemas que registran variaciones de temperatura, verificaciones en destino y seguros que respaldan la mercadería en caso de incidentes. Pero el seguro no resuelve el costo de oportunidad: si un producto no llega a tiempo, lo que perdés es disponibilidad, no solo mercadería. Por eso lo central es prevenir, no activar un seguro.

Para Aldo, "trabajar con temperatura
Para Aldo, "trabajar con temperatura controlada exige coordinación precisa. Cada demora tiene un costo: un barco detenido, un camión parado, una descarga fuera de horario" (Foto: Shutterstock)

¿Cómo se gestiona la logística interna en varias sucursales en el país?

Implica mantener las unidades en condiciones, capacitar al personal y apoyarse en herramientas de software que permitan monitorear lo que pasa en ruta. Si surge un imprevisto, necesitás actuar rápido. Esa capacidad de reacción es parte del funcionamiento cotidiano.

¿Cómo se preparan para las estacionalidades más fuertes del sector?

Con planificación. Prever picos de demanda, ajustar procesos productivos, reforzar equipos y avisar con tiempo a los proveedores. Las temporadas altas no se improvisan. Si no se planifica, los tiempos se desordenan y la operación se vuelve ineficiente.

¿Qué peso tiene la logística al seleccionar la ubicación de una planta o un centro de distribución?

Tiene un peso enorme. En un país donde los costos logísticos son altos y el transporte depende casi exclusivamente del camión, cada decisión debe contemplar distancias, volúmenes y disponibilidad de servicios. También analizamos costos de tierra o alquiler. No es una cuestión aislada; es parte de la estrategia.

¿Cómo describirías tu estilo de liderazgo?

Consensuador. No creo en imponer decisiones. Puede servir a corto plazo, pero no a largo. Una organización es como un barco: si no vamos todos en la misma dirección, no funciona. El consenso permite sostener decisiones y evitar resistencias innecesarias.

Creo que necesitamos más diálogo como sociedad. Muchas veces estamos decidiendo hacia dónde ir sin escucharnos lo suficiente. Cuando hay diálogo, las decisiones se construyen mejor. Y ojalá los más jóvenes puedan recibir más acompañamiento: a esa edad uno cree que sabe todo, pero le falta mucho por descubrir. Escuchar a alguien que ya recorrió parte del camino hace las cosas más fáciles.