Por qué la importación sostiene la tecnología y el abastecimiento del sistema de salud

Juan Ignacio Mayans, responsable de comercio exterior en una empresa importadora de productos médicos, detalla cómo funcionan los procesos y controles que permiten que el equipamiento hospitalario llegue al país

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Juan Ignacio Mayans es responsable
Juan Ignacio Mayans es responsable de comercio exterior en una empresa importadora de productos médicos (Foto: Movant Connection)

“Si no hubiera importaciones de insumos médicos, los hospitales estarían casi completamente desabastecidos”, resume Juan. En esta entrevista, explica, con ejemplos concretos, por qué la regulación, la trazabilidad y la tecnología importada son claves para que el sistema funcione.

¿Cómo describís el momento actual del sector salud?

La realidad es que el sector tuvo su pico en pandemia. Fue una época muy movida, muy intensa, donde se consumió muchísimo y los hospitales se abastecieron a fondo. Después bajó bastante. Pero hoy está repuntando, y a velocidades muy altas, casi como en pandemia. Lo que más se está moviendo es la compra de equipamiento, no tanto los consumibles. Eso volvió a crecer un montón.

Cuando se trata de traer equipamiento, ¿cuáles son los desafíos más importantes?

Todo lo que es equipamiento médico está muy regulado. No hay manera de que algo entre al país sin aprobación de la autoridad sanitaria. Tenés dos caminos: el aviso de importación para los productos de clase 1 y 2, que son los menos invasivos; y el famoso 14 puntos, que te pide detallar absolutamente todo: quién es el director técnico, de dónde viene la mercadería, qué estás trayendo, si es un repuesto, si es una muestra, si es para consumo y demás.

Pero antes de eso, el equipo tiene que tener un PM habilitado, que es el registro de productos médicos. Ese registro se apoya en la documentación emitida por países de alta vigilancia, como Estados Unidos, la Unión Europea, Japón, Australia. Argentina no puede evaluar todo por sí misma, entonces se respalda en esas certificaciones. Si no tenés ese respaldo, no podés importar. Así de simple.

¿Qué países lideran hoy la producción de este tipo de equipamiento?

Estados Unidos es uno de los más fuertes en un montón de cosas: respiración, monitoreo, equipamiento hospitalario. La Unión Europea también. Y después hay países como Nueva Zelanda que están muy avanzados. Lo que pasa es que, como te decía, esos países emiten los certificados que todo el mundo reconoce. Entonces un fabricante de allá ya tiene ventaja para poder distribuir por todo el mundo.

Fabricantes locales hay, sí, pero son pocos y no llegan a abastecer el mercado. Es imposible que puedan cubrir la demanda completa.

Para Juan, "todo lo que
Para Juan, "todo lo que es equipamiento médico está muy regulado. No hay manera de que algo entre al país sin aprobación de la autoridad sanitaria" (Foto: Shutterstock)

¿Qué tan importante es la importación para el sistema de salud?

Es fundamental. Si no hubiera importaciones, la mayoría de los hospitales no tendría lo que necesita. Hay muchos productos que directamente en Argentina no se fabrican. Y además, toda la tecnología nueva que aparece afuera llega primero por importación. Todo el tiempo nos contactan fabricantes del exterior con cosas nuevas.

Y también pasa que hay líneas distintas, marcas distintas, distribuidores distintos, y eso hace que haya mucha oferta. Por ejemplo, en desfibriladores tenés producción local, pero también importación de varios. Si dependieras solo de un fabricante, ¿cuánto tendría que producir por mes para cubrir los miles de equipos que necesitás? Es imposible.

¿Se nota un cambio en las trabas o controles para importar equipamiento?

Sí, se liberó bastante. Tuvimos épocas difíciles, eso fue público. Pero hoy todo lo que es aviso de importación se volvió más ágil. El control sigue estando —y tiene que estar— pero la flexibilización ayuda muchísimo. Reduce costos, reduce tiempos y hace que no haya faltantes. Es un alivio para todos los que trabajamos en esto.

¿Qué sucede cuando hay una falla detectada desde el exterior?

Ahí es donde el registro es clave. Si un proveedor del exterior detecta una falla, hay que poder rastrear cuándo entró el equipo, bajo qué documentación, qué lote, todo. Y si no tenés eso bien armado, es un problema. El famoso 14 puntos es la base de toda esa trazabilidad. Por eso digo que por más que se flexibilice, el control tiene que seguir.

¿Cómo ves la evolución tecnológica en este rubro?

Es impresionante la cantidad de tecnología nueva que aparece. Todo el tiempo se están registrando productos. Apenas algo se aprueba en Estados Unidos o en la Unión Europea, ya te están preguntando acá cuándo lo vas a traer. No es que algo sale hoy y llega dentro de cuatro años. Sale y ya se está pensando en registrarlo. Y ni hablar de la variedad: por ejemplo, en camas hospitalarias hay modelos para absolutamente todo.

¿Qué mensaje te gustaría dejar sobre la importación en salud?

Que es muy importante y que hoy se está visibilizando más. La pandemia dejó en claro lo que significa quedarse sin insumos. Hoy las trabas son menos, los procesos están más claros y eso hace que podamos equipar hospitales con mejores productos. Y también permite que cualquier institución que necesite un equipo para salvar una vida lo pueda obtener rápido y sin complicaciones. Ese es el punto central.