Innovación y movilidad: la logística como motor de cambio

Arturo Simone, titular de compañías del rubro de movilidad y logística, comparte el rol que ocupa el sector en un contexto donde la eficiencia, la conectividad y la pasión marcan el rumbo

Guardar
Arturo Simone es titular de
Arturo Simone es titular de compañías del rubro de movilidad y logística (Foto: Movant Connection)

“Pasión es la palabra para mí”, define Arturo al motor que lo impulsa día a día. En esta entrevista, comparte su recorrido como emprendedor, las principales lecciones que lo acompañaron al construir sus proyectos y su visión sobre la transformación tecnológica que atraviesan la logística y la movilidad en la región.

¿Cuál es tu mirada sobre las tendencias que observás en movilidad y logística?

La logística está creciendo muchísimo. No creo que haya grandes cambios disruptivos, sino una aceleración constante en la adopción tecnológica. Cada vez hay más compras por e-commerce, más demanda de entregas rápidas, más comodidad. Todo eso le da a la logística una preponderancia enorme.

Y no hablo solo de logística de productos, sino también de logística de servicios. En grandes ciudades como México o San Pablo, moverse unos pocos kilómetros puede llevar horas. Entonces aparecen compañías que trasladan vehículos, los llevan al taller o al lavado, porque las personas prefieren no moverse. Lo mismo pasa con el e-commerce: cada vez es más importante llegar en tiempo y forma. Toda la evolución del sector va hacia cumplir mejor y más rápido con esos envíos.

La logística hoy es una pieza fundamental en la movilidad del mundo moderno. Hay cada vez más demanda, más compañías, más servicios, y eso exige transparencia, eficiencia y compromiso.

También creo que es clave empujar hacia una economía formal, con empresas que hagan las cosas bien, aunque eso implique mayores costos. A largo plazo, solo las mejores van a quedar. Por eso es importante que tanto los clientes como los consumidores nos exijan calidad y valores. Solo así la logística puede ser un verdadero motor de desarrollo.

¿Y cómo te relacionás personalmente con la logística?

Lo que hago es buscar distintas formas de estar cerca del cliente. Escucharlo, entender qué necesita y transformar esa información en una mejora concreta. Es como una investigación de mercado constante, gratuita, que se obtiene prestando atención. Cada comentario de un cliente puede ser una señal de hacia dónde tenemos que ajustar nuestros procesos. Ese vínculo directo te permite evolucionar más rápido.

¿Qué rol ocupa la tecnología en tu actividad?

Es enorme. Y cada vez más. Desde la inteligencia artificial que ayuda a planificar rutas o evaluar conductores, hasta herramientas que predicen el comportamiento de los equipos y optimizan la seguridad.

Estamos aplicando sistemas biométricos, análisis predictivo, integración de APIs entre plataformas de e-commerce y nuestras propias herramientas de gestión logística. Todo eso nos permite generar mayor eficiencia, entender patrones y ofrecer un valor agregado como proveedor tecnológico y logístico. Hoy la clave está en integrar la tecnología con el trabajo de campo de manera flexible y efectiva.

¿Cómo está evolucionando el concepto de carsharing en Argentina?

El negocio de carsharing, o uso compartido de vehículos, no creció tan rápido como esperaba. Pensé que iba a tener una adopción más veloz. Estamos trabajando mucho en comunicación, porque es un concepto que funciona muy bien en Europa o Estados Unidos, donde existe una economía colaborativa más madura. En esos lugares se valora usar los recursos de manera eficiente, mientras que acá todavía persiste cierta idea de propiedad como símbolo de estatus. Es un tema cultural.

Sin embargo, creo que con el tiempo eso va a cambiar. En algunos países de Latinoamérica, como Colombia o Uruguay, la adopción es más rápida. En otros, como México o Argentina, el proceso lleva más tiempo. Pero es cuestión de educación y de entender que compartir puede ser más inteligente que poseer.

Para Arturo, "la logística hoy
Para Arturo, "la logística hoy es una pieza fundamental en la movilidad del mundo moderno. Hay cada vez más demanda, más compañías, más servicios, y eso exige transparencia, eficiencia y compromiso" (Foto: Shutterstock)

¿Qué fue lo primero que te llevó a emprender?

Fueron varias cosas las que me generaron la inquietud de hacerlo, pero creo que lo principal fue convertirme en un motor de cambio. Para mí significaba ser una persona capaz de concretar sus sueños, y no hablo de sueños idealistas, sino de crear una compañía a mi gusto y semejanza, generar empleo y aportar algo positivo al entorno en el que me movía. Me di cuenta de que si no creaba mi propia compañía, nunca iba a poder hacerlo trabajando para una gran corporación.

¿Cuáles fueron esas primeras dificultades que te encontraste al comienzo?

Probablemente el primero fue el temor a no saber si lo que estaba creando iba a funcionar. Trabajé mucho durante el año previo al lanzamiento en todo lo que se conoce como “concept test”, para entender si el producto que estaba desarrollando iba a ser aceptado. Tuve muchas entrevistas con potenciales clientes para confirmar si existía lo que se llama el “product market fit”. Ese proceso me permitió tener seguridad de que lo que estaba haciendo tenía sentido.

¿Qué aprendiste sobre liderazgo en este recorrido?

Liderar equipos es el desafío de todos los días. No hay una fórmula única. Lo más difícil es entender que cada persona necesita un liderazgo distinto. Uno puede planificar un producto o un mercado, pero con las personas no hay ecuaciones. Hay que aprender a adaptarse, escuchar y comunicar bien.

Al principio creía que una vez que uno aprendía a liderar, podía replicarlo igual en todos los equipos. Pero no. Cada grupo y cada individuo son diferentes. Ahí aprendí el verdadero sentido de la comunicación: el emisor puede ser el mismo, pero el receptor cambia todo. Hay que ajustar el mensaje y el canal a cada persona.

¿Cuáles son las claves para que un emprendimiento sea exitoso?

Yo no me considero ningún profesor, pero sí puedo contar lo que viví. Para mí la clave está en una sola palabra: pasión. Hay que ponerle pasión a todo lo que uno hace: a levantarse temprano, a trabajar, a enfrentar el mercado. Con pasión no te va a ir mal. Es hacer las cosas bien, incluso cuando cuesta, en un mundo cada vez más cambiante. Ponerle pasión a todo es lo que marca la diferencia.

¿Y qué te apasiona hoy?

Me apasiona ser un poco mejor cada día. Mejor empresario, mejor colaborador, mejor jefe y mejor persona. Hacer las cosas un poco mejor todos los días, y ver que eso se va logrando, genera una especie de energía que se retroalimenta. Esa dopamina que aparece cuando ves resultados es lo que te impulsa a seguir.