Riesgo sanitario en logística: cómo prevenir la propagación de enfermedades en la cadena global

El transporte global mueve bienes y también amenazas invisibles. Controles y tecnología buscan frenar la transmisión de diversos patógenos en la cadena de suministro

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La protección sanitaria dentro de
La protección sanitaria dentro de la logística no solo resguarda la salud de la población, sino que también preserva la estabilidad económica (Ilustración: Movant Connection)

La logística, pilar del comercio y el abastecimiento global, también puede convertirse en un vehículo para la transmisión de enfermedades si no se aplican controles estrictos. Desde alimentos y animales vivos hasta productos agrícolas y envíos internacionales, los riesgos sanitarios están presentes en cada etapa de la cadena. El traslado masivo de bienes y personas facilita que bacterias, virus o plagas crucen fronteras y se instalen en nuevos territorios.

Aunque casos como la pandemia de COVID-19 o la expansión de plagas agrícolas pusieron esta temática en la agenda, la probabilidad de divulgación vinculada al transporte y la logística es constante y requiere sistemas de control permanentes.

El riesgo en la cadena logística

Cada eslabón del transporte internacional presenta desafíos propios en materia sanitaria. En la logística marítima, los contenedores que han transportado cargas contaminadas pueden convertirse en vectores, incluso si la mercancía posterior es distinta. En el transporte terrestre, la desinfección de vehículos y la correcta manipulación de la carga son claves para impedir que agentes nocivos pasen inadvertidos. En el transporte aéreo, la velocidad de conexión entre regiones aumenta la presión sobre los sistemas de inspección.

Los puntos de entrada y salida del comercio exterior —puertos, aeropuertos y pasos fronterizos— son los escenarios críticos donde se aplican los controles más rigurosos. Allí, la logística y la bioseguridad se encuentran: inspectores analizan documentación, verifican el estado de la carga y, si es necesario, activan protocolos de cuarentena. En el caso de los productos perecederos, el mantenimiento de la cadena de frío no es solo una cuestión de calidad, sino un requisito de seguridad sanitaria.

Incluso elementos indirectos como embalajes, pallets o material de estiba pueden transportar patógenos si no han sido tratados correctamente. Por eso, las normativas internacionales incluyen medidas específicas para su manipulación y certificación antes de que ingresen a un nuevo país.

Cómo se asegura la cadena frente a amenazas sanitarias

La logística sanitaria es un esfuerzo coordinado entre organismos internacionales y autoridades nacionales. A nivel global, la Organización Mundial de la Salud establece lineamientos para prevenir la transmisión de enfermedades a través del transporte. La Organización Mundial de Sanidad Animal regula el comercio de animales y productos derivados, mientras que la FAO promueve estándares para proteger la agricultura y la seguridad alimentaria.

En el terreno operativo, las autoridades de control aplican inspecciones en frontera, exigen certificados sanitarios, realizan análisis de laboratorio y monitorean cargas de riesgo con sistemas de trazabilidad. En momentos de alerta epidemiológica, los controles se intensifican: se incrementan las inspecciones físicas, se aplican restricciones temporales y se refuerzan las medidas de higiene en toda la cadena.

La tecnología ha potenciado la capacidad de respuesta. Sistemas de trazabilidad digital permiten seguir el recorrido de una carga desde su origen hasta el destino final. Herramientas de análisis predictivo identifican patrones que pueden indicar la presencia de riesgos. Equipos de detección rápida y sensores ambientales monitorean temperatura y humedad para garantizar que las condiciones de transporte no favorezcan el desarrollo de patógenos.

La logística, pilar del comercio
La logística, pilar del comercio y el abastecimiento global, también puede convertirse en un vehículo para la transmisión de enfermedades si no se aplican controles estrictos (Foto: Shutterstock)

Un reto logístico que exige actualización constante

El crecimiento del comercio internacional y la diversificación de rutas plantean un reto permanente para la logística segura. La velocidad y el volumen de las operaciones hacen que los márgenes de error sean cada vez más reducidos. Una falla en un control puede significar que una plaga agrícola, una enfermedad zoonótica o un microorganismo resistente cruce fronteras y se instale en un ecosistema nuevo.

La protección sanitaria dentro de la logística no solo resguarda la salud de la población, sino que también preserva la estabilidad económica. Un brote originado en un eslabón de la cadena de suministro puede derivar en cierres de mercados, en la imposición de barreras comerciales y en la pérdida de confianza entre socios internacionales. Para las empresas, esto implica no solo cumplir con los estándares existentes, sino invertir en capacitación, infraestructura y tecnología que garanticen una operación segura.

En un contexto de interconexión creciente, la logística debe equilibrar la eficiencia operativa con un enfoque sólido en bioseguridad. Mantener una cadena libre de riesgos sanitarios es un desafío que requiere vigilancia continua, cooperación internacional y actualización constante de protocolos.