Redes de confianza: un recurso estratégico para líderes de empresas logísticas y de comercio exterior

Guadalupe San Martín, CEO de una empresa dedicada a conectar y potenciar empresarios a través del aprendizaje entre pares, reflexiona sobre el rol del networking y la colaboración como herramientas reales de liderazgo

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Guadalupe San Martín es CEO
Guadalupe San Martín es CEO de una empresa dedicada a conectar y potenciar empresarios a través del aprendizaje entre pares (Foto: Movant Connection)

En un mundo empresarial complejo, los espacios de networking son indispensables. Pero para sacarles el mayor provecho, Guadalupe considera que “es necesario estar dispuesto a compartir, a mostrarse vulnerable, a recibir devoluciones que a veces pueden incomodar”. Incluso en sectores exigentes como la logística y el comercio exterior, conectarse con otros líderes que enfrentan desafíos similares, así como de otras industrias, puede marcar la diferencia.

¿Existen espacios de intercambio específicos para líderes de logística y comercio exterior?

Sí, formamos una comunidad empresaria donde los líderes se ayudan a tomar mejores decisiones basados en su experiencia. Pero ello no desconoce cada especialidad con sus desafíos y particularidades, y por eso, además de los grupos empresarios, también se generan espacios temáticos donde se pueden compartir novedades, normativas o experiencias específicas del rubro. Existen foros dedicados a comercio exterior, por ejemplo, donde se organizan mesas de ayuda: son eventos que combinan una exposición inicial con preguntas del público, y quienes tienen experiencia en logística o comercio exterior responden desde su recorrido.

Además, en plataformas internas de networking empresarial suelen generarse comunidades por especialidad donde los líderes comparten actualizaciones o inquietudes del rubro. Comex, talento e inteligencia artificial son algunos de los temas más recurrentes.

¿Qué características suelen tener en común los líderes de estos sectores?

Son perfiles muy orientados a procesos, eficiencia y acostumbrados a trabajar con entornos dinámicos. La capacidad de adaptación y la agilidad para responder a los cambios son claves. Algo muy interesante es el intercambio con líderes de otras industrias: cuando alguien con un perfil técnico comparte con alguien más vinculado a lo humano o emocional, el cruce de visiones resulta enriquecedor para ambas partes.

¿Y los vínculos con líderes de otros países también suceden en este tipo de espacios?

Sí, mucho. Sobre todo en Latinoamérica, donde hay un intercambio fluido. Con frecuencia se realizan encuentros virtuales para compartir buenas prácticas, desafíos y conversar entre pares de diferentes países. También se organizan reuniones conjuntas entre grupos, tanto dentro como fuera del país. Hay casos de grupos argentinos que viajaron a Paraguay o Perú para conectarse con otros grupos, y también recibimos visitas de grupos del exterior. Todo esto contribuye a ampliar la mirada y entender cómo se enfrenta el liderazgo en contextos similares pero con matices regionales.

¿Qué condiciones debería tener un líder para sumarse a estos espacios?

No todos los empresarios tienen el perfil para participar. Es necesario tener ganas de crecer, profesionalizarse, de verse a uno mismo con honestidad y de exponerse un poco. Estos espacios implican mostrarse, contar lo que uno está viviendo, abrirse a escuchar opiniones que pueden ser duras pero constructivas. Si no estás dispuesto a pasar por ese pedacito de incomodidad, probablemente no le saques el jugo. Pero si te animás, es muy valioso.

¿Qué rol juega el networking y cómo se potencia?

Es clave. El solo hecho de reunirse entre 12 o 14 líderes de distintas industrias, todos los meses, a compartir desafíos y oportunidades, potencia muchísimo la toma de decisiones. Cada uno trae su caso real y lo somete a la opinión del grupo. Se evita el error, se mejora el plan. Es un aprendizaje colectivo, pero con impacto directo en lo individual. Hay un método de trabajo, una agenda clara y un facilitador con experiencia que conduce la reunión para que no se desvíe y se logren resultados concretos.

¿Y cómo se evita la competencia dentro de estos espacios?

Cada grupo está cuidadosamente conformado para evitar conflictos de interés. No se permiten competidores ni relaciones comerciales directas entre miembros del mismo grupo. Esto permite abrirse, compartir datos, hablar de estrategias a futuro, números, miedos. El objetivo es que puedan contar toda su verdad, porque solo así el grupo puede ayudarlos realmente.

¿Qué particularidades identificás en Argentina para este tipo de propuestas?

Nuestra cultura es muy propicia para el intercambio. Hay algo muy genuino en la forma en que nos ayudamos, que va más allá del negocio. Aunque el foco no está en generar negocios entre miembros, eso termina sucediendo. Hay una predisposición natural a colaborar, a dar una mano, a generar vínculos reales. Incluso muchas veces, luego de compartir experiencias, se generan amistades.

¿Se organizan actividades presenciales o viajes con este fin?

Sí, se vienen realizando experiencias ejecutivas que combinan aprendizaje con conexión humana. Son viajes de una semana con contenido específico vinculado al liderazgo o al negocio, donde también se genera una convivencia muy rica entre los participantes. La idea es seguir proponiendo una experiencia así cada año, con temáticas distintas, pero siempre orientadas al aprendizaje y al fortalecimiento de la red.

"En sectores exigentes como la
"En sectores exigentes como la logística y el comercio exterior, conectarse con otros líderes que enfrentan desafíos similares puede marcar la diferencia", afirma Guadalupe (Foto: Shutterstock)

¿Creés que este tipo de intercambio entre líderes cobra más relevancia en contextos tan dinámicos como el actual?

Totalmente. En estos espacios no se trabaja con casos ficticios, sino con la agenda real de quienes participan. Lo que le está pasando hoy a un empresario, lo trae a la mesa y se discute en tiempo real. Es más vigente que cualquier otro enfoque porque está directamente vinculado a la toma de decisiones de cada día.

¿Suelen aparecer en estos espacios temas como la sustentabilidad o el impacto social?

Cada vez más. Existen grupos especialmente formados por líderes de ONGs, cooperativas y organizaciones sociales que enfrentan desafíos similares a los empresarios, pero desde otro lugar. Además, hay iniciativas que acercan a los empresarios a estas temáticas. Por ejemplo, se promueven acciones de empleabilidad para jóvenes de contextos vulnerables, articulando con fundaciones. El objetivo es que las empresas entiendan que pueden hacer el bien desde su lugar, sin que eso implique transformarse por completo. Con pequeños pasos se puede generar un impacto real.

¿Cómo ves el rol de la mujer en estas iniciativas?

Ha crecido mucho. Cuando comencé en este tipo de espacios, éramos muy pocas mujeres en roles de facilitación o liderazgo. Hoy hay muchas más, tanto coordinando como participando de grupos. Y lo mismo en el equipo que lidero: la mayoría somos mujeres. En los perfiles más jóvenes ya se ve una mayor equidad. Falta camino, pero avanzamos.

¿Cómo te definís como líder?

Siento mi rol como una mezcla de naturalidad y responsabilidad. Me gusta liderar, disfruto de mi trabajo y me siento orgullosa del equipo que armé. Más allá de las encuestas o indicadores, hay algo que se ve y se vive: el compromiso, el buen clima, la idea de que trabajamos por un objetivo común que es más grande que el individual. Para mí, eso vale muchísimo.