Liderazgo, tecnología y nuevas generaciones: desafíos actuales del transporte de cargas

Marcelo Giampaoletti, director general de una empresa de logística en la Patagonia, comparte su visión sobre los desafíos del sector entre formación continua, avances tecnológicos y el ingreso de nuevos perfiles

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Marcelo Giampaoletti es director general
Marcelo Giampaoletti es director general de una empresa de logística en la Patagonia (Foto: Movant Connection)

“De cara al futuro tenemos que unirnos todas las empresas, trabajar más con las cámaras, con la capacitación y con la formación”, afirma Marcelo al referirse al sector logístico argentino. En esta entrevista, comparte su experiencia en una industria atravesada por la formación permanente, el avance tecnológico, la complejidad de las rutas y la necesidad de construir equipos que crezcan.

¿Cómo es liderar una empresa de logística en Argentina y en qué aspectos hay que enfocarse para sostener el crecimiento?

Liderar una empresa en Argentina es un desafío diario. Te levantás cada mañana con nuevos retos. Para mí, el trabajo en equipo es fundamental para lograr buenos resultados. Ese equipo se va formando todos los días, mejorándolo y acompañándolo. Creo que es clave tener una doctrina de formación constante para cada empleado. Hablar con ellos, seguir sus inquietudes, motivarlos y ayudarlos a mejorar.

La cultura de la empresa es fundamental. Cuando uno lidera, tiene que dar el ejemplo y acompañar a los nuevos. Siempre digo que los que llegan lo hacen con “las rueditas puestas”, como cuando aprendíamos a andar en bici. El liderazgo está en ayudarlos a sacarse esas rueditas y que puedan avanzar sin caerse en la primera curva.

A lo largo de tu carrera, ¿qué cambios o hitos identificás en el sector logístico argentino?

En estos últimos cinco años, los cambios han sido enormes. La tecnología avanzó muchísimo y eso implicó también que haya que capacitarse más. No sólo los conductores, todos en la empresa.

Hoy un chofer antes de subirse a una unidad tiene que hacer cursos de manejo defensivo, y no alcanza con que sepa usar una herramienta de tracking. Hay que acompañarlo, mantenerlo dentro de una línea de trabajo, porque si no lo seguís, esa herramienta deja de aplicarse.

Hoy, por ejemplo, si se está entregando en Tierra del Fuego, el cliente puede ver a qué horario llegó la mercadería, si se firmó el acuse de recibo, si hubo algún inconveniente y si llegó lo que pidió o no. Eso es información en tiempo real.

¿Notás diferencias entre la demanda de los distintos rubros? ¿Cuáles están creciendo y cuáles están más quietos?

En general, el volumen transportado está un poco parado, especialmente en la Patagonia. Pero lo que sí está en movimiento es el fracking: transporte de arena, petróleo, ese tipo de cargas.

La logística de combustibles se ha profesionalizado mucho. Hoy se requieren certificaciones específicas de gestión y seguridad vial. Se hacen simulacros anuales que se comparten entre colegas, se suben a plataformas y se usan como herramientas de aprendizaje para conductores, coordinadores y directivos. Es algo extraordinario y muy valioso para estandarizar y mejorar prácticas.

¿Qué rol juega la formación en el sector?

Es clave. Hay capacitaciones iniciales que brindan las cámaras, pero después cada empresa puede sumar contenidos sobre huella de carbono, manejo defensivo, cargas peligrosas, etc. Eso hace que los conductores no manejen solo porque heredaron el oficio de un familiar, sino porque están realmente formados. Y eso se nota.

Cuesta que los chicos jóvenes se animen a subirse a un camión. Les parece un trabajo duro. Pero hoy, con tecnología, formación y unidades modernas, el trabajo cambió.

Antes los conductores sabían cambiar un neumático en la ruta, mientras hoy pueden llamar al servicio técnico del concesionario. Es como pasa con los autos nuevos: uno solo mira las luces del tablero. Los más jóvenes vienen con otra escuela, y eso también hay que saber acompañarlo.

Hay también choferes que muestran su viaje en redes sociales: los paisajes, los caminos y los horarios. Eso se puede aprovechar para mostrar lo que hacen, pero también como contenido para fomentar el turismo o dar a conocer regiones del país.

Me parece interesante hablar también de sustentabilidad. Se está trabajando mucho en medir la huella de carbono. Los conductores ya tienen formación y herramientas para conducir con más eficiencia: no frenar bruscamente, dejar que el camión se deslice hacia el peaje. Eso suma, y los jóvenes se copan con estas prácticas.

También hay avances con GNC, Euro 5, Euro 6 y hasta vehículos eléctricos. Siempre invito a los colegas a que prueben. Ese es el camino.

Para Marcelo, "es clave tener
Para Marcelo, "es clave tener una doctrina de formación constante para cada empleado. Hablar con ellos, seguir sus inquietudes, motivarlos y ayudarlos a mejorar" (Foto: Shutterstock)

¿Cómo ves la situación actual de la infraestructura vial?

A título personal, la infraestructura vial deja mucho que desear. Es muy peligroso manejar camiones de 30 o 35 toneladas en rutas que no están en condiciones. No hay controles de peso, especialmente en épocas de cosecha. Seguimos viendo camiones modelo 80 o 85.

Las rutas están deterioradas, sin iluminación ni señalización. La seguridad vial no depende solo del conductor, sino también de las empresas, de los turistas y de todos.

El auge de Vaca Muerta generó más presión sobre esas rutas y eso hace que el dador de carga pida que se viaje sólo de día. Pero hay más tráfico durante el día, y es entendible que no quieran que viajes de noche. Las rutas no están iluminadas ni señalizadas. Imaginate un conductor a las dos o tres de la mañana sin visibilidad.

¿Cuáles crees que son las cuentas pendientes del transporte de cargas en Argentina?

Creo que de cara al futuro tenemos que unirnos todas las empresas, trabajar más con las cámaras, con la capacitación y con la formación, porque de nada sirve que un sector, ya sea la carga peligrosa o la carga refrigerada, capacite o que lo haga alguna empresa en sí.

Creo que tenemos que unirnos, trabajar en conjunto y fomentar que los jóvenes tengan un trabajo digno.