La importancia de medir calidad y experiencia en el servicio

La clave no está solo en cumplir, sino en sorprender. Diseñar una experiencia logística positiva requiere procesos claros y atención constante

Guardar
Richard Zamora Yansi es ejecutivo
Richard Zamora Yansi es ejecutivo senior en cadena de suministros, conferencista y docente (Foto: Movant Connection)

Cuando un cliente compra un objeto, siempre compra dos cosas: lo que cree que compra y lo que realmente le están vendiendo.

Si uno logra construir una propuesta que resuelva ese problema, la hizo…

  • ¿Qué producto o servicio necesita la gente, que, además tiene dificultad para conseguir y que, por tanto, yo puedo ofrecerle?
  • 3B = Bueno, Bonito y Barato….
  • Sí, pero en ese orden. La gente cree que es al revés, pero no, nunca ha sido así.
  • El precio siempre ha ido detrás de la calidad. La gente no compra lo más barato.

La relación entre expectativa vs. desempeño

Confirma la expectativa del cliente luego de ofrecer y entregar el producto o servicio. Si se cumplen o se superan las expectativas del cliente, él estará satisfecho. Caso contrario, si el desempeño percibido por el cliente es menor al esperado, estará insatisfecho.

Magic Kindom: las siete claves del éxito de Disney. Thomas K. Connellan analizó los puntos clave del trato con los usuarios diarios, que en la mayor parte de las compañías representa el 80% de las ventas totales.

Estas son las claves para hacer que tus clientes vuelvan a tu empresa una y otra vez, de las cuales les compartiré dos para poder superar sus expectativas:

Fidelización vía experiencia

Los clientes fieles regresan a una compañía porque les agrada hacer negocios con ella y porque identifican una idea positiva con el nombre del negocio.

La atención exagerada y positiva debe ser parte de la cultura de tu negocio. Un cliente recurrente es mucho más rentable, ya que expertos estiman que cuesta hasta cinco veces más venderle a un consumidor nuevo.

Los clientes fieles generan menos costos operativos y traen nuevos usuarios a tus puertas, por lo que un trato preferencial y centrado en la comodidad del comprador puede hacer una gran diferencia.

Cada uno de tus empleados puede obtener retroalimentación de los clientes y son indispensables para hacer que la experiencia de compra en tu empresa sea algo único.

Diseñar un buen servicio no
Diseñar un buen servicio no es algo que se hace una vez y ya. Hay que observar constantemente, medir, corregir y volver a empezar (Gráfico: Richard Zamora Yansi)

La experiencia no se improvisa: se diseña y se entrena

No alcanza con tener buenas intenciones: la experiencia del cliente se construye. Cada paso, cada canal de contacto, cada respuesta del equipo debe estar pensado para transmitir confianza, resolver dudas y superar expectativas. En logística, esto implica desde la primera consulta hasta la entrega final, con procesos sincronizados que garanticen precisión y previsibilidad.

Diseñar un buen servicio no es algo que se hace una vez y ya. Hay que observar constantemente, medir, corregir y volver a empezar. ¿Qué frena al cliente? ¿Dónde se siente frustrado? ¿Dónde sonríe? Esas son las pistas que marcan el camino para mejorar. Y en la cadena logística, cada desvío, demora o contacto mal gestionado puede convertirse en una oportunidad de aprendizaje.

Un dato importante: no hay experiencia sin personas. La tecnología puede ayudar, pero el verdadero diferencial lo hacen los vínculos humanos. Por eso, el entrenamiento del equipo es clave. No solo para que “hagan bien su trabajo”, sino para que entiendan el impacto que tienen en el otro. En logística, ese impacto se multiplica: una buena gestión puede destrabar una operación crítica, evitar costos innecesarios o sostener un vínculo comercial de largo plazo.

Y una última reflexión: medir la calidad del servicio no es buscar culpables, es buscar oportunidades. Es un proceso que debe estar centrado en el cliente, pero también en las personas que lo atienden. Escuchar, mejorar, corregir, volver a intentar.

En resumen: si querés que tus clientes vuelvan, no alcanza con cumplir. Hay que sorprender, facilitar, cuidar. Y eso se logra con procesos claros, equipos comprometidos y una cultura orientada al servicio. Porque la calidad no se promete, se demuestra. Y en logística, se demuestra en cada detalle operativo.