Logística, sustentabilidad y abastecimiento en un entorno desafiante

Ariel Bordó, gerente general de supply chain en una empresa fabricante de maquinaria industrial, reflexiona sobre la necesidad de eficiencia, estandarización y visión estratégica para operar desde Argentina hacia el mundo

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Ariel Bordó es gerente general
Ariel Bordó es gerente general de supply chain en una empresa fabricante de maquinaria industrial (Foto: Movant Connection)

“Argentina tiene un desafío logístico muy grande”, comenta Ariel. Con experiencia en supply chain industrial, comparte los retos de cumplir con estándares internacionales, la necesidad de pensar soluciones desde el diseño del producto y la importancia de integrar sustentabilidad, eficiencia y trazabilidad en cada decisión logística.

¿Cómo describirías las principales características de tu rol dentro de la industria en la que te desempeñas?

Desde mi rol, estoy enfocado en gestionar productos destinados a procesos industriales, especialmente aquellos que involucran fluidos térmicos como el vapor. En Argentina, a pesar de que hay muchos materiales disponibles, necesitamos abastecernos desde otros países por normas y estándares especiales.

Cada industria tiene requisitos particulares. Eso se traslada a la cadena de suministro, porque implica conseguir materiales especiales y procesos de manufactura específicos que permitan cumplir con las certificaciones necesarias en cada destino.

¿Qué requisitos suelen exigirse en términos de certificaciones y trazabilidad dentro de esta industria?

Importamos materiales con certificaciones de composición química. Para obtenerlas, nuestros proveedores también deben estar certificados, asegurando que sus productos cumplen con los estándares requeridos.

Por otro lado, los clientes exigen trazabilidad y documentación. Por eso, al momento de calificar proveedores, es clave establecer relaciones sólidas y consistentes. No se puede estar cambiando de proveedor todo el tiempo. La confianza mutua es una parte esencial del negocio.

¿Qué lugar ocupa la versatilidad de los materiales dentro de la estrategia de abastecimiento y diseño de productos?

Siempre se busca que una misma materia prima pueda aplicarse a la mayor cantidad de productos posible. Esto permite consolidar compras, embarques y stocks, que son aspectos clave para lograr eficiencia en la cadena de suministro. Sin embargo, hay casos en los que ciertos requisitos obligan a destinar un material específico a un solo producto. Aunque no es lo más habitual, sucede.

Esta estrategia también está directamente relacionada con el diseño del producto: cuanto más se logre reducir la variabilidad desde la ingeniería, más sencillo se vuelve el proceso de abastecimiento.

¿De qué manera se aborda la optimización de la cadena de abastecimiento más allá de la selección de materias primas?

Optimizar la cadena requiere considerar varios factores. Todo empieza por entender el negocio y los mercados destino. Eso permite diseñar puntos de desacople, que ayudan a reducir la variabilidad.

Por ejemplo, si se importa acero desde India para exportar a distintos países, se trata de consolidar todos los pedidos posibles para lograr compras mayores y menos frecuentes. Eso baja costos logísticos y simplifica el proceso. Cuando la demanda es muy variable, estos mecanismos son clave para estabilizar la operación.

¿Qué valor encontrás en observar procesos industriales en otros contextos y cómo influye eso en tu forma de pensar soluciones?

Me tocó observar procesos industriales en distintas partes del mundo y descubrí que tenemos mucho más en común de lo que pensamos. Las necesidades se repiten. Entenderlas nos permite ofrecer soluciones más simples. A veces, un detalle como el tipo de embalaje marca una gran diferencia para el cliente: menos residuos, menos manipulación, mayor eficiencia. Hay que pensar al cliente desde su almacén. Pensar soluciones integrales.

¿Hasta qué punto es posible personalizar sin perder eficiencia?

Aunque parezca difícil personalizar, muchas necesidades se repiten. No hace falta analizar a todos los clientes; basta con identificar patrones comunes. Obviamente, siempre hay un ABC: algunas cosas se simplifican y otras no. Pero hay temas como la sustentabilidad que ya son universales.

Por ejemplo, reducir residuos es una preocupación global. Si ya lo pensás de entrada, podés dar una ventaja competitiva. Después habrá desafíos más específicos que se tienen que encarar en etapas más avanzadas.

¿Cómo se integra la sustentabilidad en la gestión diaria?

Es un equilibrio difícil entre costo, servicio y sustentabilidad. Y no todos lo vemos igual: depende del país, de la empresa, del usuario. Pero hay parámetros globales que ya no se discuten, como el ciclo de vida del producto.

Conocerlo y gestionarlo bien simplifica mucho. Después hay exigencias más complejas, como eliminar plásticos, que a veces se chocan con necesidades técnicas. Para mí, la sustentabilidad no es una meta, es un camino.

¿Qué desafíos logísticos enfrenta Argentina al insertarse en el comercio global?

Argentina tiene un desafío logístico muy grande. Cuando te sentás en una mesa internacional, geográficamente estamos fuera de muchos centros de negocio. Tenemos menos vuelos, menos barcos. Para que el mundo quiera trabajar con nosotros, hay que ofrecer valor extra. Ser conscientes de eso es fundamental. Sólo mirando un mapa entendés lo difícil que es estar conectados. Pero si asumimos este desafío, podemos ganarnos nuestro lugar en el mundo como abastecedores.