El rol de los jóvenes y la tecnología en la evolución del sector logístico

Paula Molinari, especialista en transformación cultural y desarrollo organizacional, comparte su enriquecedora experiencia acompañando a líderes y empresas del sector logístico

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Paula Molinari es especialista en
Paula Molinari es especialista en transformación cultural y desarrollo organizacional (Foto: Movant Connection)

“Las empresas más ágiles tienen jóvenes que impulsan las transformaciones”, afirma Paula y reflexiona, en esta entrevista con Movant Connection, sobre la agilidad como ventaja competitiva y la necesidad de construir liderazgos preparados para contextos desafiantes en las cadenas de suministro.

¿Tuviste oportunidad de trabajar con empresas del sector logístico?

Sí, desde hace mucho tiempo acompaño al sector de distintas formas: dando conferencias, trabajando en temas como la incorporación de nuevas generaciones, que fue y sigue siendo un gran tema de conflicto, y aportando contenidos sobre liderazgo. Hoy veo muchísimos emprendimientos logísticos vinculados a la tecnología. Hay un boom y eso genera una explosión de propuestas en todos los rincones del planeta. Ahí es donde también estoy colaborando, desde mi experiencia en evolución empresarial.

Mencionaste la incorporación de nuevas generaciones como un tema conflictivo. ¿Por qué?

Porque genera un impacto muy grande. La logística fue, durante años, un rubro tradicional, con personas que pasaban décadas en una misma empresa. Y de repente entran generaciones de nativos digitales que piensan distinto. Durante mucho tiempo fui como una intérprete entre esas generaciones.

Creo profundamente que hay que incorporar gente joven, no solo en la base, sino en las mesas de decisión. Son quienes mejor entienden cómo dar respuestas nuevas en este nuevo mundo. Por primera vez, las generaciones jóvenes pueden enseñarle a las mayores. Hay que romper esa resistencia y abrirles la puerta: los necesitamos para entender lo que viene.

¿Cómo gestionar esta evolución desde el liderazgo?

Tiene que ver con los sistemas de creencias de los líderes: qué se puede y qué no. Hoy hay nuevas formas de hacer las cosas que surgen de las posibilidades que da la tecnología. Las empresas que no tienen agilidad para incorporar esos cambios se quedan afuera. Esa agilidad requiere comprender que hay que dar nuevas respuestas. Y estoy convencida de que las empresas más ágiles tienen jóvenes impulsando esas transformaciones. Las que no los tienen, avanzan más lento.

¿Qué implica ser una organización ágil hoy?

Ser ágil es poder reconfigurarse: estrategia, procesos, estructura, todo. Es funcionar como un sistema abierto: captar lo que pasa en el contexto y resetearse. En el pasado, las empresas eran sistemas cerrados. Hoy, si no tenés las antenas puestas, no te adaptás.

Por primera vez, las generaciones
Por primera vez, las generaciones jóvenes pueden enseñarle a las mayores. Hay que romper esa resistencia y abrirles la puerta: los necesitamos para entender lo que viene (Foto: Shutterstock)

¿Y cómo se hace esa transición hacia una empresa más ágil?

Es complejo. Requiere transformación cultural y nuevas capacidades. Ahí es clave incorporar jóvenes, porque tienen otra lectura del contexto. También hace falta flexibilidad para dejar atrás lo que antes funcionaba. Y eso no lo tienen todas las personas ni todas las organizaciones.

¿Ese nivel de flexibilidad para el liderazgo se puede aprender?

Se puede desarrollar, aunque algunas personas ya lo traen en su repertorio. Son las mismas capacidades que necesita un dueño o emprendedor para profesionalizar su empresa. Porque profesionalizar implica delegar, crear procesos, soltar. Y todo eso parte del aprendizaje del propio fundador o fundadora. Si no se transforma, la empresa no evoluciona.

Pensando en equipos de logística, que muchas veces están distribuidos, ¿cómo impacta eso en la motivación?

Es más difícil, pero hoy hay muchas más herramientas. Podés ocuparte del bienestar de alguien que está en otro lugar usando una app. Podés seguir qué le pasa, comunicarte, estar cerca. Antes, muchos roles eran súper autónomos. Hoy, gracias a la tecnología, podés conectar a esos equipos dispersos y acompañarlos, también en lo emocional.

¿Qué rol juega hoy el análisis de datos en los equipos?

Muchísimo. Especialmente para roles dispersos. Tener datos te permite tomar mejores decisiones, intervenir a tiempo. Si una persona no responde a ciertos estímulos, podés darte cuenta que algo pasa: desmotivación, desconexión. Así como hay herramientas que le dan inteligencia al área de ventas, hoy podés tener inteligencia en recursos humanos. Antes no se podía.

¿Y la gamificación?

Permite simular. Igual que un piloto que entrena en un simulador antes de volar. Podés generar situaciones donde la persona toma decisiones, pero en un entorno seguro, construido para aprender. Es una excelente tecnología de aprendizaje.

Otra particularidad de la logística es la interacción con contextos sindicalizados. ¿Cómo se prepara un líder para eso?

Nosotros trabajamos mucho ese tema. Desarrollamos un programa que ayuda a detectar conflictos en ciernes y a abordarlos antes de que escalen. El problema es que esas conversaciones se postergan porque son difíciles. Pero si aprendés a tenerlas, bajás significativamente la cantidad de conflictos. Es una gran habilidad a desarrollar.

¿La comunicación es la clave en todos estos casos?

Sin dudas. Pero en este nuevo mundo, la comunicación efectiva se basa en la honestidad y la transparencia. Hay que dejar atrás las formas confrontativas y reivindicativas y pasar a construir vínculos basados en un propósito común. Entre todas las partes de una organización, desde los líderes hasta los sindicatos.