Liderazgo y logística: el valor de los vínculos en un sector exigente y en constante evolución

Sergio Sangiao, gerente comercial de una empresa proveedora de soluciones logísticas integrales, analiza las claves del trabajo en equipo, la gestión de clientes y los desafíos del comercio exterior

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Sergio Sangiao es gerente comercial
Sergio Sangiao es gerente comercial de una empresa proveedora de soluciones logísticas integrales (Foto: Movant Connection)

“Motivar y acompañar a los equipos requiere de escucha y claridad”, sostiene Sergio. Además, plantea que liderar en logística internacional implica comprender los ciclos individuales y construir vínculos sólidos con clientes y proveedores para poder adaptarse a escenarios en permanente transformación.

¿Cuáles son los principales desafíos para gestionar expectativas en la cadena de suministro?

Uno de los mayores desafíos es que los clientes comprendan la multiplicidad de factores que pueden intervenir en una operación logística. En este rubro siempre puede pasar algo: un paro, una manifestación, un bloqueo de rutas, una demora portuaria. Y no todo depende del proveedor. A veces pareciera que si algo sale mal, el responsable es quien se contrata, pero el transporte internacional es una cadena con eslabones que tienen distintas responsabilidades.

En la medida que exista una relación de confianza, se puede explicar y acompañar al cliente para que entienda que no todo es controlable. Soy de la vieja escuela: me gusta el cara a cara, hablar con las personas, explicarles las posibilidades reales. Eso también implica decir “no te conviene hacer esto” o “este servicio no es para vos”. Hay que evitar vender por vender para construir un vínculo basado en honestidad.

¿Qué valor tiene el vínculo humano en el comercio exterior?

Para mí, primero están las personas. Conocerlas, saber quiénes son, cómo viven, qué les gusta. En este rubro me ha tocado vincularme con agentes y proveedores de todo el mundo. A algunos no los conozco personalmente, pero hablamos por teléfono y compartimos aspectos de nuestra vida. Esa conexión hace que el trabajo fluya de otra manera. Incluso con clientes: uno de ellos se convirtió en un muy buen amigo, y aunque hoy no trabajamos juntos, mantenemos el vínculo porque hay algo más allá del negocio puntual.

No se trata de tener una relación superficial. Se trata de entender al otro, saber qué necesita, qué le exigen desde su rol y cómo podés acompañarlo. Esas relaciones, cuando están bien construidas, resisten el tiempo y también las crisis. Porque cuando algo sale mal, sabés que del otro lado hay alguien que te va a hablar con claridad y que no busca simplemente venderte algo.

¿Cómo se lidera un equipo en un sector tan exigente?

Liderar en logística implica entender que cada persona tiene su realidad, su energía, su motivación. A mí me gusta el fútbol, y siempre digo que lo más difícil no es la táctica sino el vestuario. Acá pasa lo mismo: hay que lograr que todos empujen para el mismo lado. El 100% de cada uno puede ser distinto, pero lo importante es que todos den lo mejor que tienen.

Soy de los que dan una palmada en el hombro cuando algo sale bien. Me gusta reconocer y también marcar hacia dónde vamos. No desde la crítica vacía, sino desde la construcción. Y eso implica escuchar, conocer a las personas, entender si algo cambió en su vida que está afectando su rendimiento. En este rubro hay mucha rotación y eso se gestiona con empatía, no con presión.

¿Qué tipo de estructura considerás ideal para dar soporte logístico en la actualidad?

Hoy hay desde personas que trabajan solas con un celular y una computadora, hasta multinacionales con estructuras gigantes. Yo creo en un modelo intermedio: una estructura que te permita tener procesos, pero que sea flexible para adaptarse. El comercio exterior no se construye solo, no es una persona en una punta. Se necesita respaldo, capacidad de respuesta y una base sólida.

Cuando hay problemas, el cliente no puede encontrarse con que el proveedor no tiene cómo responder. Pero tampoco se trata de competir con estructuras que tienen contratos firmados a nivel global. El desafío está en encontrar ese punto justo, entre la eficiencia operativa y la cercanía humana. Esa es la selva donde nos movemos.

Para Sergio, mantener una buena
Para Sergio, mantener una buena relación con clientes y proveedores es clave, ya que ese tipo de vínculo "hace que el trabajo fluya de otra manera" (Foto: Shutterstock)

¿Qué claves identificás en relación al acompañamiento de equipos en su evolución profesional y personal?

Motivar y acompañar a los equipos requiere de escucha y claridad. Escuchar qué quieren, hacia dónde van, qué buscan en su trabajo. Y ser claro con lo que uno espera de ellos. La transparencia evita malos entendidos. No todo es crítica: a veces, marcar una dirección es simplemente una forma de alinear.

Cuando uno conoce bien a su equipo, también acepta que cada persona tiene un tiempo dentro de la compañía. No todos están para quedarse a largo plazo, y eso no tiene que vivirse como una pérdida. Acompañar es también saber decir “hasta acá llegamos” con alegría, sabiendo que el recorrido compartido fue valioso. Porque al final del día, lo que queda son los vínculos que se construyen, y si logramos formar equipos comprometidos y humanos, estamos sembrando una cultura que puede generar grandes oportunidades a futuro.