Trono, el luchador en el ring y en las aulas escolares: “¡No hay límites cuando se quiere aprender!”

Este héroe enmascarado demuestra que no hay límites cuando se trabaja con vocación y pasión

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Por la mañana enseña fracciones,
Por la mañana enseña fracciones, por la noche vuela desde la tercera cuerda. La historia de Trono ha inspirado a miles con su doble vida como docente y luchador. (Cortesía: CMLL)

En un aula donde los alumnos aprenden aritmética y gramática, un profesor de primaria lleva una doble vida. Por el día imparte lecciones; por la noche, se transforma en un luchador profesional que domina el cuadrilátero con espectaculares lances y técnicas de lucha libre. Su nombre es: Trono.

Tras la máscara, late un ser humano con una vocación inquebrantable y un espíritu pedagógico. Su trayectoria vital nos enseña que las contiendas más significativas se libran también a través de la escritura, y que la verdadera enseñanza emana del corazón, sin necesidad de revelar el rostro.

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La labor de compaginar la enseñanza y la lucha libre resulta compleja. (Cortesía: CMLL)

“Siempre he tenido mucha química con los niños. Tanto en la escuela como en la lucha, ellos son el público más importante”, asegura Trono, quien comenzó su carrera en los cuadriláteros a los 18 años y más tarde decidió formarse como educador gracias a los consejos de sus tías y su madre, quienes lo vieron jugar y convivir con sus primos más pequeños.

“Me sugirieron estudiar para maestro. Así fue como entré a la Escuela Normal del Estado de Querétaro (CBENEQ). Aunque en un principio pensé en ser profesor de Educación Física, mis primos, también docentes, me aconsejaron dedicarme a la docencia frente a grupo”, recuerda. Esa decisión marcó su vida, pues para él, enseñar va más allá de los libros. “Verlos crecer, ayudarlos a descubrir su potencial y estar en una etapa tan importante como la niñez es una de las cosas más bonitas que me ha dado esta profesión”.

(Cortesía: CMLL)
(Cortesía: CMLL)

La labor de compaginar la enseñanza y la lucha libre resulta compleja. Con frecuencia, al terminar sus clases, se traslada rápidamente a otra ciudad para sus combates y retorna de madrugada para cumplir con su horario docente al día siguiente.

“Es muy cansado, pero el amor que le tengo a ambas profesiones me hace cumplir con gusto. El esfuerzo vale la pena cuando veo la emoción de los niños, tanto en la arena como en la escuela”.

En una esquina el ring,
En una esquina el ring, en otra el salón de clases. Trono demuestra que con disciplina y corazón se puede luchar por dos sueños a la vez. (Cortesía: CMLL)

El doble éxito de Trono se debe, en gran medida, al apoyo de su directora y compañeros que conocen su carrera en la lucha libre. “Estoy muy agradecido con ella. Me apoya cuando por motivos de lucha tengo que ausentarme. Siempre me ayuda a que el grupo no se quede sin atención”.

Para él, ser maestro también es interpretar un personaje: “En ambos mundos se necesita conectar con las personas. El maestro, como el luchador, transmite, inspira y motiva”.

Cada día, inspira a sus alumnos a través de su propio ejemplo. Les enseña la importancia de perseguir sus sueños, de ser perseverantes y de tener fe en sus capacidades. “Siempre les digo que todo esfuerzo tiene su recompensa, que si se lo proponen pueden lograr lo que quieran. ¡No hay límites cuando se quiere aprender!”.