
La ingesta regular de bebidas alcohólicas se ha consolidado como uno de los principales factores de riesgo para el desarrollo de hígado graso.
Según la Asociación Médica Estadounidense (JAMA), el margen seguro de alcohol para personas con esta condición es mucho más bajo de lo que se suele creer.
Los especialistas insisten en que no existe un nivel de consumo completamente seguro, aunque los estudios han logrado establecer umbrales informativos diferenciados para hombres y mujeres.
Qué es el hígado graso y cómo afecta el consumo de alcohol
El hígado graso no alcohólico (EHGNA) es la enfermedad hepática más común, y ya afecta a más del 25% de los adultos.

De acuerdo con la JAMA, este trastorno metabólico surge principalmente a partir del sedentarismo y una alimentación inadecuada, pero la presencia de alcohol amplifica el riesgo y acelera el daño hepático.
La literatura médica advierte que el 90% de las personas que consumen alcohol de manera habitual terminan con depósitos de grasa en el hígado, y de ese grupo, casi un 30% desarrolla cirrosis con el tiempo.
La enfermedad puede permanecer sin síntomas durante años. Por esa razón, la detección suele ocurrir en etapas avanzadas, cuando ya hay inflamación, fibrosis o incluso daño irreversible.
Cuánta cerveza o vino se puede consumir para evitar desarrollar hígado graso
Un amplio trabajo internacional publicado en la Asociación Médica Estadounidense (JAMA), que incluyó a epidemiólogos, hepatólogos y gastroenterólogos de hospitales en Estados Unidos, Canadá, Chile y China, concluyó que el nivel recomendado de consumo de alcohol para personas con hígado graso debe mantenerse por debajo de 7,4 gramos diarios.

Esta cantidad corresponde, de acuerdo con la publicación, a aproximadamente un tercio de una lata estándar de cerveza (355 mililitros) o medio vaso de vino (75 mililitros). Este umbral es apenas la mitad de una bebida estándar en Estados Unidos, lo que demuestra el bajo margen aceptado.
Aun así, la investigación remarca que cualquier persona diagnosticada con hígado graso avanzado debe mantener abstinencia total. Aquellos con estadios iniciales podrían enfrentar un riesgo incrementado de mortalidad incluso con este consumo mínimo.
Diferencias entre hombres y mujeres: cantidades y riesgos de alcohol contra el hígado graso
El impacto del alcohol es distinto según el género. En hombres, el riesgo de hígado graso se eleva con una ingesta diaria superior a 80 gramos de alcohol, es decir, cerca de 6 a 8 cervezas o copas de vino al día. Para las mujeres, el umbral se reduce a 50 gramos diarios—equivalente a aproximadamente 4 a 5 cervezas o copas de vino.
Las guías de la JAMA también definen el concepto de “consumo seguro” para delimitar el hígado graso no alcohólico entre menos de 30 gramos al día en hombres y menos de 20 gramos en mujeres.
Por lo tanto, el consumo de dos cervezas o copas de vino al día para mujeres y tres para hombres se considera un límite máximo bajo esta definición, aunque diversas entidades médicas destacan que incluso este margen puede resultar inseguro si ya existe una patología hepática previa.
Equivalencias y cifras de referencia
La comparación de bebidas facilita dimensionar los riesgos:
- Una lata estándar de cerveza (355 ml): contiene entre 10 y 15 gramos de alcohol.
- Una copa de vino (150 ml): aporta entre 10 y 15 gramos de alcohol.
Al extrapolar estos valores, las recomendaciones médicas sugieren no superar:
- 1 bebida al día para mujeres
- 2 bebidas al día para hombres
No obstante, en caso de diagnóstico de hígado graso, los expertos de la JAMA advierten que solo se admite una cantidad menor a la mitad de una bebida diaria, y de preferencia la abstención total. A mayor consumo, la probabilidad de cirrosis y cáncer hepático escala de forma pronunciada.
Factores individuales y advertencias médicas sobre el alcohol y enfermedades hepáticas
La susceptibilidad personal frente al daño hepático varía por cuestiones genéticas, estado de salud y composición corporal.

No existe para ningún género un umbral universalmente seguro. Tras el diagnóstico de hígado graso, la abstinencia de alcohol es la medida más eficaz para detener la progresión del daño hepático.
Ante la menor sospecha, o si existen dudas sobre la cantidad de alcohol ingerido y el estado del hígado, resulta fundamental consultar a un médico especialista. Para más información, los recursos de la Clínica Universidad de Navarra y MedlinePlus ofrecen guías actualizadas para pacientes y familiares.
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