¿Cómo preparar una gelatina de mosaico con tres sabores?

Este postre puede prepararse con antelación y servirse frío, lo que lo convierte en una opción ideal para las celebraciones

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La versatilidad de la gelatina
La versatilidad de la gelatina de mosaico permite combinar sabores y colores, adaptándose a los gustos y preferencias de cada persona. (Imagen Ilustrativa Infobae)

La gelatina de mosaico tiene raíces en la creatividad de la repostería latinoamericana, siendo especialmente popular en México, aunque hace años también se disfruta en otros países del sur del continente.

Su belleza radica en su versatilidad: puedes mezclar los sabores y colores que más te gusten, utilizar gelatinas comerciales o versiones naturales hechas en casa, y personalizar la base láctea a tu gusto.

Además, es ideal para cumpleaños, meriendas o como postre en una gran comida. Se suele servir bien fría y puede prepararse de un día para el otro, lo que la convierte en una aliada perfecta para quienes buscan practicidad y un resultado vistoso.

Este postre destaca por su
Este postre destaca por su practicidad, ya que puede prepararse con anticipación y servirse bien frío en celebraciones y reuniones familiares. (Imagen Ilustrativa Infobae)

¿Cómo hacer una gelatina de mosaico?

Hacer una gelatina de mosaico implica realizar varios bloques de gelatina de diferentes sabores y colores. Una vez listos, se cortan en cubos y se distribuyen en un molde antes de verter la mezcla base, generalmente hecha de gelatina sin sabor y leche con leche condensada.

El resultado es un gran bloque lleno de cubitos multicolores suspendidos en una base cremosa que se desmolda para lucirse en la mesa.

Ingredientes:

  • 1 sobre de gelatina sabor frutilla (de 170 g, rinde 1 litro)
  • 1 sobre de gelatina sabor uva (170 g, rinde 1 litro)
  • 1 sobre de gelatina sabor limón (170 g, rinde 1 litro)
  • 700 ml de agua
  • 1 sobre de gelatina sin sabor
  • 350 ml de leche condensada
  • 350 ml de leche entera
  • 1 cucharadita de esencia de vainilla (opcional)
  • Spray vegetal o manteca para engrasar el molde (opcional)
La gelatina sin sabor, hidratada
La gelatina sin sabor, hidratada y disuelta, es clave para lograr la textura firme y cremosa característica de la gelatina de mosaico. (AdobeStock)

Preparación:

  1. Prepara las gelatinas de sabores (frutilla, uva y limón) por separado siguiendo las instrucciones del envase pero usando un poco menos de agua de lo recomendado para que cuajen más firmes.
  2. Vierte cada gelatina en un recipiente plano y deja enfriar a temperatura ambiente. Luego, lleva a la heladera al menos 2 horas hasta que estén completamente firmes.
  3. Una vez cuajadas, corta las gelatinas en cubos medianos (de 1,5 a 2 cm de lado).
  4. Mezcla los cubos de gelatina de diferentes colores en un bol grande y reserva en la heladera.
  5. Hidrata la gelatina sin sabor en 60 ml de agua fría. Deja reposar 5 minutos, luego disuélvela calentando en baño María o microondas (unos segundos), removiendo bien.
  6. En otro recipiente, mezcla la leche entera, la leche condensada y la esencia de vainilla. Agrega la gelatina sin sabor ya disuelta y mezcla bien.
  7. Deja que la mezcla base baje a temperatura ambiente.
  8. Engrasa ligeramente un molde. Distribuye los cubos de gelatina de colores en el molde, tratando de que queden repartidos uniformemente.
  9. Vierte la mezcla de leche con gelatina, cubriendo los cubos de colores.
  10. Lleva a la heladera por 2 horas y media, hasta que esté completamente cuajado.
  11. Para desmoldar, sumerge el molde unos segundos en agua caliente y vuelca sobre una fuente.